Cita en Madrid: #StopVOX
Soy activista en Barcelona y confieso que pocas veces visito la capital española. Pero el próximo sábado 11 de enero haré una excepción.
Estaré en Madrid, con otras personas de diferentes territorios del Estado español, en un encuentro para impulsar la lucha unitaria contra VOX.
También hablaremos de cómo podemos promover más actividades alrededor de la llamada internacional para movilizarnos con motivo de la jornada de la ONU contra el racismo, el 21 de marzo de 2020.
Durante el último año, han florecido una multitud de opiniones acerca de VOX, a menudo con argumentos que tienen todo el rigor científico de las afirmaciones de sobremesa de un cuñado desagradable tras demasiadas copas. (¡Que conste que mis cuñados son buena gente!)
VOX: ¿Más de lo mismo?
Algunos argumentan que cada votante de VOX es un mini-yo de Adolf Hitler, que vivimos rodeados de más de tres millones y medio de nazis, con lo cual no hay nada que hacer.
Luego hay persones que insisten en que VOX no es diferente de los demás partidos. Algunos afirman que VOX es una opción política más, tan respetable como el PP o el PSOE. Otros, que VOX, PP, Ciudadanos, y quizá incluso el PSOE... son todos fascistas. Pero el resultado es el mismo, que VOX no debe ser motivo especial de preocupación, es sólo más de lo mismo; de nuevo, no hay que hacer nada al respecto.
Dicho esto, también se vierten opiniones —típicamente sin prueba alguna y de nuevo, con una lógica bastante cuestionable— acerca de qué se debería hacer.
Se lamenta la ausencia del "cordón sanitario" que se supone que se aplica frente a la extrema derecha en otros países europeos. Es cierto que los pactos del PP y Cs con VOX son vergonzosos. Sin embargo, una estrategia frente a los ultras que se basa en la bondad de la derecha siempre va a tener limitaciones. Sobre todo, es una visión elitista; lo centra todo en la acción de unos pocos, en este caso, un puñado de diputados y diputadas.
Una opción mejor es el "antifascismo radical", grupos que en algunos casos llevan décadas combatiendo a los neonazis en ciudades de toda Europa. Muchos grupos así han hecho un gran servicio al pararles los pies a los matones fascistas. Sin embargo, no es lo mismo un puñado de nazis en una esquina que un partido que obtiene millones de votos. Y, aún más importante, de nuevo se trata de una respuesta limitada a unas pocas personas. Además de restringirse políticamente a ciertas visiones anticapitalistas, estos grupos suelen conformarse sobre todo de hombres jóvenes, blancos, dispuestos a una lucha física con los neonazis.
De paso, hay que mencionar el terrible argumento de que la mejor estrategia para la izquierda frente a la extrema derecha es... copiarla, asumiendo su discurso racista, homófobo, etc. Toda la experiencia indica que si se afirma que los racistas tienen razón, la gente vota a los racistas originales, no a la copia de color rosa.
Finalmente, algunos mantienen que la mejor respuesta ante VOX es la lucha social, poniendo a la PAH, por ejemplo, como la solución. Suena bien, y es una opción mucho más inclusiva que las otras que se han mencionado, pero tristemente no se sostiene.
La PAH existe en todos los territorios donde VOX ha crecido, y también hay sindicatos, asociaciones vecinales, entidades culturales... por supuesto éstos se podrían y se deberían reforzar, pero no hay motivos para pensar que sean la solución al crecimiento de la extrema derecha.
La experiencia de Francia es indicativa en este sentido. Hace años que este país vive un nivel de lucha social muy alto, recientemente con los chaquetas amarillas y ahora con una impresionante huelga general. Muy bien. Pero durante todo este tiempo, el Frente National de Le Pen no ha dejado de ser una fuerza política enorme. Por tanto, hace falta otra cosa.
Y esta otra cosa no es una mera hipótesis o afirmación de tertuliano, hay toda una serie de experiencias de cómo se ha parado a la extrema derecha, mediante la lucha unitaria.
Unidad contra la extrema derecha
Un paso inicial es reconocer que la extrema derecha representa una amenaza específica, a la que hay que combatir. Por ejemplo, muchas personas reconocen que el caos climático es fruto del modelo capitalista de producción. Bien, pero ¿esto significa que no hay que tomar medidas específicas respecto al clima, ni crear movimientos específicos para tratar este tema? ¿Debemos insistir, "la solución es combatir el capitalismo mediante las luchas de siempre"? No tendría sentido ante el peligro climático, ante la LGTBIfobia, ante el machismo... y no tiene sentido ante el racismo y la extrema derecha.
Si se reconoce que VOX es un partido de extrema derecha —racista, machista, homófobo, defensor de una visión franquista de la "España, una libre...", negacionista respecto al cambio climático...— entonces el reto es unir a todas las personas y organizaciones que sufrirían bajo sus políticas, en una lucha enfocada en pararlos y combatir sus ideas ultras.
Las otras luchas sociales pueden y deben continuar, las diferentes fuerzas políticas progresistas que se unan en la lucha contra VOX seguirán defendiendo sus respectivos programas.
Como se ha dicho, este modelo de lucha unitaria ha demostrado su fuerza, con victorias reales.
Uno de los movimientos amplios que promueven el encuentro del 11 de enero, Unitat contra el feixisme i el racisme (UCFR) se formó en Catalunya en 2010 para hacer frente al partido fascista que entonces llevaba casi una década de crecimiento, Plataforma per Catalunya (PxC). En las elecciones de noviembre de 2010, PxC obtuvo 75.000 votos y casi entró al Parlament catalán; en las municipales de mayo de 2011 obtuvo 67 concejales, siendo la segunda fuerza en Vic, ciudad natal de su líder, el antiguo franquista, Josep Anglada. UCFR se dedicó a denunciar la naturaleza fascista de este partido, con octavillas, pegatinas, charlas, manifestaciones... Tras 2011, PxC sólo conoció derrotas electorales, lo que los llevó a expulsar a su líder, a cuatro escisiones, y al final a la disolución.
La unidad lograda en la lucha contra PxC ha servido además para combatir el racismo en general (que como sabemos, no se limita a la extrema derecha), y especialmente la islamofobia: el Foro Social Contra la Islamofobia y todo tipo de Racismo, organizado por UCFR, es un evento anual desde 2015.
También se debe mencionar la lucha unitaria contra el centro neonazi "Tramuntana" en un distrito de Barcelona: los ultras fueron derrotados gracias a una fuerte campaña vecinal, liderada por el grupo local de UCFR. Es chocante el contraste con Madrid, donde el centro neonazi "Hogar Social" ha podido crecer sin grandes obstáculos.
En los últimos años, activistas en otros territorios del Estado español han empezado a crear movimientos como UCFR. Un objetivo clave del encuentro en Madrid es extender y reforzar este trabajo.
La lucha es internacional
La cosa va más lejos, sin embargo. Es más que evidente que la extrema derecha se coordina entre diferentes países; es esencial que los movimientos contra el fascismo y el racismo también nos coordinemos de manera internacional.
Entre otras cosas, podemos aprender mutuamente. La lucha unitaria existe en Gran Bretaña desde que la Anti Nazi League derrotó al Frente Nacional británico (entonces mucho más fuerte que su homónimo francés) en 1978-79. En Grecia, el movimiento unitario KEERFA ha jugado un papel clave en la derrota del partido neonazi Amanecer Dorado.
Se ha creado un espacio de coordinación entre movimientos unitarios de una docena de países, World Against Racism. Una actividad central de este espacio es impulsar protestas con motivo de la jornada de la ONU contra el racismo. En marzo de 2019, hubo acciones en más de 60 ciudades, desde EEUU hasta Corea del Sur y Nueva Zelanda. Unas cinco mil personas, muy diversas, se manifestaron por el centro de Barcelona bajo la consigna "StopVOX".
Para la próxima edición, que cae en sábado, 21 de marzo de 2020, el objetivo es que haya más acciones y más movimientos involucrados.
El antifascismo del 99% en el Estado español
La llamada inicial para el encuentro del 11 de enero la emitió UCFR Catalunya, la noche del 10 de noviembre, cuando se sabía que VOX había duplicado su presencia en el Congreso español.
En el momento de escribir, el encuentro cuenta con el respaldo de movimientos unitarios en siete territorios del Estado español, que empiezan a coordinarse en la Red Unitaria Contra el Fascismo y el Racismo, además de entidades políticas, sindicales, sociales, culturales... de diferentes partes de la península.
El avance electoral de VOX debe preocuparnos, pero no son imparables. No hay tres millones y medio de fascistas en el Estado español. La enorme mayoría de la población —gente trabajadora o pobre, mujeres, gente migrada, personas LGTBI+, las diferentes naciones...— sufriría las consecuencias de una victoria ultra.
Si esta mayoría se organiza contra VOX, en más territorios, y los derrotamos, estaremos en mejores condiciones para enfrentarnos a los otros problemas que tenemos por delante, mediante otros espacios unitarios, o cada grupo por su cuenta, según el caso.
Por ahora, es importante que el encuentro del 11 de enero sea un éxito y que dejemos claro que la gente opuesta al racismo y la extrema derecha somos más, somos muchos más, que esa minoría que busca dividirnos con la esperanza de vencernos.
Una vez más, debe resonar el "¡No Pasarán!"
Más información sobre el encuentro y detalles para participar: https://redunitaria.wordpress.com/2019/12/21/ahora-mas-que-nunca-no-al-odio-stopvox/
La llamada internacional para el 21/03/20: https://worldagainstracism.org/march-2020/21m2020-es/
Artículo publicado en Público
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