Beirut: un paso adelante en el movimiento internacional

Artículo aparecido en En lucha No 99, Octubre de 2004

A mediados de septiembre, se celebró una reunión histórica del movimiento contra la guerra y la globalización neoliberal, en Beirut, Líbano.

Hubo delegaciones de todos los continentes del mundo. Lo más impresionante fue la amplia participación de organizaciones de Oriente Medio. Éstas incluían desde redes anticapitalistas hasta partidos islamistas. Sobre todo, hubo una importante presencia de delegados palestinos e iraquíes.

El programa fue muy apretado, con debates acerca de la situación mundial, el estado del movimiento, y propuestas para acciones futuras, sin olvidar una visita a Sabra y Chatila.

En un encuentro tan diverso, eran inevitables las diferencias de opinión. Lo sorprendente, y gratificante, fue que éstas no reflejaron en absoluto un “choque de civilizaciones”.

En los debates acerca del uso de ciertas tácticas violentas por parte de la resistencia iraquí, hubo opiniones de todos tipos, tanto de los delegados del “norte” como de los del “sur”. Al final, se acordó unánimemente defender “el derecho del pueblo de Irak y de Palestina a resistir ante las ocupaciones”.

Desafortunadamente, la resistencia iraquí todavía no ha logrado crear un frente unitario, y sólo fue posible la asistencia de algunas de sus corrientes, lo que complicó el llegar a consensos respecto a Irak. Aun así, pudimos escuchar los testimonios interesantísimos de activistas de Bagdad, Basora y Faluya.

El balance de la reunión es muy positivo, y debemos felicitar a sus organizadores, Walden Bello y Focus on the Global South (www.focusweb.org). Tratándose del primer encuentro de este carácter, los malentendidos y problemas fueron menores.

La decisión más importante, que por sí sola justificaría la convocatoria, fue la de impulsar una campaña internacional contra el apartheid israelí, movilizándonos a favor de un boicot a Israel en todos los campos posibles: económicos, políticos, culturales…

Más allá, el hecho de que activistas y organizaciones de todos los rincones del planeta se hayan reunido y conocido —desafiando la islamofobia que se nos intenta imponer— abre muchas posibilidades de futuras colaboraciones en la lucha por un mundo mejor.

Este espíritu se resumió en la impresionante contribución de un representante de Hizbolá —ahora un partido parlamentario en Líbano y un anfitrión del encuentro— que dijo: “Nuestro Islam de liberación quiere ser parte del movimiento anti-neoliberal y anti-guerra. Estamos juntos con los de Seattle, Génova… para mejorar el mundo, sin hegemonías, con nuestras diferentes confesiones e ideologías.”

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