Irak: la alternativa a la ocupación
Artículo publicado en En lucha, Nº106, Mayo de 2005.
Últimamente se habla mucho de la amenaza de guerra civil en Irak. Durante las últimas semanas varios acontecimientos ilustran el tema.
Jalal Talabani, dirigente de la Unión Patriótica del Kurdistán, antaño guerrilla revolucionaria, fue nombrado “Presidente”, del gobierno títere creado por la ocupación. Este nombramiento no es un paso hacia la liberación de los kurdos, sino algo que ahora mismo conviene a EEUU. La colaboración de Talabani con la ocupación dificulta la tarea de reestablecer la solidaridad entre los kurdos y el resto de la población de Irak.
Además de utilizar a los kurdos contra los árabes, EEUU intenta promover divisiones entre suníes y chiíes. La resistencia ataca, sobre todo, a las tropas y a su infraestructura, pero se pone mucho énfasis en los atentados contra las mezquitas chiíes. Pero éstos no los lleva a cabo la resistencia nacional iraquí.
Sí podrían ser obra de grupos inspirados en el wahhabismo —la versión puritana saudita del Islam— que ven a los chiíes como a herejes. Igualmente podrían ser acciones de los servicios secretos de EEUU o de Israel: hicieron cosas parecidas durante su ocupación del Líbano.
Aún así, todo esto le sirve a EEUU como coartada para la ocupación; “si nos fuéramos nosotros, habría guerra civil”. Incluso dentro del movimiento antiguerra, algunos piensan que una retirada estadounidense debe acompañarse de la entrada de tropas de la ONU o de la Liga Árabe.
Pero, como declaró un dirigente de la resistencia civil en una entrevista publicada en el nuevo libro Iraq, diario de la resistencia, tales fuerzas serían “consideradas tropas de la ocupación, pues su función [sería] asistir a EEUU”.
La alternativa real a la ocupación, y al peligro de guerra civil, es otra.
El 9 de abril, segundo aniversario de la famosa imagen del derribo de una estatua de Sadam por parte de las tropas estadounidenses tras la invasión, se celebraron enormes manifestaciones en Bagdad y otras ciudades.
Hasta 300.000 iraquíes, convocados por el dirigente chiíta Moqtada as-Sadr, protestaron con gritos de “No a los ocupantes”, y “No a América, No a Sadam, Sí al Islam”.
La Asociación de Ulemas Musulmanes, máxima autoridad suní, apoyó la convocatoria, y Ramadi, una ciudad de mayoría suní, también se manifestó.
En palabras de un participante en Bagdad: “Esta gigantesca manifestación es la prueba de que el pueblo tiene la fuerza y la fe necesarias para proteger su país y liberarse de sus ocupantes.”
Últimamente se habla mucho de la amenaza de guerra civil en Irak. Durante las últimas semanas varios acontecimientos ilustran el tema.
Jalal Talabani, dirigente de la Unión Patriótica del Kurdistán, antaño guerrilla revolucionaria, fue nombrado “Presidente”, del gobierno títere creado por la ocupación. Este nombramiento no es un paso hacia la liberación de los kurdos, sino algo que ahora mismo conviene a EEUU. La colaboración de Talabani con la ocupación dificulta la tarea de reestablecer la solidaridad entre los kurdos y el resto de la población de Irak.
Además de utilizar a los kurdos contra los árabes, EEUU intenta promover divisiones entre suníes y chiíes. La resistencia ataca, sobre todo, a las tropas y a su infraestructura, pero se pone mucho énfasis en los atentados contra las mezquitas chiíes. Pero éstos no los lleva a cabo la resistencia nacional iraquí.
Sí podrían ser obra de grupos inspirados en el wahhabismo —la versión puritana saudita del Islam— que ven a los chiíes como a herejes. Igualmente podrían ser acciones de los servicios secretos de EEUU o de Israel: hicieron cosas parecidas durante su ocupación del Líbano.
Aún así, todo esto le sirve a EEUU como coartada para la ocupación; “si nos fuéramos nosotros, habría guerra civil”. Incluso dentro del movimiento antiguerra, algunos piensan que una retirada estadounidense debe acompañarse de la entrada de tropas de la ONU o de la Liga Árabe.
Pero, como declaró un dirigente de la resistencia civil en una entrevista publicada en el nuevo libro Iraq, diario de la resistencia, tales fuerzas serían “consideradas tropas de la ocupación, pues su función [sería] asistir a EEUU”.
La alternativa real a la ocupación, y al peligro de guerra civil, es otra.
El 9 de abril, segundo aniversario de la famosa imagen del derribo de una estatua de Sadam por parte de las tropas estadounidenses tras la invasión, se celebraron enormes manifestaciones en Bagdad y otras ciudades.
Hasta 300.000 iraquíes, convocados por el dirigente chiíta Moqtada as-Sadr, protestaron con gritos de “No a los ocupantes”, y “No a América, No a Sadam, Sí al Islam”.
La Asociación de Ulemas Musulmanes, máxima autoridad suní, apoyó la convocatoria, y Ramadi, una ciudad de mayoría suní, también se manifestó.
En palabras de un participante en Bagdad: “Esta gigantesca manifestación es la prueba de que el pueblo tiene la fuerza y la fe necesarias para proteger su país y liberarse de sus ocupantes.”
- Libro recomendado: P. Rojo, C. Varea y L. Oliván (eds) Iraq, diario de la resistencia, editado por Icaria, marzo de 2005.
Comentarios
Publicar un comentario