Las elecciones municipales: una victoria contra el fascismo
La noticia de la jornada electoral casi ausente de los medios es esta: la caída del partido fascista, Plataforma per Catalunya, de 67 concejales a menos de 10. Otro hecho relevante ha sido totalmente ignorado por los medios: la creciente actividad del movimiento amplio contra la extrema derecha en Catalunya, Unitat Contra el Feixisme i el Racisme.
El gráfico abajo —que muestra cómo el avance de UCFR (utilizando como indicio la cantidad de personas y entidades que se han apuntado a su lista de difusión) va acompañado de la caída en votos de PxC— habla por sí mismo. Al menos así se pensaría, pero incluso dentro de la izquierda y los movimientos sociales mucha gente se niega a aceptar que se ha ganado una batalla contra la extrema derecha. Vale la pena analizar lo que se ha hecho, lo que se ha logrado, y los retos que quedan pendientes. [La declaración post electoral de UCFR se encuentra aquí.]
UCFR imprimió 130.000 octavillas, 10.000 pegatinas y 2.000 carteles (éstos se agotaron en mitad de la campaña) con el mensaje “No votes a grupos fascistas: No votes a PxC”. UCFR Osona imprimió, además, unas 20.000 octavillas propias que señalaban a las cuatro candidaturas fascistas que se presentaban en Vic: con éstas y las octavillas generales buzoneó toda la ciudad. UCFR L’Hospitalet buzoneó algunos barrios clave con 8.000 octavillas. Activistas del nuevo grupo de UCFR en Sant Andreu de la Barca repartieron muchas octavillas y pegaron centenares de carteles (además de la sorpresa ante la rapidez con la que carteles fascistas desaparecían de las paredes). Muchas octavillas más se repartieron en todo el territorio catalán, bien a través de los grupos locales de UCFR, o bien gracias a la iniciativa de personas a nivel individual.
También hubo muchas movilizaciones, de las que sólo se pueden comentar algunas. El nuevo grupo de UCFR en Viladecans organizó un “escrache” muy efectivo ante una parada de PxC. El grupo de Rubí (también muy nuevo) movilizó a casi 100 personas locales que superaron en número el acto central de PxC, celebrado en su municipio. Otro centenar de personas se sumó a una acción de UCFR Garrotxa contra la participación del candidato fascista en un acto electoral organizado por radio Olot. UCFR Maresme —un grupo aún poco consolidado e impulsado sobre todo por gente joven, sin mucho apoyo de los partidos— organizó una manifestación bajo el lema #NoVotisRacisme. Ante la campaña fuertemente xenófoba del PP de Mataró, decidieron no centrar la campaña en PxC (aunque sí repartieron las octavillas generales de UCFR), sino en denunciar por igual a todos los partidos que agitaban el racismo. Y hubo más cosas.
Por otro lado, se impulsaron de manera coordinada actos simbólicos en los que las diferentes candidaturas democráticas firmaron la declaración contra el fascismo y la xenofobia. Éstos se celebraron en Manresa, Vic, Barcelona, Terrassa, Badalona, Olot, Cornellà, Torroella de Montgrí, Vilanova i la Geltrú, Igualada, El Vendrell… Algunos de estos actos fueron organizados directamente por el grupo local de UCFR; otros fueron impulsados por activistas locales sin conexión previa con UCFR. Vale la pena destacar el del Vendrell, una ciudad en la que sólo se dieron pasos reales para establecer UCFR durante las semanas anteriores a las elecciones: el acto, al menos, fue un éxito, aunque ya era muy tarde. Por otro lado, con suerte el acto de Badalona, en el que participaron todas las candidaturas progresistas, será un paso hacia la creación de UCFR en esta ciudad, tan castigada por el racismo del PP.
Aparte del trabajo en el mundo real, UCFR tiene una buena presencia en las redes sociales. La página central de Facebook de UCFR la siguen unas 12 mil personas, y sus publicaciones llegan a miles de personas (decenas de miles en los últimos días de campaña). En Twitter, a @UnitatvsRacisme la siguen más de 11.000 personas. Durante mayo, hubo más de 380 mil “impresiones” de tuits de la cuenta general de UCFR. A estas cifras, hay que sumar la presencia en las redes —a veces muy activa— de los grupos locales de UCFR. Evidentemente, las redes tienen sus limitaciones, pero son una manera adicional de difundir los argumentos y materiales de UCFR; a veces incluso han contribuido a la creación de nuevos grupos.
Los grupos locales de UCFR más efectivos combinaron diferentes factores. Contaron con una fuerte participación de activistas a título individual, junto al apoyo de una amplia gama de entidades sociales y políticas locales. Llevaron a cabo las convocatorias generales, pero también tomaron iniciativas locales. Se enfocaron principalmente en la lucha contra los fascistas, pero también denunciaron el racismo de otras candidaturas cuando hizo falta. Fueron “radicales” e imaginativos, pero siempre respetando y cuidando el consenso entre las sensibilidades muy diversas que componen UCFR.
Donde se consiguió todo esto, se eliminó PxC completamente. Así se hizo en el Garraf ya en 2011, y esta vez no hubo ni una candidatura fascista en toda la comarca. En estas elecciones se ha borrado PxC completamente de todos los ayuntamientos en comarcas como Anoia, Bages, Baix Llobregat, Vallès Occidental y, lo más increíble, Osona, donde los fascistas tenían presencia municipal ininterrumpida desde 2003.
Las excepciones confirman la regla. Por ejemplo, en El Vendrell, PxC perdió votos pero mantuvo tres de los cinco escaños que había ganado en 2011. Este resultado es fruto de la ausencia de un trabajo continuo contra el fascismo, y de un grupo fuerte que cuente con el apoyo de las entidades sociales y políticas. Es esencial que esto se remedie a partir de ahora.
En Salt, PxC ha conseguido dos escaños; en 2011 fueron tres, pero dos de ellos no compartían la política del partido. Los concejales nuevos son del núcleo duro fascista. Sergio Concepción, cabeza de lista, es una figura clave del centro nazi Tramuntana que se ha fotografiado con el dirigente de Amanecer Dorado (actualmente ante los tribunales por su implicación en asesinatos y otras actividades criminales). Salt cuenta con un grupo antirracista muy comprometido e interesante, pero éste decidió no hacer una campaña al estilo de UCFR, y no insistió en la naturaleza nazi del candidato de PxC. No hay duda de que los otros temas que plantearon son importantes, como que las personas inmigradas deberían tener el derecho a voto. Pero tampoco hay duda de que ahora tienen dos fascistas en el ayuntamiento y si miramos la experiencia del resto de Catalunya este resultado podría haberse evitado.
En Maresme, PxC perdió escaños pero aún tiene una concejal —una integrante de la dirección central del partido— en el ayuntamiento de Mataró. Otra vez, hay que preguntarse si, con más apoyo y compromiso por parte de los partidos, y una campaña más centrada en PxC, se podría haber limpiado completamente la comarca de concejales fascistas.
Dejemos la última palabra a Ignacio Mulleras, ex concejal de PxC en Olot, La Garrotxa, (y ex dirigente de Democracia Nacional). Como explicó una activista de UCFR La Garrotxa durante la noche electoral: “Mulleras se ha cruzado con un compañero nuestro. Ha bajado la ventana del coche y ha dicho, ‘Me habéis ganado’. Y se ha ido. Una imagen para el recuerdo, para explicar a las nietas.”
Las elecciones al Parlament catalán de noviembre de 2010 se celebraron en un ambiente fuertemente racista, con el PP y también CiU (especialmente Duran i Lleida de UDC) agitando la islamofobia. En ese período nos querían hacer pensar que el principal peligro para la sociedad eran unos “burkas” inexistentes: los ayuntamientos de Barcelona y Tarragona votaron prohibirlos. Con ello dieron la razón a PxC y contribuyeron a que este partido obtuviese el mayor voto de su historia: casi entraron en el Parlament. Entonces, UCFR estaba sólo en sus inicios. En las elecciones autonómicas de 2012, muy centradas en la cuestión nacional —y donde casi no se habló de la inmigración— y con una campaña mucho más fuerte por parte de UCFR (provocando las quejas de Josep Anglada), PxC cayó del 2,4% de 2010 al 1,6%, muy lejos de obtener representación. (Esto a pesar de, según su secretario general, haber preparado listas a prueba de las críticas de UCFR.)
Las elecciones municipales de 2015 nos aportan datos aún más claros. Durante la campaña, en diversos municipios de Catalunya el PP utilizó lemas copiados directamente de PxC, pero eso no los ayudó. En Barcelona, con el cartel que tildaba al Raval de gueto islámico, el PP perdió 43.598 votos, a la vez que PxC perdió 1.724. En Cornellà, donde el PP agitó contra la construcción de una mezquita, el PP bajó en 2.054 votos y tres concejales, a la vez que PxC perdió 853 votos. En Rubí, el PP utilizó (de nuevo) el lema por excelencia del fascismo actual, “Primero los de casa”. El PP perdió 2.237 votos y cayó de 6 a 2 concejales, mientras que PxC perdió 425 votos respecto a 2011, y quedó aún más lejos de obtener representación.
En resumen, no se puede explicar la caída de PxC en términos de un giro hacia el PP. Más bien, el rechazo al fascismo y al racismo ha contribuido a la caída de ambas fuerzas.
Primero, no hay correlación entre la caída de PxC y la subida de Ciudadanos. En Vic, supuesto feudo de PxC, este partido perdió a sus cinco concejales (Josep Anglada, expulsado del partido el año pasado, logró mantener su escaño bajo el nombre de otro grupo), pero C’s no se presentó y el PP sigue sin conseguir representación. En Olot, PxC consiguió un concejal un 2007 y dos en 2011. Esta vez, se quedó sin representación, pero C’s ni se presentó (y el PP también perdió el concejal que tenía desde 1983). En cambio, C’s sí se presentó y obtuvo representación en El Vendrell, Salt y Mataró, las ciudades donde PxC más se ha mantenido.
Segundo, C’s no es fascista. En 2010, 75.000 personas votaron a PxC, un partido fascista. La gran mayoría de estos votantes no eran fascistas, pero seguramente tampoco eran muy de izquierdas. Una campaña que desenmascara a PxC por lo que es, puede disuadir a estas personas de darle su voto. Como resultado, pueden abstenerse, o bien dar su voto a una opción no fascista. En cualquiera de los casos, es un éxito de la lucha antifascista. El resto de la batalla electoral, entre los partidos de la izquierda y de la derecha no fascista, es otra cosa, en la que UCFR no entra (aparte de denunciar el uso de discursos xenófobos). Es verdad que C’s es un partido bastante populista, con discursos vacilantes, y que podría girar hacia la extrema derecha: sabemos que en la cuestión nacional ha hecho el juego a los fascistas. Pero su campaña reciente ha sido menos racista que la del PP y, de todas maneras, ahora mismo ni el PP ni C’s es fascista. Si es cierto que votos se han trasladado de PxC a C’s, desde la perspectiva de la lucha contra el fascismo esto es un paso positivo; aunque desde una visión global de izquierdas, es, por supuesto, insuficiente.
Como informó el ABC: “El partido de ultraderecha España2000 ha aumentado su presencia en el este de la región, donde… mantiene la representación de un concejal en Alcalá de Henares y entrará por primera vez en los Ayuntamientos de las localidades de San Fernando de Henares, Velilla de San Antonio y Los Santos de la Humosa.” En este último municipio “ha sacado tres concejales, lo que la convierte en la segunda fuerza política del Ayuntamiento”. Añade que: “otra candidatura de ultraderecha en la comarca, la representada por la plataforma que integran Partido por la Libertad (PxL) y Con las Manos Limpias, ha obtenido un edil en la localidad de Valdeavero”. En resumen, ahora hay casi tantos concejales fascistas sólo en esta comarca como en toda Catalunya.
Se vio rápidamente el fruto de este éxito electoral en la forma de brutales agresiones fascistas en las fiestas del pueblo de San Fernando de Henares. En la madrugada del sábado, 31 de mayo, hubo un atentado incendiario contra las casetas donde dormían dos familias de inmigrantes, y durante la siguiente madrugada una treintena de nazis atacaron la caseta de IU en las mismas fiestas.
Existen movimientos antifascistas en la zona, como la Asamblea Antifascista de Alcalá de Henares, pero la izquierda radical por sí sola no puede derrotar una amenaza fascista como la que representan PxC o España2000. Tampoco se consigue mediante la actividad principalmente institucional o jurídica. La experiencia de Catalunya demuestra que un movimiento que abarque a amplios sectores sociales, unidos en la lucha contra la extrema derecha sin más precondiciones ni exclusiones, sí puede hacerlo.
Por supuesto, la dirección del partido intenta animar a sus bases y el texto tiene un componente importante de autobombo, pero revela unos hechos importantes sobre PxC.
Probablemente incluso hoy hay activistas (y más aún intelectuales) que niegan el carácter fascista de PxC, insistiendo en que es un partido meramente populista. (He analizado largamente estos argumentos en este texto.) Los partidos populistas viven para los votos; no tienen interés en dominar la calle, ni dedican muchos esfuerzos a crear un movimiento de base. Los fascistas, en cambio, utilizan las campañas electorales precisamente para ganar adeptos y crear un movimiento en la calle. El populismo quiere jugar (más o menos) dentro de las reglas del juego de la democracia burguesa. El fascismo quiere acabar del todo con este y con todo sistema medianamente democrático; por esto a veces los fascistas se identifican como “nacional revolucionarios”. La última declaración de PxC confirma que no es populista, sino fascista.
Así que la probable reacción del fascismo en Catalunya ante la derrota electoral —igual que lo hizo el BNP en Gran Bretaña tras hundirse electoralmente gracias al trabajo de Unite Against Fascism— será lo que ellos mismos anuncian: un giro hacia la calle. Pero tienen un problema. La otra noticia ignorada del 24 de mayo fue que la noche anterior, el centro nazi Tramuntana anunció su cierre. Como se quejó uno de sus impulsores: “apenas 10 personas, de las 6.000 que han dado me gusta a esta página [de Facebook], han preferido actuar a quedarse de brazos cruzados. El resto os habéis quedado mirando… Aquí tenéis la explicación al cierre!”
El fracaso del centro nazi es una gran victoria de la lucha unitaria, primero en el Clot, después en La Verneda. En ambos barrios, las entidades vecinales, juveniles, sociales, políticas… se sumaron a la campaña contra los nazis impulsada por UCFR Sant Martí. En marzo, por ejemplo, se editaron 10.000 ejemplares de un periódico dedicado a desenmascarar el centro nazi. No lograron ganar adeptos mediante el disfraz de centro de ocio dedicado a inocentes actividades.
O sea, los fascistas intentarán aumentar probablemente su presencia en la calle, quizá mediante propuestas de repartos racistas de alimentos, quizá —y más preocupante— mediante intentos de agresión. Pero el trabajo hecho supone que tienen menos adeptos para impulsar estas actividades, y los que tienen ya llevan un par de duras derrotas a la espalda. Es de esperar que saquen la conclusión lógica y se queden en casa despotricando contra la TV, más que presentarse como la raza superior, e intentar organizar a la población contra la que ya han demostrado un profundo menosprecio.
Primero, hay que crear o fortalecer UCFR en los sitios donde PxC, u otras fuerzas fascistas, aún tengan presencia. Hará falta un esfuerzo especial allá donde están presentes en los ayuntamientos, pero también será necesario estar alertas ante la amenaza de actividades nazis en la calle.
Segundo, no sabemos si el PP de Catalunya mantendrá su deriva extremadamente xenófoba. Si es así, UCFR deberá responder ante ella. También tendrá que estar a la alerta ante cualquier giro hacia el racismo de Ciudadanos… o de cualquier otro partido.
En tercer lugar, aunque UCFR no tome posición respecto a la cuestión nacional, sí se opone a cualquier intento por parte de los fascistas de aprovecharse del tema, y denuncia la colaboración del PP y C’s con la extrema derecha en esta cuestión.
Finalmente, un ámbito de trabajo que ha crecido enormemente durante este año es la lucha contra la islamofobia. El fracaso electoral de PxC debe facilitar la lucha un poco, pero desgraciadamente, la islamofobia ha contagiado en mayor o menor grado a todos partidos de derechas; los de izquierdas tampoco son inmunes.
Lo positivo es que al emprender este trabajo UCFR cuenta con una red de activistas y grupos locales en muchas partes del territorio.
Ya hemos visto que estas explicaciones de la reciente derrota de PxC no se sostienen. Lo que es interesante es reflexionar acerca de esta visión de la política. Esta insistencia en lo impersonal (recordemos, por parte de personas de izquierdas, algunas de las cuales se definen de marxistas) a menudo va de la mano de una creencia en la capacidad de un u otro gran dirigente para solucionar los problemas y acercarnos a un mundo mejor. Desde los años 30 hasta hoy, gran parte de la izquierda se deja llevar por una combinación de fatalismo y fe absoluta en algunos dirigentes. Se aparta mucho de lo que debería ser fundamental en cualquier proyecto de izquierdas: la capacidad de la gente corriente —en el fondo, de las personas trabajadoras, que somos la enorme mayoría— de tomar las riendas de nuestras vidas. Marx escribió que “Las personas hacen su propia historia”: añadió, “pero no la hacen… bajo circunstancias elegidas por ellas mismas”. Para algunos autodefinidos marxistas, las circunstancias son el todo y se olvidan de la primera parte. [Propongo una estrategia de izquierdas muy diferente aquí.]
Aunque sea en un ámbito limitado, el éxito de la campaña de UCFR contra PxC es una muestra de que sí podemos escribir nuestra propia historia (aunque no bajo las condiciones que habríamos escogido, por supuesto). Si no tenemos porqué resignarnos ante el auge del fascismo, quizá podamos pensar que tampoco debemos resignarnos a otras cosas que se nos presentan como inevitables. Este, por supuesto, es otro tema, más allá de la actividad de UCFR, pero nos debería dar que pensar; pensar y también, por supuesto, actuar.
El gráfico abajo —que muestra cómo el avance de UCFR (utilizando como indicio la cantidad de personas y entidades que se han apuntado a su lista de difusión) va acompañado de la caída en votos de PxC— habla por sí mismo. Al menos así se pensaría, pero incluso dentro de la izquierda y los movimientos sociales mucha gente se niega a aceptar que se ha ganado una batalla contra la extrema derecha. Vale la pena analizar lo que se ha hecho, lo que se ha logrado, y los retos que quedan pendientes. [La declaración post electoral de UCFR se encuentra aquí.]
Actividades de UCFR
Durante la campaña electoral de las municipales ha habido un nivel altísimo de actividad. Aquí sólo cabe un resumen parcial. [Se pueden ver fotos de algunas actividades en la web de UCFR.]UCFR imprimió 130.000 octavillas, 10.000 pegatinas y 2.000 carteles (éstos se agotaron en mitad de la campaña) con el mensaje “No votes a grupos fascistas: No votes a PxC”. UCFR Osona imprimió, además, unas 20.000 octavillas propias que señalaban a las cuatro candidaturas fascistas que se presentaban en Vic: con éstas y las octavillas generales buzoneó toda la ciudad. UCFR L’Hospitalet buzoneó algunos barrios clave con 8.000 octavillas. Activistas del nuevo grupo de UCFR en Sant Andreu de la Barca repartieron muchas octavillas y pegaron centenares de carteles (además de la sorpresa ante la rapidez con la que carteles fascistas desaparecían de las paredes). Muchas octavillas más se repartieron en todo el territorio catalán, bien a través de los grupos locales de UCFR, o bien gracias a la iniciativa de personas a nivel individual.
También hubo muchas movilizaciones, de las que sólo se pueden comentar algunas. El nuevo grupo de UCFR en Viladecans organizó un “escrache” muy efectivo ante una parada de PxC. El grupo de Rubí (también muy nuevo) movilizó a casi 100 personas locales que superaron en número el acto central de PxC, celebrado en su municipio. Otro centenar de personas se sumó a una acción de UCFR Garrotxa contra la participación del candidato fascista en un acto electoral organizado por radio Olot. UCFR Maresme —un grupo aún poco consolidado e impulsado sobre todo por gente joven, sin mucho apoyo de los partidos— organizó una manifestación bajo el lema #NoVotisRacisme. Ante la campaña fuertemente xenófoba del PP de Mataró, decidieron no centrar la campaña en PxC (aunque sí repartieron las octavillas generales de UCFR), sino en denunciar por igual a todos los partidos que agitaban el racismo. Y hubo más cosas.
Por otro lado, se impulsaron de manera coordinada actos simbólicos en los que las diferentes candidaturas democráticas firmaron la declaración contra el fascismo y la xenofobia. Éstos se celebraron en Manresa, Vic, Barcelona, Terrassa, Badalona, Olot, Cornellà, Torroella de Montgrí, Vilanova i la Geltrú, Igualada, El Vendrell… Algunos de estos actos fueron organizados directamente por el grupo local de UCFR; otros fueron impulsados por activistas locales sin conexión previa con UCFR. Vale la pena destacar el del Vendrell, una ciudad en la que sólo se dieron pasos reales para establecer UCFR durante las semanas anteriores a las elecciones: el acto, al menos, fue un éxito, aunque ya era muy tarde. Por otro lado, con suerte el acto de Badalona, en el que participaron todas las candidaturas progresistas, será un paso hacia la creación de UCFR en esta ciudad, tan castigada por el racismo del PP.
Aparte del trabajo en el mundo real, UCFR tiene una buena presencia en las redes sociales. La página central de Facebook de UCFR la siguen unas 12 mil personas, y sus publicaciones llegan a miles de personas (decenas de miles en los últimos días de campaña). En Twitter, a @UnitatvsRacisme la siguen más de 11.000 personas. Durante mayo, hubo más de 380 mil “impresiones” de tuits de la cuenta general de UCFR. A estas cifras, hay que sumar la presencia en las redes —a veces muy activa— de los grupos locales de UCFR. Evidentemente, las redes tienen sus limitaciones, pero son una manera adicional de difundir los argumentos y materiales de UCFR; a veces incluso han contribuido a la creación de nuevos grupos.
Los grupos locales de UCFR más efectivos combinaron diferentes factores. Contaron con una fuerte participación de activistas a título individual, junto al apoyo de una amplia gama de entidades sociales y políticas locales. Llevaron a cabo las convocatorias generales, pero también tomaron iniciativas locales. Se enfocaron principalmente en la lucha contra los fascistas, pero también denunciaron el racismo de otras candidaturas cuando hizo falta. Fueron “radicales” e imaginativos, pero siempre respetando y cuidando el consenso entre las sensibilidades muy diversas que componen UCFR.
Donde se consiguió todo esto, se eliminó PxC completamente. Así se hizo en el Garraf ya en 2011, y esta vez no hubo ni una candidatura fascista en toda la comarca. En estas elecciones se ha borrado PxC completamente de todos los ayuntamientos en comarcas como Anoia, Bages, Baix Llobregat, Vallès Occidental y, lo más increíble, Osona, donde los fascistas tenían presencia municipal ininterrumpida desde 2003.
Las excepciones confirman la regla. Por ejemplo, en El Vendrell, PxC perdió votos pero mantuvo tres de los cinco escaños que había ganado en 2011. Este resultado es fruto de la ausencia de un trabajo continuo contra el fascismo, y de un grupo fuerte que cuente con el apoyo de las entidades sociales y políticas. Es esencial que esto se remedie a partir de ahora.
En Salt, PxC ha conseguido dos escaños; en 2011 fueron tres, pero dos de ellos no compartían la política del partido. Los concejales nuevos son del núcleo duro fascista. Sergio Concepción, cabeza de lista, es una figura clave del centro nazi Tramuntana que se ha fotografiado con el dirigente de Amanecer Dorado (actualmente ante los tribunales por su implicación en asesinatos y otras actividades criminales). Salt cuenta con un grupo antirracista muy comprometido e interesante, pero éste decidió no hacer una campaña al estilo de UCFR, y no insistió en la naturaleza nazi del candidato de PxC. No hay duda de que los otros temas que plantearon son importantes, como que las personas inmigradas deberían tener el derecho a voto. Pero tampoco hay duda de que ahora tienen dos fascistas en el ayuntamiento y si miramos la experiencia del resto de Catalunya este resultado podría haberse evitado.
En Maresme, PxC perdió escaños pero aún tiene una concejal —una integrante de la dirección central del partido— en el ayuntamiento de Mataró. Otra vez, hay que preguntarse si, con más apoyo y compromiso por parte de los partidos, y una campaña más centrada en PxC, se podría haber limpiado completamente la comarca de concejales fascistas.
Dejemos la última palabra a Ignacio Mulleras, ex concejal de PxC en Olot, La Garrotxa, (y ex dirigente de Democracia Nacional). Como explicó una activista de UCFR La Garrotxa durante la noche electoral: “Mulleras se ha cruzado con un compañero nuestro. Ha bajado la ventana del coche y ha dicho, ‘Me habéis ganado’. Y se ha ido. Una imagen para el recuerdo, para explicar a las nietas.”
¿La campaña racista del PP les quitó los votos a PxC?
Como suele pasar cuando se habla de la extrema derecha, este tópico se repite mucho pero no se sostiene bajo el más mínimo análisis.Las elecciones al Parlament catalán de noviembre de 2010 se celebraron en un ambiente fuertemente racista, con el PP y también CiU (especialmente Duran i Lleida de UDC) agitando la islamofobia. En ese período nos querían hacer pensar que el principal peligro para la sociedad eran unos “burkas” inexistentes: los ayuntamientos de Barcelona y Tarragona votaron prohibirlos. Con ello dieron la razón a PxC y contribuyeron a que este partido obtuviese el mayor voto de su historia: casi entraron en el Parlament. Entonces, UCFR estaba sólo en sus inicios. En las elecciones autonómicas de 2012, muy centradas en la cuestión nacional —y donde casi no se habló de la inmigración— y con una campaña mucho más fuerte por parte de UCFR (provocando las quejas de Josep Anglada), PxC cayó del 2,4% de 2010 al 1,6%, muy lejos de obtener representación. (Esto a pesar de, según su secretario general, haber preparado listas a prueba de las críticas de UCFR.)
Las elecciones municipales de 2015 nos aportan datos aún más claros. Durante la campaña, en diversos municipios de Catalunya el PP utilizó lemas copiados directamente de PxC, pero eso no los ayudó. En Barcelona, con el cartel que tildaba al Raval de gueto islámico, el PP perdió 43.598 votos, a la vez que PxC perdió 1.724. En Cornellà, donde el PP agitó contra la construcción de una mezquita, el PP bajó en 2.054 votos y tres concejales, a la vez que PxC perdió 853 votos. En Rubí, el PP utilizó (de nuevo) el lema por excelencia del fascismo actual, “Primero los de casa”. El PP perdió 2.237 votos y cayó de 6 a 2 concejales, mientras que PxC perdió 425 votos respecto a 2011, y quedó aún más lejos de obtener representación.
En resumen, no se puede explicar la caída de PxC en términos de un giro hacia el PP. Más bien, el rechazo al fascismo y al racismo ha contribuido a la caída de ambas fuerzas.
¿La subida de Ciudadanos dañó a PxC?
Otro argumento es que si bien PxC ha caído, ha subido el partido de Albert Rivera y poco hemos ganado. Otra vez, se trata de un argumento confuso, en muchos sentidos.Primero, no hay correlación entre la caída de PxC y la subida de Ciudadanos. En Vic, supuesto feudo de PxC, este partido perdió a sus cinco concejales (Josep Anglada, expulsado del partido el año pasado, logró mantener su escaño bajo el nombre de otro grupo), pero C’s no se presentó y el PP sigue sin conseguir representación. En Olot, PxC consiguió un concejal un 2007 y dos en 2011. Esta vez, se quedó sin representación, pero C’s ni se presentó (y el PP también perdió el concejal que tenía desde 1983). En cambio, C’s sí se presentó y obtuvo representación en El Vendrell, Salt y Mataró, las ciudades donde PxC más se ha mantenido.
Segundo, C’s no es fascista. En 2010, 75.000 personas votaron a PxC, un partido fascista. La gran mayoría de estos votantes no eran fascistas, pero seguramente tampoco eran muy de izquierdas. Una campaña que desenmascara a PxC por lo que es, puede disuadir a estas personas de darle su voto. Como resultado, pueden abstenerse, o bien dar su voto a una opción no fascista. En cualquiera de los casos, es un éxito de la lucha antifascista. El resto de la batalla electoral, entre los partidos de la izquierda y de la derecha no fascista, es otra cosa, en la que UCFR no entra (aparte de denunciar el uso de discursos xenófobos). Es verdad que C’s es un partido bastante populista, con discursos vacilantes, y que podría girar hacia la extrema derecha: sabemos que en la cuestión nacional ha hecho el juego a los fascistas. Pero su campaña reciente ha sido menos racista que la del PP y, de todas maneras, ahora mismo ni el PP ni C’s es fascista. Si es cierto que votos se han trasladado de PxC a C’s, desde la perspectiva de la lucha contra el fascismo esto es un paso positivo; aunque desde una visión global de izquierdas, es, por supuesto, insuficiente.
Una comparación: Madrid
Otra manera de analizar el efecto de la campaña de UCFR es comparar los resultados de Catalunya con los del corredor de Henares, al este de Madrid.Como informó el ABC: “El partido de ultraderecha España2000 ha aumentado su presencia en el este de la región, donde… mantiene la representación de un concejal en Alcalá de Henares y entrará por primera vez en los Ayuntamientos de las localidades de San Fernando de Henares, Velilla de San Antonio y Los Santos de la Humosa.” En este último municipio “ha sacado tres concejales, lo que la convierte en la segunda fuerza política del Ayuntamiento”. Añade que: “otra candidatura de ultraderecha en la comarca, la representada por la plataforma que integran Partido por la Libertad (PxL) y Con las Manos Limpias, ha obtenido un edil en la localidad de Valdeavero”. En resumen, ahora hay casi tantos concejales fascistas sólo en esta comarca como en toda Catalunya.
Se vio rápidamente el fruto de este éxito electoral en la forma de brutales agresiones fascistas en las fiestas del pueblo de San Fernando de Henares. En la madrugada del sábado, 31 de mayo, hubo un atentado incendiario contra las casetas donde dormían dos familias de inmigrantes, y durante la siguiente madrugada una treintena de nazis atacaron la caseta de IU en las mismas fiestas.
Existen movimientos antifascistas en la zona, como la Asamblea Antifascista de Alcalá de Henares, pero la izquierda radical por sí sola no puede derrotar una amenaza fascista como la que representan PxC o España2000. Tampoco se consigue mediante la actividad principalmente institucional o jurídica. La experiencia de Catalunya demuestra que un movimiento que abarque a amplios sectores sociales, unidos en la lucha contra la extrema derecha sin más precondiciones ni exclusiones, sí puede hacerlo.
El fascismo en Catalunya tras las elecciones
Tras su derrota electoral, PxC ha declarado lo siguiente: “Plataforma per Catalunya no es solamente un partido político, es la defensa de un movimiento, el social-identitario, por tanto tener más o menos cargos electos no debe afectar en nuestra lucha… Muchos militantes y luchadores de PxC han dejado de ser cargos electos, por un lado eso nos impide defender nuestro ideario dentro de las instituciones, pero por el otro nos permite hacerlo con mucha más libertad y soltura en las calles que es donde nos sentimos cómodos de verdad, codo con codo con el pueblo, volveremos a recoger alimentos y comida para gente de casa… Pese a todo, el éxito y la grandeza de nuestro movimiento no se mide ni en votos, ni en concejales, ni en cargos electos, si así fuese seríamos otro partido más de la casta que tanto repudiamos. A todos aquellos, que han abierto el cava antes de hora, a todos aquellos que nos han dado por muertos y enterrados, tened cuidado porque cualquier día puede ser uno bueno para que se os atragante. El que ríe último, ríe mejor…”Por supuesto, la dirección del partido intenta animar a sus bases y el texto tiene un componente importante de autobombo, pero revela unos hechos importantes sobre PxC.
Probablemente incluso hoy hay activistas (y más aún intelectuales) que niegan el carácter fascista de PxC, insistiendo en que es un partido meramente populista. (He analizado largamente estos argumentos en este texto.) Los partidos populistas viven para los votos; no tienen interés en dominar la calle, ni dedican muchos esfuerzos a crear un movimiento de base. Los fascistas, en cambio, utilizan las campañas electorales precisamente para ganar adeptos y crear un movimiento en la calle. El populismo quiere jugar (más o menos) dentro de las reglas del juego de la democracia burguesa. El fascismo quiere acabar del todo con este y con todo sistema medianamente democrático; por esto a veces los fascistas se identifican como “nacional revolucionarios”. La última declaración de PxC confirma que no es populista, sino fascista.
Así que la probable reacción del fascismo en Catalunya ante la derrota electoral —igual que lo hizo el BNP en Gran Bretaña tras hundirse electoralmente gracias al trabajo de Unite Against Fascism— será lo que ellos mismos anuncian: un giro hacia la calle. Pero tienen un problema. La otra noticia ignorada del 24 de mayo fue que la noche anterior, el centro nazi Tramuntana anunció su cierre. Como se quejó uno de sus impulsores: “apenas 10 personas, de las 6.000 que han dado me gusta a esta página [de Facebook], han preferido actuar a quedarse de brazos cruzados. El resto os habéis quedado mirando… Aquí tenéis la explicación al cierre!”
El fracaso del centro nazi es una gran victoria de la lucha unitaria, primero en el Clot, después en La Verneda. En ambos barrios, las entidades vecinales, juveniles, sociales, políticas… se sumaron a la campaña contra los nazis impulsada por UCFR Sant Martí. En marzo, por ejemplo, se editaron 10.000 ejemplares de un periódico dedicado a desenmascarar el centro nazi. No lograron ganar adeptos mediante el disfraz de centro de ocio dedicado a inocentes actividades.
O sea, los fascistas intentarán aumentar probablemente su presencia en la calle, quizá mediante propuestas de repartos racistas de alimentos, quizá —y más preocupante— mediante intentos de agresión. Pero el trabajo hecho supone que tienen menos adeptos para impulsar estas actividades, y los que tienen ya llevan un par de duras derrotas a la espalda. Es de esperar que saquen la conclusión lógica y se queden en casa despotricando contra la TV, más que presentarse como la raza superior, e intentar organizar a la población contra la que ya han demostrado un profundo menosprecio.
Retos para UCFR
Varias personas respondieron ante la derrota de PxC con advertencias contra bajar la guardia. No he oído a nadie de UCFR Catalunya sugerir que el trabajo ya está hecho.Primero, hay que crear o fortalecer UCFR en los sitios donde PxC, u otras fuerzas fascistas, aún tengan presencia. Hará falta un esfuerzo especial allá donde están presentes en los ayuntamientos, pero también será necesario estar alertas ante la amenaza de actividades nazis en la calle.
Segundo, no sabemos si el PP de Catalunya mantendrá su deriva extremadamente xenófoba. Si es así, UCFR deberá responder ante ella. También tendrá que estar a la alerta ante cualquier giro hacia el racismo de Ciudadanos… o de cualquier otro partido.
En tercer lugar, aunque UCFR no tome posición respecto a la cuestión nacional, sí se opone a cualquier intento por parte de los fascistas de aprovecharse del tema, y denuncia la colaboración del PP y C’s con la extrema derecha en esta cuestión.
Finalmente, un ámbito de trabajo que ha crecido enormemente durante este año es la lucha contra la islamofobia. El fracaso electoral de PxC debe facilitar la lucha un poco, pero desgraciadamente, la islamofobia ha contagiado en mayor o menor grado a todos partidos de derechas; los de izquierdas tampoco son inmunes.
Lo positivo es que al emprender este trabajo UCFR cuenta con una red de activistas y grupos locales en muchas partes del territorio.
Reflexión: las personas podemos cambiar las cosas
Las reacciones de algunas personas de izquierdas desprenden un halo de fatalismo que tiene poco que ver con una visión realmente de izquierdas. El auge del fascismo se suele atribuir a fuerzas impersonales —la crisis del capitalismo; maniobras de sectores de la clase dirigente; intervenciones extranjeras…— que excluyen la posibilidad de que las personas corrientes puedan cambiar la situación. Y cuando se consigue que el fascismo retroceda, este cambio también se atribuye a factores ajenos: antes, al hecho de que supuestamente el fascismo ya se sentía representado por el PP; ahora, a la subida de Ciudadanos…Ya hemos visto que estas explicaciones de la reciente derrota de PxC no se sostienen. Lo que es interesante es reflexionar acerca de esta visión de la política. Esta insistencia en lo impersonal (recordemos, por parte de personas de izquierdas, algunas de las cuales se definen de marxistas) a menudo va de la mano de una creencia en la capacidad de un u otro gran dirigente para solucionar los problemas y acercarnos a un mundo mejor. Desde los años 30 hasta hoy, gran parte de la izquierda se deja llevar por una combinación de fatalismo y fe absoluta en algunos dirigentes. Se aparta mucho de lo que debería ser fundamental en cualquier proyecto de izquierdas: la capacidad de la gente corriente —en el fondo, de las personas trabajadoras, que somos la enorme mayoría— de tomar las riendas de nuestras vidas. Marx escribió que “Las personas hacen su propia historia”: añadió, “pero no la hacen… bajo circunstancias elegidas por ellas mismas”. Para algunos autodefinidos marxistas, las circunstancias son el todo y se olvidan de la primera parte. [Propongo una estrategia de izquierdas muy diferente aquí.]
Aunque sea en un ámbito limitado, el éxito de la campaña de UCFR contra PxC es una muestra de que sí podemos escribir nuestra propia historia (aunque no bajo las condiciones que habríamos escogido, por supuesto). Si no tenemos porqué resignarnos ante el auge del fascismo, quizá podamos pensar que tampoco debemos resignarnos a otras cosas que se nos presentan como inevitables. Este, por supuesto, es otro tema, más allá de la actividad de UCFR, pero nos debería dar que pensar; pensar y también, por supuesto, actuar.
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