tag:blogger.com,1999:blog-11755355061242661032024-03-14T13:08:39.308+01:00Textos de un antisistemaArtículos míos sobre temas diversos; las revoluciones árabes, la lucha contra el fascismo y el racismo...David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.comBlogger244125tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-22862160871320214222023-08-27T22:01:00.010+02:002023-08-30T18:30:47.328+02:00Carta a un joven que apoya a Rubiales<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiz5ktsv_LUfHii5PCb-Q6jE6aVC1FEQbVYIJ-gw-bZzssbEPfAlzUU_Y5D23i9224jjdhU87qemSN-LMwMFE4itNN3Vm9u_ROtTbg9gO2LBavcEysM62B68mbcsXsW2jMhitSsEgmBx8q1qRpqdR29uy4-JKZ0d-0aez_TcgCfe5AYg_ife4IJisUMzY8/s736/MUXY6TXGUEZVRFG2KU5MQVIIMQ.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="414" data-original-width="736" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiz5ktsv_LUfHii5PCb-Q6jE6aVC1FEQbVYIJ-gw-bZzssbEPfAlzUU_Y5D23i9224jjdhU87qemSN-LMwMFE4itNN3Vm9u_ROtTbg9gO2LBavcEysM62B68mbcsXsW2jMhitSsEgmBx8q1qRpqdR29uy4-JKZ0d-0aez_TcgCfe5AYg_ife4IJisUMzY8/s16000/MUXY6TXGUEZVRFG2KU5MQVIIMQ.jpg" /></a></div><p><br /></p><p> [<a href="https://marx21.net/2023/08/29/carta-jove-rubiales/" target="_blank">També en català</a>]</p><p>Estos días ha estallado el escándalo respecto a las acciones
de Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), al
final de la Copa Mundial femenina de la FIFA. Está acusado de haber besado en plena boca a una de las jugadoras, Jennifer Hermoso,
contra sus deseos. Ella mantiene que no lo consintió; resulta que unas
"declaraciones suyas" en el sentido opuesto, negando que hubiera
abuso, <a href="https://www.relevo.com/futbol/mundial-femenino/rubiales-pidio-jenni-hermoso-defendiera-20230822035508-nt.html">fueron inventadas</a> por el departamento de comunicaciones de la RFEF. </p>
<p>En su discurso ante la reunión de la RFEF del viernes 25 de
agosto, Rubiales intentó justificar su comportamiento, con un discurso en el
que hablaba de “falso feminismo” y presentándose como la víctima. </p>
<p>Escuchándolo, me temía que podría estar convenciendo a
algunas personas, que más de un hombre podría aceptar sus argumentos. Dentro de
la reunión, al menos, casi todo el mundo lo aplaudió efusivamente, algunas personas
incluso se pusieron de pie.</p>
<p>Ante esta situación, el sindicato que representa a las
futbolistas, Futpro, emitió un potente comunicado, firmado por decenas de
jugadoras que expresaron su solidaridad con Jennifer Hermoso y anunciaron su
negación a jugar en la selección bajo su dirección actual.</p>
<h4><a name="_xsuiqphrgdzj"></a>¿En qué lado estás?</h4>
<p>Pues bien, si frente a todo esto, te solidarizas con
Jennifer Hermoso y las demás integrantes de la selección femenina que (no lo
olvidemos) acaba de ganar la Copa Mundial femenina de fútbol, bien, estamos de acuerdo y
lo dejo aquí.</p>
<p>Por otro lado, si eres de familia rica, si tú y/o tu familia
sois dueños de empresas, si vivís gracias a la explotación y la opresión de
otras personas, pues lo siento, no tengo nada que decirte. Si el estado actual
de las cosas —con todas las injusticias que conlleva— os beneficia, ningún
argumento mío va a convencerte para cambiar de opinión y oponerte a ello.</p>
<p>Pero si eres un joven de clase trabajadora, una persona
normal y corriente, y te has sentido identificado con Rubiales, esta carta es
para ti. Quizá también piensas que “lo del feminismo ha ido demasiado lejos”,
que “ya no puedes hacer ni decir nada sin que te acusen de algo”, etc.</p>
<p>Quiero argumentar que por mucho que puedas discrepar de
algunas cosas que se digan o hagan en nombre del feminismo (y el término se ha
aplicado a muchas cosas muy diferentes, incluso opuestas entre sí), no deberías
dejarte engañar por lo que dice Rubiales. No te debes identificar con él; él no
es nuestro colega.</p>
<h4><a name="_ebffqnfjibkx"></a>No va de teoría feminista</h4>
<p>Confieso que yo discrepo de algunas teorías y afirmaciones
que se presentan en nombre del feminismo. No me identifico de “feminista” (de
hecho, a veces tengo la sensación de que algunos hombres que sí se declaran
"feministas" no siempre actúan en consecuencia). No pienso que todos
los hombres son malos, machistas insalvables; ni que sean personalmente
responsables de la opresión de las mujeres, etc. </p>
<p>Pero la opresión de las mujeres existe, bajo mil formas
diferentes, desde los asesinatos machistas y las violaciones, hasta la
discriminación laboral y la brecha salarial. (Hay quienes niegan esto, como hay
quienes defienden que la tierra es plana; pero esto no cambia la realidad.)</p>
<p>Y has de tener claro que toda opresión y discriminación te
perjudica, seas hombre o mujer, blanco o negro, LGTBI+ o no. Por ejemplo, si
gracias a una u otra opresión los empresarios logran pagar menos a una persona
–por ser mujer, migrante, etc.-- eso les facilita el bajar los salarios en
general, eso debilita al conjunto de la gente trabajadora. </p>
<p>El caso de Rubiales no va de una u otra teoría feminista. Es
una cuestión mucho más básica. ¿Una mujer —en este caso Jennifer Hermoso— tiene
el derecho, o no, a no ser manoseada, a no sufrir abusos por parte de su jefe?
Se trata de si realmente creemos que todo ser humano tiene derechos, sea hombre
o mujer, blanco o negro, LGTBI+ o no, etc. </p>
<p>Si en este caso te identificas con Rubiales, te has
equivocado de bando. </p>
<h4><a name="_szdd4hup5gzg"></a>Ponte en su lugar</h4>
<p>Todos queremos a nuestras madres. Si eres de familia
trabajadora, tu madre lo habrá pasado mal al menos en un momento u otro. Siendo
más joven, igual sufría atenciones indeseadas —acoso sexual— a manos de un
jefe, un supervisor. Quizá siendo más mayor, sufrió menosprecio por no
cuadrar con la visión de cómo debía ser una mujer.</p>
<p>Si te identificas con Rubiales, estás poniéndote al lado de
cada jefe de poca monta que haya tratado mal a tu madre, a tu hermana, etc.</p>
<p>Es más, también estás justificando a cada jefe que te haya
tratado mal a ti. </p>
<p>Porque la opresión de las mujeres no pertenece a un universo
paralelo que no te afecta. El sistema que oprime a las mujeres es el mismo que
deja morir a personas refugiadas en las fronteras, es el mismo que recorta los
salarios reales mientras las empresas sacan beneficios récord. </p>
<p>El jefe que trata mal a las trabajadoras es el mismo que te
obliga a trabajar horas extras sin avisar (y quizá sin cobrar). El mismo que te
menosprecia si cometes un error, pero cuando tienes una buena idea te la roba y
la hace pasar por suya. Y luego, cuando quiere algo, te dirá, “todos somos
familia” o “somos un equipo”. Sabes que es una mentira hipócrita.</p>
<p>Pues cuando Rubiales intenta engañarte con sus ataques al
“falso feminismo”, es ese jefe que te explota todo el mes, y luego dice que es
tu colega.</p>
<h4><a name="_g570pwayhfj"></a>Pastudo</h4>
<p>Rubiales <a href="https://www.eldiario.es/sociedad/sueldo-rubiales-600-000-euros-brutos-ano-casa-porcentaje-ingresos-federacion_1_10460374.html">cobra un pastón</a>: yo no y imagino que tú tampoco. Como presidente de la RFEF recibe 675.761,87 euros brutos anuales, más varios pluses. Cobra, además, 250.000 euros al año como vicepresidente de la UEFA.</p>
<p>En ese mismo discurso ante la RFEF, Rubiales se dirigió a
Vilda –el entrenador de la selección femenina cuyas actitudes ya habían
provocado un fuerte rechazo entre muchas jugadoras– y le prometió un nuevo
contrato de medio millón de euros al año. Tu y yo tampoco cobramos eso. </p>
<p>De dónde viene todo ese dinero? En parte de las entradas a
los partidos; yo casi nunca voy al fútbol pero entiendo que las entradas son
muy caras. También de sus contratos con los canales de televisión, donde hay
mucho trapicheo, con el resultado de que para ver según qué partidos en la TV, o pagas extra o bien tienes
que hacer maniobras extrañas en Internet. </p>
<p>Y se ve que la RFEF recibe patrocinio de mogollón de empresas, como
Iberdrola, Iberia, Renfe…</p>
<p>¿Te suenan las subidas de precios de energía? Pues el año
pasado, <a href="https://www.climatica.lamarea.com/iberdrola-beneficios-2022/">Iberdrola tuvo beneficios récord</a> de 4.339
millones de euros, una subida del 12%. ¿A ti te subieron el salario en un 12%?
Supongo que no. </p>
<p>Pues una parte de esos beneficios (fruto de las subidas
abusivas en las facturas de la luz) fue para la RFEF, y se supone que forma parte del pastón que
se lleva el Sr. Rubiales. </p>
<h4><a name="_9mskvfld6zyq"></a>StopVOX</h4>
<p>Se comentó tras el vergonzoso discurso que Rubiales apostaba
para entrar en el partido de extrema derecha, VOX. Su justificación del acoso
sexual sí que le acerca a ese espacio, aunque hasta ahora el partido no lo ha
querido reivindicar.</p>
<p>Dicho esto, un dirigente de VOX, el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, <a href="https://www.servimedia.es/noticias/gallardo-vox-critica-izquierda-totalitaria-ataca-rubiales-actos-deben-ser-juzgados-tribunal/3800311">denunció las críticas</a> hacia Rubiales como
producto de una "izquierda totalitaria".</p>
<p>¿Realmente te pones en el mismo bando que VOX, ese partido
nostálgico del franquismo, ese partido que se ha opuesto a subidas en el
salario mínimo y en las pensiones, el que piensa que la salud pública es un
lastre…?</p>
<h4><a name="_khzbuf2ztdp"></a>Matones de patio</h4>
<p>Cuando era un niño, un día en la escuela, había unos chicos,
aprendices de matón, que estaban haciendo bullying a un chico (por llevar
gafas, por ser gordo, bajo, quién sabe); habían cogido su mochila y se la
estaban pasando entre ellos, con él intentando sin éxito recuperarla. Al pasar
yo, la mochila cayó en mis manos. Los mini matones me llamaron, “pásanosla, sé guay, sé uno de nosotros”, bla, bla. Estoy contento de decir que no lo hice,
sino que se la devolví al chico al que estaban molestando. Yo sabía que si hoy
iban a por él, otro día sería yo. </p>
<p>Rubiales es el más grande de esos matones, Te dice “sé
guay”, “identifícate conmigo”. Pero no lo hagas. Hoy ataca a Jennifer Hermoso,
mañana será otra persona; así funciona esa gente. </p>
<p>Y si él se sale con la suya, eso no te refuerza a ti.
Refuerza a cada mini jefe de tres al cuarto que quiere abusar de las personas
bajo su poder. Y si tu no eres jefe ni empresario, sino de clase trabajadora,
eso te incluye a ti.</p>
<p>Así que no nos confundamos. Repito, no se trata de compartir
unas u otras teorías; todo eso es discutible, faltaría más. </p>
<p>La cuestión es si un jefe puede abusar impunemente de una
trabajadora, o no. </p>
<p>Si Rubiales puede hacer esto a una jugadora famosa que acaba
de ganar la Copa Mundial, ¿qué no podrán hacer los miles de mini Rubiales; a tu madre, a tu hermana…? Y,
salvando las diferencias, a ti?</p>
<p>No dudes, no apoyes al jefe matón y machirulo, apoya a
Jennifer, como si fuera tu hermana, que hoy, en cierto sentido, lo es.</p><span><a name='more'></a></span><p><i>Más sobre algunas de estas cuestiones:</i></p><p><b>Deporte femenino: una carrera de obstáculos</b></p><p>Video de una charla de Marx21, con Flor de Luna Pila, ex jugadora del Barça </p><p>Marie Faure, militante de Marx21 y jugadora de rugby</p><p><a href="https://youtu.be/7l_gaYVS338?si=XbuJFJsMTJSjGrkU">https://youtu.be/7l_gaYVS338?si=XbuJFJsMTJSjGrkU</a></p><p><b>Marxismo y feminismo</b></p><p>Folleto de Marx21, disponible en papel y <a href="https://marx21.net/2020/03/14/folleto-marxismo-y-feminismo-hoy/" target="_blank">online</a></p>
David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-80894847246975634672023-06-09T22:52:00.008+02:002023-06-11T17:16:40.462+02:00Memories of Bridget <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1QFmgp1W05mvAf1DXbxriSTqbEAaNVx3ETI02-ZfO0kpARjVZfuvfSvkuCDXTy7qmQYxgXMCHzX3S-hl3q6LxmueENSOjbIzzWZ8dY-JP_hnCR2o_szdpnNOs5W5V63uoWvTx_6VRIOqsj4eaC9ZepChPVW4xTmrnrOvvSD0NvutXDRejevXb4gXJ/s1080/Screenshot_2023-06-09-22-49-26-026_com.adobe.reader-edit.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="937" data-original-width="1080" height="278" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1QFmgp1W05mvAf1DXbxriSTqbEAaNVx3ETI02-ZfO0kpARjVZfuvfSvkuCDXTy7qmQYxgXMCHzX3S-hl3q6LxmueENSOjbIzzWZ8dY-JP_hnCR2o_szdpnNOs5W5V63uoWvTx_6VRIOqsj4eaC9ZepChPVW4xTmrnrOvvSD0NvutXDRejevXb4gXJ/s320/Screenshot_2023-06-09-22-49-26-026_com.adobe.reader-edit.jpg" width="320" /></a></div><p>My auntie Bridget died recently and I was able to speak at her funeral --which managed to be what her diverse family had hoped: a celebration of her life as much as, if not more than, grief at her death.</p><p>These are slightly expanded notes of what I said.</p><p>My sisters, my brother and I grew up in a fairly well off suburb of south east London. It was not at all a multicultural environment.</p><p>Every now and again Bridget visited us from wherever she was living then: after a time in Helsinki, Finland, she lived in Switzerland, and then especially Athens. Her visits brought a feeling of a wider world into our house, perhaps an exotic spirit. (Our father was a businessman and he travelled frequently, but the postcards and airport or hotel gifts he came back with didn't have the same effect).</p><p>Bridget brought stories from another world, of different ways of living and understanding things. She spoke, for example, of a good friend who was a Black South African woman, a committed communist. </p><p>Looking back, she was a bit like the aunt in the Graham Greene story and film, <i>Travels with my aunt</i>: a glimpse into an exciting universe beyond the suburbs.</p><p>I think she was a significant influence on us, on me at least, in broadening horizons, the idea that you can live in a bigger world, not just one neighbourhood or city. It was only in the last few days that I have wondered if her example partly inspired my move to live in Barcelona in 1993.</p><p>I said my auntie, and she was our auntie, although we had no biological relationship. As my mother Gay explained at Bridget's funeral, Gay's parents (my grandparents in Wales) and Bridget's parents were close friends. Even so Gay and Bridget only became really close when they were adults. But from then on, she definitely became part of our (non biological) family. Bridget was part of our family Christmas, part of our lives -- though not only ours, as we saw clearly at her funeral.</p><p><b>Music</b></p><p>In the 1960s, we had at home records by The Beatles, The Beach Boys, and some very dire LPs with cover versions of recent top twenty songs.</p><p>But Bridget brought other very different sounds into our house. According to my memory, firstly Simon and Garfunkel, with the Sounds of Silence, then Bridge Over Troubled Water, which I still like. </p><p>But then she brought us Santana: the Third Album, then Caravanserai. So at the age of 11 or 12 I became a big fan of Santana. At the age of 14, my sister (one year younger) and I went to our first ever concert; Santana at (I think) Hammersmith Odeon. (I now regret not having paid more attention to the distraction of the support act: Earth, Wind and Fire. At the time my appreciation of soul was limited to Motown Chartbusters; fine as far as it goes, but even so...)</p><p>And then, of course, Bridget started bringing us Greek music; the soundtrack of the Costa Gavras film, Z, by Mikis Theodorakis, then songs by the great Maria Farandouri...</p><p>Not only that, Bridget also played the piano we had at home. She played, of course, totally unconventionally: what she called "piano improvisoire" or some such expression in unconventional French. Her playing whatever she felt like, unconstrained by conventions like musical keys or time signatures, inspired me to try my hand. I became an inexpert but occasionally enthusiastic self taught pianist. (At one point I did learn to play a fair bit of Bridge Over Troubled Water, though this was a betrayal of the <i>improvisoire</i> ethos!)</p><p><b>Politics</b></p><p>On my first independent holiday, at the age of 18, I went on interrail to Greece (at the time, this meant some 24 hours crossing Yugoslavia). I stayed some days at Bridget's flat in Athens, where there was more music (often from reels of tape she played on a big old fashioned tape recorder), and we ate incredible food on the terraces of different tavernas.</p><p>She took me to a concert on a hill, where we saw Farandouri sing. Only later did I realise that it was almost certainly a festival of the Greek Communist Party, just a few years after the end of the military dictatorship. If Bridget explained something at the time, then it meant nothing to me.</p><p>On a later visit, I met her then Greek Communist boyfriend. I think he had been a political prisoner, or maybe in exile, but anyway he was an impressive figure in his way: very charming, but totally sexist and totally Stalinist. We argued a lot over flagons of retsina wine that they had bought by the kilo (that detail always stayed in my mind) on the way to spend a few days in his summer house on the coast. I didn't have clearly formed politics then but I think I learnt something about the strengths and weaknesses of Stalinism, and it confirmed my rejection of it. (Having been born in Finland, which Stalin tried to invade in accordance with his pact with Hitler, probably had vaccinated me against illusions in "Russian communism".)</p><p>Much later, living in Hackney, Bridget was involved in the Stop the War coalition, and antiracist struggles, movements led by left activists whose vision was very different from that defended by Stalinism. But this was never a problem for Bridget; for her the struggle for rights and social justice was the thing, not the labels.</p><p>Around this time I used to see Bridget at the Marxism event, organised every year in London by the Socialist Workers Party. It was a strange experience to bump into your auntie at a revolutionary festival, as she was rushing to a meeting about the revolution in Africa or something similar...</p><p>Bridget was an incredible person, who left a mark on many of us. The world is shit in many ways, but Bridget was one of those people who made it a better place just by being there, and she fought politically most of her life to make it a much, much better place.</p><p><b>PS</b></p><p>I had prepared the above ideas before the funeral. Bridget's (biological) niece Sarah, who I had never met before, spoke before me. She also described in very similar terms how her visits to Bridget's Athens flat had impressed her, and about her improvised piano playing.</p><p>And following the funeral I was delighted to meet a person who turned out to be the daughter of Bridget's great South African communist friend. She also referred to her auntie Bridget.</p><p>The variety of the attendees at the funeral proved once again how much she had meant to how many different people.</p><p><br /></p><p><b>Poem</b></p><p><i>Bridget's niece, Sarah, read this poem at the funeral.</i></p><p>“WARNING” BY JENNY JOSEPH</p><p>When I am an old woman I shall wear purple
</p><p>With a red hat which doesn’t go, and doesn’t suit me.
</p><p>And I shall spend my pension on brandy and summer gloves
</p><p>And satin sandals, and say we’ve no money for butter.
</p><p>I shall sit down on the pavement when I’m tired
</p><p>And gobble up samples in shops and press alarm bells
</p><p>And run my stick along the public railings
</p><p>And make up for the sobriety of my youth.
</p><p>I shall go out in my slippers in the rain
</p><p>And pick flowers in other people’s gardens
</p><p>And learn to spit.
</p><p>You can wear terrible shirts and grow more fat
</p><p>And eat three pounds of sausages at a go
</p><p>Or only bread and pickle for a week
</p><p>And hoard pens and pencils and beermats and things in boxes.
</p><p>But now we must have clothes that keep us dry
</p><p>And pay our rent and not swear in the street
</p><p>And set a good example for the children.
</p><p>We must have friends to dinner and read the papers.
</p><p>But maybe I ought to practise a little now?
</p><p>So people who know me are not too shocked and surprised
</p><p>When suddenly I am old, and start to wear purple.</p>David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-66138525560500091802022-11-10T01:35:00.003+01:002023-06-11T17:10:34.516+02:00¿La raza aria en México?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIXdFhPaDYhx8ExfaBQB7owFTe0FxeESyIhlg42V5NKgV_xKLHYgSvZcQMNd28hfH3FzY45kF07zB--iTXpHUZq0_XDtwY9iLXv4Pi0uoMngy0ZFhf_kWrlOSZjhH1vm8iucJC_PPb1vcwExqB87n8spmhAZyQorqs0RCsVIIPYn0zTrVsrYbj8m7X/s980/20221110_012359.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="735" data-original-width="980" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIXdFhPaDYhx8ExfaBQB7owFTe0FxeESyIhlg42V5NKgV_xKLHYgSvZcQMNd28hfH3FzY45kF07zB--iTXpHUZq0_XDtwY9iLXv4Pi0uoMngy0ZFhf_kWrlOSZjhH1vm8iucJC_PPb1vcwExqB87n8spmhAZyQorqs0RCsVIIPYn0zTrVsrYbj8m7X/s320/20221110_012359.jpg" width="320" /></a></div><p>Ante <a href="https://elpais.com/mexico/2022-11-08/cientos-de-neonazis-celebran-un-salvaje-concierto-clandestino-en-la-capital-mexicana.html">esta noticia</a> sobre un concierto neonazi en México, un compi se preguntó ¿unos mexicanos neonazis son la raza aria?</p>
<p dir="ltr">La verdad es que un neonazi mexicano no es más ni menos "raza aria" que un nazi rubio alemán de los años 30.</p>
<p dir="ltr">Es que no existe la "raza aria". Entre los seres humanos, no hay distintas razas. Toda la idea de diferentes razas es solo un producto del racismo.</p>
<p dir="ltr">Cualquier racista, o neonazi, puede imaginar lo que quiera, pero objetivamente la "raza blanca" no existe. La blanquitud es un invento, una construcción social.</p>
<p dir="ltr">Lo cierto es que si tienes la piel realmente blanca, tienes un problema de salud, y muy grave.</p>
<p dir="ltr">Lo que se llama "persona blanca" en cada lugar y época depende de muchas cosas.</p>
<p dir="ltr">Tomemos una persona que se identifica como "blanca" en La Habana, y quizá tenga ideas racistas hacia "las personas negras". </p>
<p dir="ltr">Si migra a Europa, esta persona "blanca" probablemente pasaría a ser racializada, "negra". Seguramente pasaría lo mismo con neonazis mexicanos.</p>
<p dir="ltr">¿No son "realmente" blancos y sus ideas racistas son totalmente irracionales? Por supuesto. Pero ocurre lo mismo con el nazi rubio alemán.</p>
<p dir="ltr">PD: Pasa lo mismo con el racismo contra las personas migradas de Zimbabwe o Nigeria en Sudáfrica. Han surgido grupos racistas que van por los barrios populares sudafricanos, atacando a migrantes bajo el grito "primero los de casa". </p>
<p dir="ltr">¿Es irracional que personas negras sudafricanas expresen racismo contra personas negras de Zimbabwe? Sí, pero no es menos irracional que lo hagan racistas "blancos" en Europa.</p>
<p dir="ltr">El racismo no es natural entre gente negra ni tampoco entre gente blanca. Es un producto del capitalismo y puede infectar a personas de cualquier origen o tonalidad de piel. Y es un enemigo de la clase trabajadora en su conjunto, en el norte y en el sur.</p>David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-23593646479158479172022-09-09T22:24:00.005+02:002022-09-09T22:24:53.292+02:00On the death of Elizabeth Windsor<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEim4ilF8R_foKrXZnaZ0E8JJGQSSk-BzHKbZi5TfG7LjOxL1LdyzjwCeo2hLe_6QM3GPiZFFqlgN-IVCulHSpMBddUladOqCikSmUKpXejQKtP82RHzdUzMgEP5Q2aqIX5VyPu-GCXzac0aC5ePKR3c-E9_u-y92Ayj2vpLHxTRl-blPI4KK6X5_15i/s600/mau-mau-prisoners.jpg" style="align: left; clear: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="600" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEim4ilF8R_foKrXZnaZ0E8JJGQSSk-BzHKbZi5TfG7LjOxL1LdyzjwCeo2hLe_6QM3GPiZFFqlgN-IVCulHSpMBddUladOqCikSmUKpXejQKtP82RHzdUzMgEP5Q2aqIX5VyPu-GCXzac0aC5ePKR3c-E9_u-y92Ayj2vpLHxTRl-blPI4KK6X5_15i/s16000/mau-mau-prisoners.jpg" /></a></div>
<p> I don’t normally post about British politics, but here goes. </p><p>I see a slight contradiction in liberal takes on the death of Elizabeth Windsor.</p><p>“We have to respect the mourning of the family, we are all human beings.”</p><p>OK, but human beings die every day. Some of old age, some while waiting for treatment due to the massive NHS waiting lists, some die trying to cross racist borders, others die as a result of the exploitation that created the massive wealth of the Windsor family, among (some) others (the 0.01%?).</p><p>So why is the TV full of this death? Why are trade union leaders (shamefully) calling off strikes against pay cuts that will lead to massive suffering amongst other human beings, as they themselves were pointing out so powerfully only days ago?</p><p>Because at the same time as they tell us “we are all human beings, we are all the same really”, the whole set-up around the monarchy and this death is really about saying that some are superior to others. In this case, just for having been born into that family.</p><p>So abolish the monarchy (in Britain, in the Spanish state...) and I will respect individual grieving, as such. </p><p>But the massive propaganda campaign now under way makes it totally clear that this is not at all about individual grieving. </p><p>This is about covering up --even justifying-- the reality of imperialism, racism and exploitation that are central to the “royal family”. As Lowkey commented on Twitter: “she was 31 when her military had 1.5 million people in a network of concentration camps in Kenya” (photos).</p><p>All this is about reinforcing the system that is leading us to disaster. If we are against war, against climate disaster, against racism, against people being evicted for poverty, against poor people being unable to heat their homes in the winter... then we must be against everything this hypocritical royalty show really represents. </p><p>So decide, take sides. </p><p>But if you go with those in power, don’t pretend that it’s all about one old person that just died. Don’t pretend it’s about humanity. </p><p>Human values and caring about people are on the other side, with those denouncing the British empire that Elizabeth Windsor was part of.</p><p><br /></p>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnDq27VNiRVXloGkKFAohvCrSa4HTsXd_0wCxvqLyJOHVL45m_xekbYz-t_kYlqZafo8CR9-Z9jVdgNgkT516uv80kYvrjlADOSu2sA8AFaXJ-IotzE9QMoMOc1c602e5j5IqCIXUwTKazOqj3uybm7sq94P3k4OzKeHotxyoXRaEU-jQ4NK4LiGbV/s600/mau-mau-prisoners-2.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="350" data-original-width="600" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnDq27VNiRVXloGkKFAohvCrSa4HTsXd_0wCxvqLyJOHVL45m_xekbYz-t_kYlqZafo8CR9-Z9jVdgNgkT516uv80kYvrjlADOSu2sA8AFaXJ-IotzE9QMoMOc1c602e5j5IqCIXUwTKazOqj3uybm7sq94P3k4OzKeHotxyoXRaEU-jQ4NK4LiGbV/s16000/mau-mau-prisoners-2.jpg" /></a></div><br />David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-38829683306396558762021-02-01T11:30:00.004+01:002021-02-01T11:34:30.582+01:00S’han de fer contramanifestacions en resposta als actes de Vox?
<p>Escrit per a <i><a href="https://directa.cat/shan-de-fer-contramanifestacions-en-resposta-als-actes-de-vox/" target="_blank">La Directa</a></i>, 20 de febrer de 2019</p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjN0NXdZQBGwjOlZ-AT5m0Wd-Fdf77oh2yKBuk6s-X9FA1cXblqJKBf8W6wFt1tNkT0ymdpsTXkdEu6TEp2pTXaVCSVbaxQWos56PINrt7YwcyHUAmNL5TVc2SGvCbDuBhjKgOlfWYtRKU/s1875/opini%25C3%25B3-471-01.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1250" data-original-width="1875" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjN0NXdZQBGwjOlZ-AT5m0Wd-Fdf77oh2yKBuk6s-X9FA1cXblqJKBf8W6wFt1tNkT0ymdpsTXkdEu6TEp2pTXaVCSVbaxQWos56PINrt7YwcyHUAmNL5TVc2SGvCbDuBhjKgOlfWYtRKU/w640-h426/opini%25C3%25B3-471-01.jpg" width="640" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div></div><br /><br /><p></p><p></p><h2 style="text-align: left;">La clau és la mobilització àmplia</h2>David Karvala | @davidkarvala<br />Activista d’UCFR i militant de la xarxa anticapitalista Marx21.net<p></p>
<p>Vox és un problema greu. No és el PP o Cs; és a mig camí entre García Albiol i els grups autènticament feixistes. Plataforma per Catalunya (PxC) s’ha dissolt perquè els seus militants s’integrin a Vox. Parlem d’un partit que celebra la seva relació amb el feixista Front Nacional de l’Estat francès; l’extrema dreta en tota regla. Per això, quan Vox intenta implantar-se en un barri o municipi, no es tracta només de debats polítics o d’una oferta més a la papereta, sinó que suposa l’intent d’implantar un projecte basat en l’odi. Volen negar drets a les minories. En realitat, seria vora el 99% de la població: dones, gent negra o musulmana, gent LGTBI, els i les treballadores, les nacions sense estat…</p><a name='more'></a>
<p>Impedir la construcció d’aquest moviment basat en l’odi ha de ser una prioritat compartida de totes les persones i organitzacions que defensen la democràcia i els drets humans. Així entenc la visió d’Unitat Contra el Feixisme i el Racisme, on participo (tot i que aquí escric a títol personal).</p>
<p>I doncs, què fem? Hem de fiar-nos de les institucions per resoldre el tema? Crec que no. No conec casos on hagin aturat una extrema dreta en auge. De vegades els han negat permisos, o fins i tot han iniciat judicis –el partit neonazi Alba Daurada, a Grècia, ara està sent jutjat com a organització criminal– però això només passa quan se senten pressionats per la mobilització popular. Si ens ajuden, bé, però l’experiència és que la policia i l’estat en general s’esforcen més per reprimir l’antifeixisme que no pas l’extrema dreta. Davant aquesta situació, s’entén que sectors de l’esquerra radical recorrin a l’acció directa per combatre els grups ultres: hem de rebutjar la repressió policial i la criminalització que pateixen per fer-ho.</p>
<p>Dit això, més que entrar en llargs debats ètics, cal assenyalar les limitacions polítiques i la poca efectivitat de l’acció directa minoritària. Pot funcionar contra un grupet nazi, però davant una extrema dreta de 24.000 militants i potser milions de vots, és inútil, si no contraproduent. El que cal és la mobilització social, àmplia i unitària. Fa poc, Reus va mostrar el camí: centenars de persones van ocupar la plaça portant pancartes d’UCFR Reus i cridant contra una parada de Vox, on una dotzena d’ultres es feien selfies darrere d’una presència policial exagerada.</p>
<p>Aquestes setmanes, UCFR ha publicat desenes de milers d’octavetes contra Vox i milers de cartells per a la manifestació #StopVox del 23 de març. Els és fàcil criminalitzar un col·lectiu juvenil de l’esquerra radical, però ho tenen molt més difícil davant el conjunt del teixit social, amb associacions veïnals, entitats de gent negra i gent musulmana, sindicats, partits, colles castelleres… I també el jovent radical, és clar. Aquesta unitat en la lluita de gent diversa té altres efectes positius, com el de teixir complicitats entre persones que abans no es coneixien. Aquesta ha estat l’experiència als grups locals d’UCFR que van jugar un paper clau a derrotar PxC.</p>
<p>Un últim apunt, ara parlant com a militant de Marx21. Tant l’opció institucional com la de l’acció directa avantguardista són formes de política des de dalt, on minories actuen en nom de la resta. El model unitari reflecteix la idea de la lluita des de baix, on el canvi social l’impulsa sobretot la gent treballadora, en tota la seva diversitat. En aquest sentit, una victòria contra Vox pot crear escola, amb lliçons que es podran aplicar a moltes altres lluites.</p>
<hr />
Article publicat al <a href="https://directa.cat/papers/directa-471/" target="_blank">número 471 de la Directa</a>
David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-14891407383600612072020-07-30T14:07:00.003+02:002023-06-11T17:17:44.982+02:00La radio de mi abuela como arma de radicalización<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigFDo1Xwqedaa8B3wtno_80ccAcPTWUgDCd4NWBl9GHADFWlvN_ZNXvUt5yPPz7rOjL52lIzyRtlLyi7HeyO3h2-int7i6pZAYxU95ZeILQD4o9V1qUOafMri54knWz_ZOFppjGtUaNXA/s852/radio_bordes.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="547" data-original-width="852" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigFDo1Xwqedaa8B3wtno_80ccAcPTWUgDCd4NWBl9GHADFWlvN_ZNXvUt5yPPz7rOjL52lIzyRtlLyi7HeyO3h2-int7i6pZAYxU95ZeILQD4o9V1qUOafMri54knWz_ZOFppjGtUaNXA/w500-h320/radio_bordes.jpg" width="500" /></a></div><p><br /></p><p>Cuando tenía unos 12 o 14 años, me hice con una vieja radio que rondaba por nuestra casa: creo que había sido de mi abuela. Era de ésas con válvulas que se iluminaban dentro y que tardaban una eternidad en encenderse. Un objeto lindo, de madera oscura y pesada, con una tela amarilla/marrón delante para el altavoz y, debajo, grandes botones de bakelita.</p>
<p>En esa época —principios de los 70— en Gran Bretaña se escuchaba la música popular desde las emisoras piratas. Éstas emitían desde fuera de la jurisdicción británica. Una era <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Radio_Luxembourg" target="_blank">Radio Luxembourg</a>. Pero la mejor era <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Radio_Caroline" target="_blank">Radio Caroline</a>, que emitía desde un barco en el Mar del Norte, fuera de las aguas territoriales de Gran Bretaña.</p><a name='more'></a>
<p>Con la radio de mi abuela, podía sintonizar Radio Caroline, y supongo que era como una ventana al mundo desde nuestro barrio, entonces bastante monocromo, en el sur-este de Londres. Aquí escuché por primera vez a The Doors. Dos canciones que se me han quedado en la cabeza son L.A. Woman y, sobre todo, Riders on the Storm. Esta canción empieza con sonidos de lluvia; pues en esa radio, con esa emisora, este sonido era permanente, pero no te impedía disfrutar de la música.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/iv8GW1GaoIc" width="320" youtube-src-id="iv8GW1GaoIc"></iframe></div><p><br /></p>
<p>Habría mucha más música que ahora no recuerdo tanto (aunque ahora me doy cuenta de que aquí oí por primera vez <a href="https://www.youtube.com/watch?v=Sm1q1XoN_Qo" target="_blank">Radar Love</a> de la banda neerlandesa, Golden Earring), pero hubo una canción que ahora veo que me impactó mucho. Tenía buen ritmo, órgano, y una letra —como veo ahora— muy política.</p>
<p>Timmy Thomas, "Why can’t we live together"</p>
<p>“Dime por qué, dime por qué
<br />¿Por qué no podemos vivir juntos?</p>
<p>Todo el mundo quiere vivir juntos
<br />¿Por qué no podemos estar juntos?</p>
<p>No más guerras, no más guerras, no más guerras
<br />Sólo un poco de paz en este mundo”</p>
<p>…</p>
<p>“No importa, no importa de qué color
<br />Sigues siendo mi hermano”</p>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/cFU-FJzPE80" width="320" youtube-src-id="cFU-FJzPE80"></iframe></div><p><br /></p>
<p>Son sentimientos hippies, por supuesto. La respuesta a la pregunta de “¿por qué no podemos estar juntos si todo el mundo lo quiere?” es, por supuesto, “el capitalismo”. Pero sin llegar a esto, el mero hecho de plantear la pregunta es de por sí radical, como lo es aún más el rechazo a las guerras y al racismo.</p>
<p>Y mirando atrás, pienso que esta canción me debió influir políticamente. Ahora veo que salió en 1973, cuando ya tenía 14 años, pero fui muy lento, o muy joven; no era consciente de lo que había ocurrido en esos años después de 1968. Pero la letra de esta canción, con la obviedad de “¿Por qué no podemos vivir juntos?”, frente a las guerras y el racismo, debió ser uno de esos diversos puntos de inflexión que llevan a una persona a radicalizarse.</p>
<p>The Doors, sí que los identificaba, y un amigo en la escuela me dejó un disco que grabé con casete, pero no fue hasta décadas más tarde —hace pocos años de hecho— que identifiqué al cantante y esa canción que tanto me había impactado de niño.</p><h3 style="text-align: left;">Rusia ayer
</h3><p>Hubo otro incidente formativo con esa radio, cuyo significado —de nuevo— sólo me llegaría muchos años más tarde. Resulta que había muerto algún dirigente de Europa del Este; no sé cuál ni esto tiene importancia. El tema es que en alguna emisora que estaba escuchando, anunciaron con tristeza la muerte de un “gran líder de la clase trabajadora”. Y yo, con quizá 14 años, pensé (más o menos): “Pero, ¿Cómo que líder de la clase trabajadora? ¡Fue un jefe!”</p>
<p>No me di cuenta entonces pero ese anuncio no habría salido en la BBC, ni tampoco en una emisora pirata. Debió ser una emisora en inglés desde Europa del Este; el equivalente entonces de <em>Russia Today</em>, el canal de TV que hoy emite noticias seleccionadas, propaganda de Putin, y alguna que otra entrevista de fascistas.</p>
<p>En mi caso al menos, tuvo el efecto contrario al buscado. Sin consciencia política, ni mucho menos análisis, tenía suficiente sentido común como para saber que un jefe era un jefe. Puesto de otra manera, podía ver que el emperador con su ropa “comunista”, realmente iba desnudo.</p>
<p>Pasarían años antes de llegar a saber teorizar esta posición, pero cuando escuché ese anuncio en la radio de mi abuela, ya tenía esa comprensión dentro, en sus elementos básicos.</p>
<p>Mucha gente en la izquierda radical empieza con ilusiones en una versión u otra del estalinismo. Quizá porque nací en Finlandia —un país que Rusia intentó invadir, siguiendo los términos del pacto entre Stalin y Hitler— el estalinismo nunca me atrajo; mi politización inicial pasó por el anarquismo.</p>
<p>Pero mucho antes de eso, esas palabras acerca del dictador muerto de algún país estalinista ya habían encendido el rechazo al “socialismo desde arriba”, a jefes que fingen representar a la gente trabajadora.</p>
<p>Antiguerra, antirracismo, y antiestalinismo… esa radio de mi abuela me aportó más de lo que era consciente en ese momento.</p>
David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-39067077591205576992020-06-20T12:00:00.006+02:002022-01-17T21:40:28.951+01:00La lucha contra el racismo: una lucha compartida<p><i>Artículo publicado en "<a href="https://espacio-publico.com/la-lucha-contra-el-racismo-una-lucha-compartida" target="_blank">Espacio Público</a>", 20 de junio de 2020. </i></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8sbh0t8MY4icf9tKYciplpCrn9g_S6VBfj5z1eB-vnqrL6TAQckVm_ZEaXOoQH5oDW194aM7dz1f8YHnaKnirH3S5FYGnWUHJQHSAyInChAI0AXaNoJi17wot8hFYZfTeG4zyVRuzy8E/s672/mani_ucfr_18n.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="372" data-original-width="672" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8sbh0t8MY4icf9tKYciplpCrn9g_S6VBfj5z1eB-vnqrL6TAQckVm_ZEaXOoQH5oDW194aM7dz1f8YHnaKnirH3S5FYGnWUHJQHSAyInChAI0AXaNoJi17wot8hFYZfTeG4zyVRuzy8E/s16000/mani_ucfr_18n.jpg" /></a></div><br /><p><br /></p><p>Dado el contexto de la epidemia racista -con brutalidad policial, muertes en las fronteras, el auge de la extrema derecha…- es muy positivo que <em>Espacio Público</em> quiera tratar el problema. Pero lo primero que les dije cuando me pidieron un artículo era que debían recoger las visiones de personas migradas y racializadas.</p><p>Me han asegurado que así lo harán y, de hecho, han solicitado un artículo a un compañero negro del <a href="https://redunitaria.wordpress.com/">movimiento unitario contra el fascismo y el racismo</a>; un compañero que, a pesar de haber nacido en Catalunya y de ser catalán en todos los sentidos, sabe por experiencia personal que la policía lo ve como “diferente”. Pero él ya explicará sus propias vivencias.</p><p>Yo aprovecharé esta oportunidad para hablar desde mis experiencias y mi visión. Quiero explicar por qué pienso que una persona corriente blanca debería luchar, de la manera más activa posible, contra el racismo.</p><p>Escribo en un momento en que una ola de protestas contra el racismo se extiende por todo el mundo, bajo el grito de <strong><em>Black Lives Matter</em></strong>; las vidas negras importan. Ciudades de todo EEUU han explotado de rabia tras el asesinato de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis. En Gran Bretaña, donde yo crecí, hay protestas incluso en pequeños pueblos rurales, mientras que las ciudades han visto movilizaciones de miles, incluso decenas de miles, de personas. En el Estado español también se han visto protestas importantes, muchas de ellas convocadas por una nueva organización, la <a href="https://twitter.com/CnaaeB">Comunidad Negra Africana y Afrodescendiente en España</a> (CNAAE).</p><p>Este sábado, 20 de junio, habrá <a href="https://www.google.com/maps/d/u/0/viewer?mid=1cR0Ts8-9GAyb7quQLJc37OjM--U6J4p0&ll=47.1933626234308%2C8.866030169741435&z=4">protestas en diferentes países</a> con motivo del día internacional de la persona refugiada. En el Estado español las acciones <a href="https://twitter.com/CoordinadoraOF">exigen la regularización</a> de todas las personas migradas y refugiadas.</p><p>Hace muchísimo tiempo que sobraban motivos para este levantamiento antirracista. Sin embargo, si queremos que estas luchas logren victorias reales, debemos aprender de las luchas vividas, tanto recientes como de siglos pasados.</p><h4>Primero vinieron a por los judíos…</h4><p>En su famoso poema escrito tras la segunda guerra mundial y el Holocausto, el Pastor Niemöller advirtió contra la idea de que la opresión dirigida a otro grupo no te afecta: “Primero vinieron a por los judíos, y yo no dije nada, porque no era judío. Luego vinieron a por los comunistas, y yo no dije nada, porque no era comunista… Después vinieron a por mí, y ya no quedaba nadie para defenderme”.</p><p>Este poema está en la cabecera de la web del movimiento unitario en Catalunya, <a href="https://ucfr.cat/">Unitat Contra el Feixisme i el Racisme</a> (UCFR), desde su creación en 2010. Subraya el argumento de que el antirracismo no es una cuestión de caridad, sino de solidaridad, frente a un problema que nos afecta, de diferentes maneras, a la gran mayoría de la población.</p><p>El caso de <strong>George Floyd</strong> tenía que ver con el racismo hacia un hombre negro, afrodescendiente, y los asesinatos por parte de la policía estadounidense afectan desproporcionadamente a los hombres negros. Según una <a href="https://mappingpoliceviolence.org/">web sobre la violencia policial</a>, analizando los 1.098 asesinatos policiales en EEUU en 2019: “Los negros fueron el 24% de los asesinados a pesar de ser sólo el 13% de la población”. Es, por tanto, muy positivo el surgimiento del nuevo movimiento negro en el Estado español, la CNAAE, y que éste lidere las protestas aquí contra el asesinato de George Floyd.</p><p>Aparte de la negrofobia, dirigida contra las personas africanas o afrodescendientes, existen otras formas de racismo, que también hay que combatir. </p><p>En el Estado español, existe el racismo contra la gente del Magreb, lo que algunas personas llaman “morofobia”, reutilizando el término despectivo tan extendido. Al llegar el coronavirus, se hizo más visible el racismo ya existente contra personas vistas como chinas. Una de las formas más arraigadas del racismo en el Estado español es el antigitanismo y no hay indicio alguno que éste se modere.</p><p>El racismo no tiene que ver únicamente con supuestas “razas” y presuntas diferencias biológicas. </p><p>Tras la Segunda Guerra Mundial, varios intelectuales racistas y fascistas empezaron a presentar su odio como una cuestión de “diferencias culturales”. Durante las últimas décadas, quizá el racismo más virulento a escala mundial es la islamofobia. En este tiempo, millones de personas han muerto, o han sido encarceladas e incluso torturadas, en las “guerras contra el terror” impulsadas por todas las potencias -grandes y medianas- del mundo. </p><p>Acabo esta lista -necesariamente incompleta- con el antisemitismo, también llamado judeofobia, que está resurgiendo con el auge de la extrema derecha, alimentado por teorías de conspiración que son respaldadas incluso por algunos sectores de la izquierda. Es terrible pensar que el racismo que provocó seis millones de muertos haya podido reactivarse, como si Auschwitz no hubiera existido… o como si no importase.</p><p>El racismo toma múltiples formas, y es muy importante ver que se refuerzan mutuamente; no se puede combatir una forma de racismo mientras se justifica otra.</p><p>Tras la terrible experiencia del Holocausto, muchas personas judías <a href="https://marx21.net/1998/05/01/los-judios-israel-y-el-holocausto/">apoyan al Estado de Israel</a> y justifican sus políticas racistas contra la población palestina, fomentando así la islamofobia. Algunas fuerzas políticas israelíes colaboran activamente con partidos fascistas europeos. Éstos crecen con la islamofobia pero también acaban <a href="https://marx21.net/2016/11/01/la-resistible-ascension-del-antisemitismo/">fomentando el antisemitismo</a>.</p><p>Por otro lado, está <strong>Louis Farrakhan</strong>, millonario y líder de Nación de Islam -una importante organización negra musulmana en EEUU- que hace <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Nation_of_Islam_and_antisemitism">declaraciones antisemitas</a>. Tiene razón al denunciar que EEUU es un país racista, construido mediante la esclavitud, pero al promover el antisemitismo y culpar a “los judíos”, sólo fomenta más odio, y distrae del problema real. (Quizá por ser millonario, no le interesa señalar el problema de fondo…) En todo caso, las personas que se dejan influir por estas ideas de Farrakhan se equivocan. No está en el interés de ninguna persona racializada de a pie fomentar el racismo contra nadie.</p><p>Una persona corriente blanca no sufrirá racismo en su propia piel -no hay “racismo anti-blanco”- pero los efectos nefastos del racismo sobre la sociedad, y contra los intereses de la gente pobre trabajadora, sí la afectarán. El viejo refrán, “divide y vencerás”, se aplica de pleno. </p><p>Cuando el 1% más rico que manda en esta sociedad ataca nuestras condiciones de vida, le interesa mucho que el 99% restante nos pongamos a culparnos mutuamente, que pensemos que la culpa de la falta de servicios sociales la tienen las personas migrantes, no las fuerzas políticas y sociales que realmente atacan a estos servicios. Por otro lado, la fuerza policial que agrede, o incluso mata, a una persona negra hoy, tendrá más impunidad para cargar contra un sindicalista, o manifestante contra el cambio climático, mañana.</p><p>Así que hay que insistir que si bien es lógico que las personas negras se sienten especialmente interpeladas por el asesinato en Mineápolis, también es lógico y positivo que cualquier persona trabajadora, de cualquier procedencia, sienta la necesidad de levantar la voz contra esta injusticia… de hecho, así entendemos la amplitud y las diversidad de las protestas de Black Lives Matter. Ahora podemos y debemos decir “vinieron a por George Floyd, y ¡no nos callamos!”</p><h4>“Es una cuestión de educación”</h4><p>Es frecuente oír comentarios diciendo que el racismo es producto de una educación mala, y que la solución sería una educación mejor.</p><p>Lo cierto es que, a pesar del buen trabajo de mucha gente de la comunidad educativa, el sistema escolar actual es racista. Difícilmente puede ser de otra manera, dado que refleja a una sociedad y a un Estado estructuralmente racistas. Así que el sistema educativo no es la fuente del racismo, pero tampoco puede ser el instrumento de cambio: es más bien uno entre muchos otros campos de batalla.</p><p>Sí hace falta educación contra el racismo, pero el cambio no empezará en las escuelas.</p><p>Los movimientos sociales y la izquierda debemos -como parte de nuestra actividad política- educarnos colectivamente sobre el racismo, y aprender de los movimientos contra el racismo a lo largo de estos últimos siglos. No olvidemos que quién no aprende de la historia está condenado a repetirla.</p><p>Debemos educarnos sobre el racismo en sí, y la historia colonial. Si no aprendemos esto, no entenderemos por qué las y los manifestantes en Bristol, Gran Bretaña, tenían razón al derribar la estatua de un esclavista para tirarla al río, iniciando así una serie de acciones parecidas en EEUU; incluso en Cuba unos activistas <a href="https://comunistascuba.blogspot.com/2020/06/monumentos-al-racismo-en-cuba.html">han propuesto</a> el derribo de una estatua dedicada a un personaje histórico racista. Sin esta autoeducación, no entenderemos por qué aquí deberíamos tirar abajo las estatuas de Colón (si llegan a tiempo para hacerlo de manera oficial, las podrán guardar, para quizá exponerlas en un museo sobre el racismo y el genocidio cometido en las Américas; si tardan mucho, como en Bristol, pues mala suerte).</p><p>La ola actual de luchas se origina en EEUU y ese país tiene un historial riquísimo de luchas contra el racismo, y de autoorganización de la gente negra. También en el Estado español deberíamos aprender de aquellas experiencias. Del movimiento por los derechos civiles liderado por Martin Luther King, Malcolm X y los Panteras Negras, sí, pero también de figuras como Frederick Douglass, el activista negro del s.XIX que luchó por la abolición de la esclavitud, del movimiento de Marcus Garvey a principios del s.XX, o del impresionante papel jugado por la izquierda marxista, con una fuerte presencia de gente negra, en una serie de luchas contra el racismo en los años 20 y 30…</p><p>En Gran Bretaña, más gente debería aprender acerca de figuras como William Cuffay, un trabajador británico negro que lideró el movimiento obrero masivo e insurreccional de mediados del s.XIX, los Cartistas. Él es sólo una figura más en una larga historia de estas luchas.</p><p>(Adelantando mi argumento abajo, una lección que se extrae claramente de estas experiencias es que la autoorganización de gente negra, donde se hace con éxito, conduce hacia luchas unitarias más fuertes, que unen a gente negra y gente blanca. Es ilustrativo que tanto Martin Luther King como Malcolm X, que empezaron por liderar movimientos principalmente negros contra el racismo, llegaron -poco antes de ser asesinados- a ver que hacía falta una lucha mucho más amplia y social contra el sistema en su conjunto. El 3 de abril de 1968, la noche antes de su asesinato, cuando estaba en Memphis, Tennessee para apoyar una huelga, King dio el discurso de “<a href="https://kinginstitute.stanford.edu/king-papers/documents/ive-been-mountaintop-address-delivered-bishop-charles-mason-temple">He estado en la cima de la montaña</a>”. Aquí declaró: “Tenemos que permanecer juntos y mantener la unidad… El problema es la injusticia… 1.300 trabajadores municipales de limpieza están en huelga, y Memphis no es justo con ellos.” Malcolm X empezó a cambiar su visión radicalmente tras su visita a La Meca. Aquí van unos ejemplos de sus declaraciones en ese último año de su vida: “Hoy estamos viendo una lucha global de los oprimidos contra el opresor, los explotados contra los explotadores”; “Muéstrame un capitalista y te mostraré un chupasangre” y “No puedes tener capitalismo sin racismo”. No consta que llegase a ser socialista, pero dijo que si encuentras a alguien que “que no tiene racismo en su perspectiva, generalmente será socialista”.)</p><p>La educación social acerca de la historia del racismo y de la lucha contra él ha avanzado mucho en EEUU y Gran Bretaña durante las últimas décadas. Desde los movimientos sociales y políticos, ha llegado a las instituciones y el sistema educativo, y ahora cada año se celebra el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Mes_de_la_Historia_Negra">Mes de la Historia Negra</a>. Mi sensación es que en el Estado español queda muchísimo trabajo por hacer en la recuperación de la historia, tanto del racismo como de las luchas en su contra. (Debo confesar que no tengo ni idea de quiénes serían los equivalentes aquí de Frederick Douglass y William Cuffay, ni mucho menos quiénes serían las equivalentes femeninas, pero estoy seguro de que existieron y lucharon.)</p><p>Debemos y podemos exigir que se elimine el racismo en el sistema educativo, y debemos respaldar al profesorado que ya trabaja en este sentido, pero necesitamos esa materia prima, las historias concretas para contar. Estas experiencias reales del pasado serán un instrumento más efectivo para descolonizar la educación que unas teorías académicas abstractas. Y, volviendo al inicio de esta sección, la educación antirracista sólo será una realidad gracias a victorias en la lucha política y social antirracista.</p><h4>Unidad contra el fascismo</h4><p>Finalmente, insisto de nuevo en la lucha unitaria. Si la lucha contra el racismo forma parte del interés objetivo de toda persona normal y corriente (es decir, excluyendo a la pequeña parte de la población que sí obtiene beneficios del sistema social actual), la lucha contra la extrema derecha lo es aún más, y de manera más directa.</p><p>El fascismo representa un peligro mortal, literalmente, para las personas racializadas, y también para las mujeres, las personas LGTBI, sindicalistas, gente de izquierdas (y para los fascistas es igual que seas reformista light, marxista revolucionaria o anarquista del black block; te odian por igual), y un largo etcétera. Todos estos grupos -es decir, el conjunto de la clase trabajadora- sufrió bajo el fascismo en la década de 1930; de volver al poder ahora, sería incluso peor… porque la crisis actual es incluso peor, no sólo económica, sino también climática, y de salud pública, con el virus.</p><p>He participado en muchas manifestaciones en mi vida, pero aún me acuerdo de la primera, en 1978. Fue en Birmingham, la segunda ciudad de Gran Bretaña, contra un acto del partido fascista, el Frente Nacional. Uno de los gritos destacados fue “Black and White, unite and fight: smash the National Front!”; “Negros y blancos, uníos y luchad: ¡destrozad el Frente Nacional!”. (En esa época, el término “negro” se utilizaba en los movimientos para referirse a personas no blancas en general.) La manifestación fue convocada por la Anti Nazi League, movimiento unitario de entonces contra la extrema derecha. </p><p>Este movimiento tenía claro que no se podía luchar contra el fascismo sin luchar contra el racismo, y que no se podía combatir el racismo sin la participación activa de gente negra. Y no se trató sólo de alguna cara simbólica, un académico o un actor; no, las protestas más importantes contaron con la participación activa y combativa de mucha juventud negra, tanto afrocaribeña como asiática (la autoidentificación de este último grupo como “musulmanes” llegaría más tarde, en respuesta a la islamofobia). Pero también tenía muy clara la necesidad de la unidad; no era una lucha que sólo afectara a un sector, sino a (casi) todo el mundo; por tanto, hacía falta la lucha unitaria, lo que no excluía en absoluto el reconocer las situaciones diferentes y opresiones específicas sufridas por grupos concretos.</p><p>El éxito de esa estrategia lo confirma el hecho de que casi nadie ha oído hablar del Frente Nacional británico, que en los años 70 era mucho más fuerte que la copia que creó Le Pen en Francia. En Gran Bretaña ese partido fascista fue derrotado a principios de los años 80, y luchas unitarias posteriores han hundido a los sucesivos intentos de crear partidos racistas de extrema derecha. Esta larga lucha ha ayudado a crear una cultura antirracista en Gran Bretaña que es bastante fuerte y extendida. El racismo no ha desparecido, por supuesto, (para conseguir esto, haría falta un cambio social mucho más profundo) pero la fuerza y extensión de las protestas Black Lives Matter reflejan, entre otras cosas, estas décadas de trabajo unitario, ahora bajo el nombre de <a href="https://www.standuptoracism.org.uk/">Stand Up To Racism</a>.</p><p>En el Estado español, ante la amenaza de VOX (y la voxificación del PP), junto con el siempre presente racismo institucional, hace falta una lucha lo más amplia posible, que una a gente negra y blanca en un trabajo conjunto. Ni el “antifascismo radical” clásico -que a menudo ni se plantea combatir el racismo como tal- ni las ONGs caritativas -típicamente muy burocratizadas- han conseguido (y quizá ni han buscado) la participación activa de gente negra. La lucha unitaria, si se hace bien, ha demostrado la capacidad de implicar de manera activa a gente negra, a movimientos de mujeres, a grupos LGBTI, organizaciones vecinales, partidos y sindicatos… en un trabajo común, contra el racismo y los demás odios promovidos por la extrema derecha.</p><p>
</p><p>Así que debemos dar la bienvenida al protagonismo actual de gente negra, africana y afrodescendiente en la lucha de Black Lives Matter. Pero ninguna persona antirracista blanca debe pensar “ahora lo puedo dejar, de la lucha contra el racismo se harán cargo ellos”. Primero, porqué aquí no hay “ellos” sino las diferentes partes de nosotros/as. Segundo, porque si queremos derrotar al racismo, y todo lo que lo implica, necesitamos a (casi) todo el mundo.</p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhdu7eEqjgo-xoenphHwLA9rH9V566aEfvfyqwRQrOSF_VXdI0rXgexFAJKV4MEhBEK8d6dxqx8e5wGt_LPyaNXolhhw4afbu7Os3rtArQo_a_aqozKn_IZuSRoQNm1XB_gaYoflwikmAHXOBpziJDgdpPYUGrnu8ZhULUV8tcU3iwObESzbI-Bxr1W=s680" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="680" data-original-width="440" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhdu7eEqjgo-xoenphHwLA9rH9V566aEfvfyqwRQrOSF_VXdI0rXgexFAJKV4MEhBEK8d6dxqx8e5wGt_LPyaNXolhhw4afbu7Os3rtArQo_a_aqozKn_IZuSRoQNm1XB_gaYoflwikmAHXOBpziJDgdpPYUGrnu8ZhULUV8tcU3iwObESzbI-Bxr1W=s320" width="207" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div>David Karvala, <i>El antifascismo del 99%: La lucha unitaria contra el racismo y la extrema derecha</i>, Ediciones Tempestad, 2019.</div><div>Disponible del autor, o de las agrupaciones de Marx21, por 19€.</div><div><br /></div><div>"La extrema derecha crece por casi todo el mundo. En estos momentos, las reacciones más extendidas son la indiferencia o el pánico. Este libro defiende la necesidad y la posibilidad de derrotar a la extrema derecha, mediante la lucha unitaria."</div><p><br /></p>David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-67026915292672373722019-12-01T21:56:00.003+01:002024-01-14T18:04:16.522+01:00El movimiento Antifa hoy<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><br />
<img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbEnKu2gBLEpDzTy8fYJ-KaTm-4BQ2bp5kG1z5pX_9ac0EcqN2grCUQ1Pxg6QGQs31MY92t-koVoyRouXk0PuKtdiUkJUXG4GWTrSF3wpeRDvopTMx5sGzTv32ZYSGN2pbLNRAJ0efGTA/s400/antifa_klan.jpeg" /><br />
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Escribí el artículo anterior, sobre <a href="http://davidkarvala.blogspot.com/2015/01/antifa-origenes-de-la-bandera-roja-y.html">los orígenes del movimiento antifa</a>, hace cuatro años. Al final dije: “En un próximo artículo se mirará cómo sectores del movimiento antifascista actual repiten muchos de los errores del pasado, corriendo el riesgo de que se repita el mismo trágico final”. Debido a mil cosas, no he podido escribir el artículo prometido, analizando los movimientos actuales. Habría sido un reto enorme intentar resumir y evaluar las actividades del movimiento antifascista internacional a lo largo de más de treinta años. El libro de Mark Bray, al explicar muchas de sus actividades y argumentos, facilita el trabajo considerablemente. Debido a todo ello, este texto es mitad un cumplimiento parcial del compromiso adquirido hace cuatro años, y mitad una reseña y reflexión sobre el libro de Bray. Lo he escrito expresamente para este libro.*<br />
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<br />
* Tanto este texto como el que trata los orígenes del movimiento antifa aparecen en el <a href="http://edicionestempestad.blogspot.com/2019/03/el-antifascismo-del-99-de-david-karvala.html" target="_blank">libro</a> <i>El antifascismo del 99%</i>, Ediciones la Tempestad, 2019.<br />
<ul><li><a href="https://davidkarvala.blogspot.com/2019/09/the-antifa-movement-today.html">This text in English</a></li>
<li><a href="https://www.autonomiedeclasse.org/antifascisme/le-mouvement-antifa-aujourdhui/" target="_blank">Ce texte en français</a></li><li><a href="https://solidarita.socsol.cz/2024/teorie/hnuti-antifa-dnes" target="_blank">V češtině</a></li>
</ul><br />
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<a href="#modelo">¿Por qué se sigue el modelo de Acción Antifascista?</a><br />
<a href="#quien">¿Quién es antifascista?</a><br />
<a href="#identidad">Antifa como identidad</a><br />
<a href="#directa">Acción directa</a><br />
<a href="#ideas">Las ideas no pararán al fascismo</a><br />
<a href="#marcas">¿Movimiento amplio o marcas blancas?</a><br />
<a href="#preocupa">A los fascistas les preocupa más el antifascismo unitario que la acción directa</a><br />
<a href="#internacional">La política internacional antifa</a><br />
<a href="#manual">Notas sobre “El manual antifascista”</a><br />
<a href="#filosofia">Filosofía</a><br />
<a href="#machismo">Machismo</a><br />
<a href="#supremacismo">¿El fascismo es supremacismo blanco?</a><br />
<a href="#ampliar">Ampliar la mirada</a><br />
<a href="#hoy">Antifa y la lucha contra el fascismo hoy</a><br />
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<a href="#notas">Notas</a><br />
<a href="#biblio">Bibliografía</a><br />
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Con su libro, <em>Antifa: El manual antifascista</em>, Mark Bray ha hecho un gran servicio al recoger testimonios de decenas de militantes y describir muchas actividades del movimiento antifa moderno: digo esto a pesar de las muchas dudas que me provocan sus argumentos. La verdad es que sin quererlo, Bray ha dejado al descubierto —con muchos más ejemplos y detalles de los que yo habría podido recoger— diferentes contradicciones y limitaciones del movimiento antifa:<br />
<ul><li>Mucha gente antifa se declara antiautoritaria, pero a veces sus maneras de actuar reflejan una actitud más bien autoritaria.</li>
<li>Afirman la necesidad de una ideología anticapitalista para combatir al fascismo, pero la centralidad para la visión antifa de la acción directa callejera —que no depende en absoluto de esta ideología— a menudo atrae a personas, sobre todo hombres, que se interesan más por el combate físico que por las ideas políticas.</li>
<li>Muchos grupos antifa tachan de fascistas a diferentes elementos —los partidos institucionales, la policía, el sistema penitenciario, los controles de migración, la LGTBIfobia, el capitalismo en general…— que tienen mucho más peso que los pequeños grupos neonazis, pero la actividad antifa se centra en estos pequeños grupos.</li>
<li>La gente antifa se define como un movimiento, y algunas plataformas antifa son muy hostiles hacia los partidos políticos, pero en realidad no son movimientos sociales, sino grupos políticos, con un programa propio.</li>
<li>Declaran su deseo de que más gente se sume a la lucha contra la extrema derecha, pero en la práctica ponen muchos obstáculos ante la ampliación del movimiento (en parte debido a los puntos anteriores).</li>
</ul>Todas estas contradicciones (y otras) se han revelado en la trayectoria de muchos movimientos antifa y quedan en evidencia en el libro de Bray.<br />
<br />
Antes de ir más lejos, debo dejar una cosa muy clara. Las críticas que haré no se deberían leer como un ataque a la gente que ha mostrado muchísima dedicación a la lucha contra el fascismo en diferentes países a lo largo de estas décadas. A menudo han combatido a los grupos neonazis cuando nadie más lo hacía, y han logrado expulsarlos de muchos barrios. Este compromiso y sus logros no se deberían menospreciar.<br />
<br />
El argumento que se plantea aquí es que ante una extrema derecha en auge, que abarca muchísimo más que las bandas callejeras de neonazis, hace falta una estrategia muy diferente. Esto lo plantean incluso muchos de los testimonios recogidos por Bray; el problema es que Bray y sus testimonios sólo buscan soluciones dentro del marco ya establecido de acción antifa cuando (en mi opinión) los retos actuales requieren superar este marco. Dicho esto, y como se comentará hacia el final del artículo, las y los activistas con larga experiencia de lucha antifascista serán una parte esencial de los nuevos movimientos que hacen falta.<br />
<h3 id="modelo">¿Por qué se sigue el modelo de Acción Antifascista?</h3>El artículo anterior describe el movimiento antifa original, <em>Antifaschistische Aktion</em>, impulsado por el Partido Comunista Alemán (KPD) en 1932-1933. Basta con decir que se estableció Antifa en junio de 1932, supuestamente como un espacio unitario, pero pocos días después la dirección comunista declaró: “Acción antifascista significa una labor incesante para demostrar el papel vergonzoso y traicionero de los dirigentes del SPD [el partido socialdemócrata]… que son los ayudantes directos y sucios del fascismo”. Antifa no fue un movimiento unitario contra el fascismo, sino un instrumento del partido comunista alemán, dirigido tanto contra los nazis como contra los socialdemócratas.<br />
<br />
En todo caso, a unos seis meses de la creación de Antifa, Hitler subió al poder, casi sin oposición. El partido comunista insistió en que no había pasado nada, que ya vivían bajo el fascismo antes de Hitler, y que los nazis no cambiaban la situación de manera importante. Su lema era “Después de Hitler, nosotros”. Cuando descubrieron su error, ya era tarde. (Todo esto se explica en Karvala 2015.)<br />
<br />
Gran parte de estos problemas son reconocidos por Bray. En su brevísima descripción del movimiento original de Acción Antifa, comenta lo siguiente: “Se daba la bienvenida a los militantes de base del SPD que se quisiesen unir a Acción Antifascista, pero el KPD seguía dando instrucciones a sus miembros de que ‘saboteasen el Frente de Hierro [el movimiento contra el fascismo del SPD] cada vez que tuviesen ocasión’.” (Bray 2018, pp. 53-54). Fue este sectarismo —sin olvidar la política desastrosa del SPD— lo que permitió la victoria del nazismo.<br />
<br />
Esto plantea la pregunta de por qué se ha tomado esta estrategia precisamente como el modelo a seguir. Pero esta pregunta casi nunca se plantea, al menos Bray no lo hace. Describe los fallos de la estrategia antifa, pero da por sentado que ésta es la estrategia que se debe seguir: el propio Bray defiende la visión global antifa, la misma que llevó a la derrota.<br />
<br />
Al hacerlo, Bray reescribe la historia. Por ejemplo, declara que “la primera vez que se reconoció de manera substantiva el peligro del fascismo fue en el ‘Levantamiento de febrero’ de 1934 [en Viena.]” (Bray 2018, p. 192).<br />
<br />
Ya en 1923, la revolucionaria alemana Clara Zetkin escribió:<br />
<p style="padding-left: 40px;">"En el fascismo el proletariado ha encontrado un enemigo extraordinariamente peligroso. El fascismo es la expresión más directa de la ofensiva general emprendida por la burguesía mundial contra el proletariado. Su derrocamiento es, por tanto, una necesidad absoluta… <em>todo el proletariado debe concentrarse en la lucha contra el fascismo</em>. Será mucho más fácil derrotar al fascismo si estudiamos clara y definidamente su naturaleza. Hasta ahora ha habido ideas extremamente vagas acerca de este asunto, no sólo entre las grandes masas trabajadoras, sino también en el interior de la vanguardia revolucionaria del proletariado y de los comunistas." (Zetkin 1923; el destacado es mío).</p>Zetkin insiste aquí en que el fascismo representa una amenaza específica e insiste en la unidad de la clase trabajadora para combatirlo, las políticas estalinistas de 1928-1934 rechazaron ambos argumentos.<br />
<br />
Trotski, con creciente insistencia, intentó aplicar este argumento a la situación crítica en Alemania a principios de los años treinta del pasado siglo. Escribió en “Por un frente único obrero contra el fascismo (Carta a un obrero comunista alemán, miembro del partido comunista alemán)”: “Si el fascismo llega al poder, pasará como un temible tanque sobre vuestros cráneos y vuestros espinazos. La salvación se encuentra únicamente en una lucha sin cuartel. Sólo la aproximación en la lucha con los obreros socialdemócratas puede aportar la victoria.” (Trotski 1931). El pequeño grupo trotskista en Alemania promovió movimientos de lucha unitaria en este sentido. Tuvieron cierto éxito local pero el KPD respondió con hostilidad y violencia, haciendo todo lo posible para impedir estos esfuerzos (véase artículo anterior). Esta experiencia quedó casi en el olvido durante muchas décadas.<a href="#_ftn1" name="_ftnref1">[1]</a><br />
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Las razones por las cuales gran parte de la izquierda radical ha adoptado la estrategia desastrosa de Antifa, y no hace caso a los argumentos de Zetkin y sobre todo de Trotski, tienen que ver con la continua influencia del estalinismo en el ideario de la izquierda (Karvala 2012b). La tragedia incluso va más lejos. Cuando se reconocen los errores del sectarismo del modelo Antifa, la alternativa se suele plantear en términos de la otra política desastrosa del estalinismo, el frente popular. Y cuando se hartan de la visión monolítica de uniformidad y sumisión a la burguesía “progresista” que supone el frente popular… vuelven al modelo sectario.<br />
<br />
La paradoja es que la visión antifa no es sólo hegemónica entre los grupos ortodoxos comunistas, sino también entre otros sectores de la izquierda radical, como anarquistas, e incluso la mayoría de grupos trotskistas. En todo caso, aquí no se intentará explicar por qué todos estos grupos adoptan un modelo creado por el estalinismo.<br />
<br />
Sólo se deja constancia de que existe la pregunta: ¿por qué seguir una estrategia que permitió, casi sin resistencia, la mayor derrota en la historia del movimiento obrero?<br />
<h3 id="quien">¿Quién es antifascista?</h3>Bray advierte, al principio de su libro, contra la idea de que el término “antifascista” se refiera a toda persona que luche contra el fascismo. Insiste en que se debe “entender el antifascismo como un método político, un ámbito de identificación individual y colectiva y un movimiento transnacional [de] corrientes socialistas, anarquistas y comunistas… Esta interpretación política trasciende la dinámica simplificadora que reduce el antifascismo a una mera negación de su oponente…”. Por tanto, explica que su libro se limita a cubrir la “corriente antifascista amplia que surge en la intersección entre las propuestas políticas de las diferentes corrientes socialistas y la estrategia de la acción directa. A menudo, sus integrantes actuales denominan a esta tendencia como ‘antifascismo radical’ en Francia, ‘antifascismo autónomo’ en Alemania y ‘antifascismo militante’…”<br />
<br />
Lo deja aún más claro en una nota al pie: “Este libro no cubre organizaciones del movimiento ‘antirracista’ institucional, como SOS Racismo, ni organizaciones antifascistas formales relacionadas con partidos políticos, como la británica Unite Against Fascism”. (Bray 2018, pp. 11-12. No queda claro su motivo por poner “antirracista” entre comillas.)<br />
<br />
Este problema de terminología ocurre en muchos ámbitos de lucha social. Comento en otro texto que según una definición “ser feminista simplemente implica estar en contra de la opresión de las mujeres, con lo cual cualquier persona consecuentemente progresista —hombre o mujer— sería feminista”. Sin embargo, el término tiene otra definición, mucho más limitada, según la cual todos los hombres se benefician de oprimir a todas las mujeres, que incluso se definen como una clase: “Con esta variante, no tendría sentido que un hombre se definiese de feminista: estaría actuando contra sus propios intereses” (Karvala 2012a).<br />
<br />
El movimiento contra la guerra fue enorme, abarcando a gente de mucho más allá del pacifismo tradicional, pero algunas personas se referían a él como a un gran “movimiento pacifista”. A veces activistas pacifistas gandhianos intentaron imponer su ideología de la no violencia al conjunto del movimiento, por ejemplo, proponiendo que se pusieran condiciones a la solidaridad con la resistencia del pueblo iraquí. Al contabilizar nuestras fuerzas, convenía una definición abierta (“una manifestación pacifista de un millón de personas”); pero en el momento de decidir estrategias, se intentaba utilizar la definición cerrada para imponer una ideología específica sobre el conjunto del movimiento.<br />
<br />
Pasa lo mismo aquí. En general, se utiliza la definición excluyente de quien es y no es antifascista; a menudo por defecto, a veces de manera explícita como en el libro de Bray. Pero en algunas circunstancias —por ejemplo, ante un caso grave de represión— se agita un lema como “Todas somos antifascistas”. Incluso se puede convocar una acción con un lema así. Pero casi siempre el discurso que acompaña la acción no es el de “todas”, sino que de nuevo sólo refleja (cierta) minoría radical.<br />
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El concepto del “99%” —frente al 1% de la población que controla el mundo— surgió del movimiento Occupy en Estados Unidos (movimiento de donde proviene Mark Bray, por cierto). Hablar del “antifascismo del 99%” implica, por supuesto, cierta exageración, pero da una idea de la intención de crear un movimiento realmente amplio.<br />
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La insistencia en el antifascismo revolucionario y anticapitalista también es una declaración de intenciones. Queda claro que, más allá de algunos movimientos tácticos (a los que volveremos), la visión clásica restringe la definición de “antifascista” a un porcentaje muy, muy reducido de la población. Con una población del Estado español de unos cuarenta y seis millones, harían falta 46.000 antifascistas revolucionarios para llegar al 0,1%. La cifra real es probablemente más cercana al 0,01%. Toda la izquierda radical es minoritaria, por supuesto. La cuestión es si reconocemos que actualmente somos una minoría muy pequeña, y que debemos relacionarnos con gente más diversa —de manera abierta y honesta— si queremos llevar a cabo luchas importantes, o bien reforzamos y casi celebramos nuestra posición minoritaria.<br />
<h3 id="identidad">Antifa como identidad</h3>El punto anterior tiene que ver con otra cuestión: ¿cuáles son los asuntos que los movimientos antifa sienten más como “propios”?<br />
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Bray cita una “guía” para formar un grupo antifascista, publicada por el colectivo estadounidense “It’s Going Down”. Hay que darles crédito por haberse esforzado en publicar una edición en castellano (una creciente parte de la población estadounidense tiene el castellano como primer idioma). El apartado “Obligaciones” consiste en cuatro puntos. Uno de ellos es “Apoyar a otros antifascistas que son atacados por fascistas o arrestados por actividades relacionadas con antifa” (It’s Going Down, 2017).<br />
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Hay que preguntarse, ¿por qué acotarlo de esta manera, diciendo “apoyar <em>a otros antifascistas</em> que son atacados por fascistas”? Ya sabemos que el término “antifascistas” no se aplica a cualquier persona por el mero hecho de estar en contra el fascismo, con lo cual es una fuerte restricción. Se pensaría que es un error, que se apoyaría por igual a cualquier víctima de agresiones fascistas. En la práctica, los grupos antifa sí que rechazan cualquier agresión fascista, pero no deja de ser verdad que el rechazo suele ser más fuerte si sienten que la víctima de la agresión es “uno de los suyos”.<br />
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En enero de 2013, neonazis de Amanecer Dorado asesinaron en Atenas al joven trabajador pakistaní, Shehzad Luqman. El movimiento unitario KEERFA, que cuenta con la Comunidad Pakistaní de Grecia como importante entidad adherida, reaccionó con protestas. Sin embargo, el asesinato no provocó mucha reacción por parte del movimiento antifa ni, en verdad, del resto de los movimientos sociales o de la izquierda. En cambio, el asesinato de Pavlos Fyssas en septiembre de 2013 —ni más ni menos trágico que el de Luqman— desató una ola de protestas que ya no sólo implicó a KEERFA, sino también a los sindicatos y al movimiento antifa. Es que Pavlos Fyssas era un conocido rapero, asociado con la lucha antifa.<br />
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Thanasis Kampagiannis, abogado de la acusación popular contra Amanecer Dorado que impulsa KEERFA, dijo: “Tenemos claro que sólo hemos conseguido este juicio, y podemos participar en él, gracias a la movilización social tras el asesinato de Pavlos Fyssas” (<em>La Directa</em>, 23 de octubre de 2014). Por supuesto es positivo que hubiera movilizaciones masivas tras el asesinato de Fyssas: el juicio, que sigue hasta hoy, ha contribuido a debilitar a la organización neonazi. Pero no se puede evitar la pregunta: ¿por qué el conjunto de los movimientos —y sobre todo el movimiento antifa, que se supone que se especializa en este tema— no reaccionó de manera igual ocho meses antes? Será que la condición mencionada en la “guía antifascista” sí influye.<br />
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Houria Bouteldja explica otro ejemplo del mismo doble rasero:<br />
<p style="padding-left: 40px;">"El pasado mes de junio, ocurrieron en los suburbios de París una serie de agresiones contra mujeres con hiyab por parte de algunos grupos de extrema derecha que suscitaron muy pocas reacciones; sólo fueron atacadas las mujeres y una de ellas incluso perdió a su bebé. Los antifascistas apenas reaccionaron; sólo lo hicieron una pequeña parte de las feministas. En el mismo periodo, un joven antifascista blanco, Clément Méric, fue agredido y asesinado por esos mismos grupos de extrema derecha. La reacción fue inmediata y la emoción pronto alcanzó una dimensión nacional. Es cierto que se trataba de un asesinato. Aquí no pretendo poner en duda la legitimidad de la rabia que se apoderó de los movimientos antifascistas. Sin embargo, se constató que, mientras los círculos de izquierda, antifascistas y antirracistas se movilizaron fuertemente para protestar contra el asesinato de Clément Méric en todas las grandes ciudades francesas, estuvieron terriblemente ausentes en las protestas organizadas por los musulmanes. Es un hecho amargo, pero no es nuevo." (Bouteldja 2014)</p>Hay que contrastar estos hechos con las exigencias expresadas por Lenin hace más de un siglo (combatía una visión estrechamente económica de la lucha), de que hacía falta “reaccionar ante toda manifestación de arbitrariedad de opresión, dondequiera que se produzca y cualquiera que sea el sector o la clase social a que afecte” (Lenin 1902).<br />
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Finalmente, consideramos la segunda parte de la frase de la guía: “Apoyar a otros antifascistas que son… arrestados por actividades <em>relacionadas con antifa</em>”. A veces la condición expresada aquí (en cursiva) no se aplica; parece que cualquier detención de un activista antifa empuje al movimiento a movilizarse en su apoyo, sea o no un asunto relacionado con la lucha contra la extrema derecha. Algunas plataformas antifa dedican más tiempo a protestar contra la represión que ellos mismos sufren que a combatir a los grupos fascistas.<br />
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Hay que insistir, no se puede generalizar y en el movimiento antifa hay muchas personas muy comprometidas con la lucha contra el fascismo. Pero no se puede negar que también existe, entre algunos activistas antifa, esta tendencia a entender el antifascismo como “cualquier cosa que haga un militante antifa”, no como “cualquier persona que luche contra el fascismo”. Y esto fluye de la definición de antifascismo defendido por Bray y por mucha gente en el movimiento.<br />
<h3 id="directa">Acción directa</h3>La “acción directa” ocupa un lugar clave en el ideario del movimiento antifa, y Bray incluye “la estrategia de la acción directa” en su definición de antifascismo (Bray 2018, p. 12.).<br />
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De hecho, la “acción directa” no es una estrategia, sino una táctica, al mismo nivel que colgar carteles, repartir octavillas, organizar manifestaciones o actos públicos, etc. Son todas acciones puntuales que deberían formar parte de una estrategia global respecto a cómo avanzar. Quizá éste es el primer aviso; es un grave error asumir como una orientación general lo que no pasa de ser una de las posibles acciones útiles en un momento u otro.<br />
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Se suele insistir en la combinación de acción directa e ideología anticapitalista o revolucionaria, pero en realidad la lucha callejera contra el fascismo no necesariamente va ligada a la oposición al capitalismo.<br />
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Un excelente ejemplo del antifascismo centrado en la acción directa fue el 43 Group (“grupo de 43”), formado en Londres justo después de la Segunda Guerra Mundial, ante el resurgimiento del fascismo en Gran Bretaña. Se dedicó a sabotear, mediante la violencia, los actos fascistas. Tuvo comandos de activistas en guardia día y noche, para responder a las llamadas de una red de taxistas que les informaban de mítines fascistas e incluso los llevaban hasta allí. Al llegar, utilizaban tácticas casi militares para atacar a los organizadores, derribar la tarima y terminar la reunión (Gould 2009). Otra fuente explica que “armados con palos, navajas, ladrillos, puños americanos, botellas rotas, cuchillos y todo menos pistolas y bombas, el Grupo de 43 rastreó reuniones fascistas para aplastarlos.” (Roberts 2008). El 43 Group estaba formado principalmente por ex soldados judíos; los comandos incluían a ex <em>marines</em>, paracaidistas etc. Lejos de ser anticapitalistas, algunos integrantes del 43 Group eran sionistas y se fueron a Palestina para integrarse en grupos terroristas y luchar a favor de la creación del Estado israelí (Silver 2002).<br />
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Bray habla animadamente de este grupo, que describe como una “organización antifascista militante” (Bray 2018, pp. 69-75). Esto a pesar de que, al carecer de ideología anticapitalista, el grupo incumplía la propia definición de Bray. Para el mismo 43 Group, la falta de ideología revolucionaria claramente no supuso un obstáculo. ¿No demuestra que este criterio no tiene sentido? Es que si la clave es la acción directa, es decir, ataques físicos (argumento que no lo comparto como regla general), la ideología anticapitalista realmente es irrelevante. La excepcional efectividad de este grupo, en comparación con muchos otros ejemplos de acción directa, refleja la composición del grupo, como ex soldados con experiencia de guerra y con disciplina militar. Además, en Gran Bretaña justo después de la guerra, el hecho de ser ex soldados les daba una relativa protección ante la policía que no tendría hoy un grupo antifa normal. El 43 Group cumplió su función en ese momento, pero no es un ejemplo extrapolable.<br />
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La “guía antifascista” citada arriba, a la vez que da consejos sobre el uso de armas de fuego, advierte:<br />
<p style="padding-left: 40px;">"Tenga cuidado con las personas que sólo quieren pelear. La confrontación física y la defensa contra los fascistas es una parte necesaria del trabajo antifascista, pero no es la única, ni siquiera necesariamente, la parte más importante. Una postura machista y un énfasis excesivo en andar peleando, y en el combate físico pueden ser imprudentes, no estratégicos, e innecesariamente peligrosos para su grupo." (It’s Going Down, 2017).</p>Lo más importante son los problemas políticos asociados a esta táctica. Un activista sueco explicó (¡desde la cárcel!):<br />
<p style="padding-left: 40px;">"Creo que el antifascismo en Suecia se encuentra en un callejón sin salida. Creo que debemos desarrollar métodos nuevos. Nos quedamos atascados en algún momento entre 2005 y 2010. Vimos que la violencia podía ser eficaz y nos encerramos en esa rutina […] [Los fascistas] pasaron a otros ámbitos, pero nosotros seguimos empeñados en hacer lo mismo. Las tácticas violentas no funcionan en todos los casos. La fuerza sigue siendo una opción, pero sólo debería usarse cuando sea necesaria. Teníamos que reestructurarnos e inventar nuevas maneras de enfrentarnos a ellos. Pero no lo hicimos, así que ahora da la impresión de que nos estamos quedando atrás. Nos llevan la delantera y nosotros vamos a la zaga" (Bray 2018, p. 138).</p>Un activista alemán lo dijo más claramente:<br />
<p style="padding-left: 40px;">"las tácticas “militantes” no sirven para enfrentarse a manifestaciones de 15.000 personas en Dresde o a un partido que obtiene el 20% del voto" (Bray 2018, p. 126).</p>Por suerte, precisamente en Dresde se aplicaron con éxito, a partir de 2010, otras tácticas muy diferentes: los bloqueos ciudadanos impulsados por un movimiento unitario que incluía a sindicatos, Die Linke, el SPD… (Schnell 2010). Este movimiento por tanto queda totalmente fuera de la definición de Bray del antifascismo.<br />
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Una actividad centrada en el combate en la calle tiene un problema fundamental respecto a quién es el sujeto del cambio. Convierte a la mayoría de la gente en espectadores, observando pasivamente a la minoría combativa que actúa —presuntamente— en nombre de ellos. Bray cita estas palabras de un activista estadounidense, partidario de un movimiento más amplio:<br />
<p style="padding-left: 40px;">"No todas las personas que se consideran antifascistas van a poder encapucharse y salir a romper cosas. Tiene que haber tareas que puedan hacer las personas mayores o los discapacitados, que no van a poder hacer trabajo de calle" (Bray 2018, p. 173).</p>Esta visión del núcleo duro antifascista dispuesto a “encapucharse y romper cosas”, frente a “las personas mayores o discapacitadas” para las que hay que buscar “otras tareas”, deja claro el elitismo implícito en centrar la lucha en el combate callejero. Además, en una sociedad en la que la fuerza y la violencia físicas se asocian a la masculinidad, el énfasis en la lucha callejera a menudo alimenta actitudes machistas dentro de los movimientos antifascistas; algo reconocido por varios de los testimonios en el libro de Bray y también mencionado en la guía antifa citada arriba.<br />
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En todo caso, para combatir una extrema derecha en auge, que crece principalmente mediante métodos electorales, hacen falta estrategias muy diferentes, en las que la lucha física no es en absoluto el eje central.<br />
<h3 id="ideas">Las ideas no pararán al fascismo</h3>A menudo se cita al dramaturgo marxista alemán, Bertolt Brecht: “¿De qué sirve decir la verdad sobre el fascismo que se condena si no se dice nada contra el capitalismo que lo origina?”. Por supuesto que la izquierda radical debe “condenar” y combatir el capitalismo. El problema es que la condena en sí no cambia las cosas. Lo veremos más claramente si consideramos otra lucha.<br />
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En 2003, ante la amenaza de la guerra en Irak, se construyeron movimientos masivos y unitarios en su contra, con la histórica manifestación de más de treinta y cinco millones de personas en todo el mundo el 15 de febrero de 2003. No se logró parar la guerra, pero a medio plazo, tuvo importantes efectos. Al año siguiente, por ejemplo, se retiraron las tropas españolas, y más recientemente el gobierno británico tuvo que rechazar una propuesta estadounidense de atacar Siria, por miedo a que se repitiesen aquellas movilizaciones. El punto es que en 2003, también había sectores que insistían en la conexión entre la guerra y el capitalismo (en esto tenían razón) y argumentaban que no se podía luchar contra la guerra si no se luchaba también contra el capitalismo (y aquí se confundían totalmente). El impacto del movimiento antiguerra se debió a que fue tan grande y amplio; no se limitó a la izquierda radical.<br />
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El argumento “anticapitalista” en efecto implica que lo que cambia las cosas no es la movilización de muchas personas, sino las ideas (las teorías acerca de la conexión entre la guerra o el fascismo y el capitalismo) en las cabezas de unas pocas personas. En términos filosóficos, es una visión idealista; la creencia que las ideas de por sí determinan lo que pasa en el mundo.<br />
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Los análisis acerca del origen de la guerra, y del fascismo, son importantes, y pueden ayudar a orientar a las personas que compartimos estos análisis. Nos ayudan a entender por qué las luchas contra el fascismo (y también contra la guerra) no deberían depender de burgueses liberales, porque a fin de cuentas sus intereses les llevan en otra dirección. Pero la alternativa debe ser un movimiento basado, no en el 0,01% anticapitalista, sino en la gente trabajadora en general. Y como sabemos, actualmente, la gran mayoría de la clase trabajadora no es revolucionaria ni anticapitalista.<br />
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Paradójicamente, mientras algunos activistas antifascistas afirman su identidad con camisetas con el lema “Working Class Pride” y cosas por el estilo, son los movimientos unitarios contra el fascismo los que realmente abarcan a una mayor parte de la clase trabajadora real.<br />
<h3 id="marcas">¿Movimiento amplio o marcas blancas?</h3>Hacia el final de su libro, Bray describe cada vez más casos donde el éxito de las movilizaciones depende de implicar a gente más diversa, de más allá del “antifascismo militante” (véase por ejemplo pp. 253-254). Muchos de los testimonios que cita lo reconocen. Esto es positivo, el problema es cómo se plantea esta ampliación y cuál es la relación entre la minoría más radical y el resto de la gente.<br />
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Bray describe un modelo de círculos concéntricos: “el primer nivel de organización es el ‘grupo de militantes’. El segundo es el ‘colectivo antifascista’, como Vigilancia 69 de Lyon o el Comité Antifa de St. Étienne. Reúne a activistas sindicales y comunitarios. Los militantes de Toulouse están ‘experimentando’ en este momento con un tercer nivel, ‘la asamblea antifascista’. En ella se juntan organizaciones de izquierda con colectivos del movimiento” (Bray 2018, p. 266).<br />
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La existencia de diferentes tipos de espacio no debe representar en sí problema alguno. La militancia de un grupo marxista revolucionario se organiza por su cuenta para decidir sus propios análisis y estrategias, y luego participa en espacios más amplios (una asamblea sindical, movimiento social, coalición electoral…) donde explica sus propuestas e intenta convencer al resto de la gente de su valor. La clave es que los movimientos sean realmente democráticos, transparentes e independientes.<br />
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Así que se plantean diversas preguntas. ¿El modelo descrito anteriormente implica que los espacios más amplios realmente toman sus propias decisiones, como movimientos plurales y autónomos? ¿O los círculos más amplios son más bien correas de transmisión para el núcleo central de militantes? ¿Los y las militantes del “colectivo antifascista” saben de la existencia del grupo más reducido? ¿En base a qué se distingue entre las personas que pertenecen a uno u otro nivel? Etcétera.<br />
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La visión expuesta aquí suena a lo que proponía el anarquista ruso Bakunin. En público denunciaba el “autoritarismo”: en privado defendía “la dictadura colectiva e invisible de los aliados… dictadura que será tanto más saludable y poderosa cuanto menos se revista de poder oficial y cuanto menos ostensible sea su carácter” (Bakunin, carta de 1 de abril de 1870, en Ribeille [ed.] 1978, p. 71).<br />
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En su “Catecismo revolucionario”, Bakunin declaró:<a href="#_ftn2" name="_ftnref2">[2]</a><br />
<p style="padding-left: 40px;">"Todo militante revolucionario debe disponer de algunos revolucionarios de segundo o tercer orden, es decir, de aquellos que no están del todo iniciados; debe considerarlos como parte del capital común puesto a su disposición. Debe gestionar su parte del capital con mesura y sacarle el máximo de beneficio" (Alcalde 2008).</p>Volviendo a la actualidad, Bray cita, como ejemplos de los círculos concéntricos, algunos casos del Estado español, como la iniciativa de “Madrid Para Todas”. De esto dice que es una “gran reunión de asambleas vecinales”, y en su manifestación del 21 de mayo de 2017 sí movilizó a mucha más gente de la que suele participa en las acciones de la Coordinadora Antifascista de Madrid. Se presentó como un espacio plural y amplio. Pero en su Twitter, por ejemplo, se describe como “Espacio de confluencia de varias <em>organizaciones anticapitalistas</em> que luchan contra el racismo y el machismo” (@MadridParaTodas, el destacado es mío). Si incluso el mejor ejemplo de “espacio más amplio” que conoce sigue restringiéndose a gente anticapitalista, es obvio que hay límites a esa amplitud. (En la lista de grupos adheridos, tampoco consta ninguna organización de gente negra o migrada, ni ningún grupo LGTBI.) En todo caso, parece que Madrid Para Todas dejó de funcionar hace un par de años.<br />
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Esta situación ya viene sugerida en el libro de Bray: “de un modo u otro, los militantes creen que lograr un apoyo popular importante debe darse a partir de las propuestas políticas y de la acción del antifascismo, no al revés” (Bray 2018, pp. 270-271). Es decir, cualquier unidad requeriría que el resto de la gente aceptase la política decidida internamente por los núcleos de militantes antifascistas.<br />
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En cambio, en Unitat Contra el Feixisme i el Racisme, asociaciones vecinales, organizaciones de gente migrada, partidos, sindicatos, etc., participan en condiciones de igualdad al lado de activistas de grupos antifascistas y anticapitalistas. Nadie tiene derecho a imponer condiciones; las estrategias se acuerdan por amplio consenso, sobre la única base de la lucha unitaria contra el fascismo y el racismo. A veces aparecen tensiones, por ejemplo, cuando entra gente nueva que está acostumbrada a espacios mucho más homogéneos en los que todo el mundo asume su propia visión política.<br />
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Los intentos de grupos antifa de crear espacios más amplios sólo podrán funcionar si rompen con la lógica de identificar el antifascismo como “anticapitalismo más acción directa”; en este caso se acercarían al modelo de lucha unitaria. Si no se hace esto, la amplitud es una ficción.<br />
<h3 id="preocupa">A los fascistas les preocupa más el antifascismo unitario que la acción directa</h3>En noviembre de 2015 se celebró un acto de presentación de UCFR en Madrid. Tristemente, hasta ahora, el modelo unitario sigue sin cuajar en la capital española.<br />
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Lo sorprendente es la alarma desatada entre sectores de la extrema derecha ante la posible llegada a Madrid de UCFR. Un grupo neonazi ofreció su análisis a sus seguidores. Del antifascismo clásico dijo: “Su culto al odio y la simple acción directa, sin objetivos ni doctrina, les hizo ser presa de colectivos muy violentos e indisciplinados... [de] colectivos autónomos sin programa ideológico, más próximos a una tribu urbana o de fútbol que a una organización política”. Habló de un movimiento antifascista “desgastado por las acciones estúpidas sin objetivos de los radicales que nunca han pasado de dar palizas y quemar contenedores, pero sin resultados políticos”. Por supuesto, mezclan algunas observaciones que tienen cierta base e insultos; son neonazis, después de todo.<br />
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Lo que dicen de UCFR también mezcla elementos de la verdad con distorsiones, pero de nuevo es interesante leer lo que piensan: “UCFR… no duda en unirse a liberales o socialdemócratas en movilizaciones contra organizaciones patriotas, muy al estilo de las organizaciones alemanas o anglosajonas… Por lo que si el antifascismo violento no ha servido para detener nuestras actividades, ahora lo pretenden complementar con un antifascismo institucional ‘no violento’, pero no por ello menos peligroso y efectivo. Por lo que el siguiente paso lo veremos con el cierre de más espacios sociales en librerías y tiendas, como ya ocurre en Cataluña... Por lo que estamos seguros que estos nuevos obstáculos van a cambiar nuestra forma de hacer política en nuestras organizaciones... Es hora de ponerse las pilas y empezar a trabajar más con la cabeza y no con el corazón”.<a href="#_ftn3" name="_ftnref3">[3]</a><br />
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El punto clave es que a los propios fascistas les preocupa más un movimiento unitario capaz de ejercer presión social y política, que la acción minoritaria en la calle. Es un factor a tener en cuenta.<br />
<h3 id="internacional">La política internacional antifa</h3>El fascismo se organiza cada vez más a nivel internacional. Para ser efectiva, la lucha contra el fascismo también necesita una visión global. Sin embargo, el movimiento antifa ha asumido algunas actitudes muy cuestionables en relación con la política internacional.<br />
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Una de sus causas favoritas es la de Donbass, el territorio del este de Ucrania en conflicto con el gobierno central. Se ha definido el conflicto con Kiev —donde la extrema derecha sí es muy fuerte— como una lucha antifascista e incluso se habla de “brigadas internacionales”. El problema es que también hay fascistas en Donbass: la lucha contra Kiev incluye fuertes componentes de nacionalismo ruso, incluyendo a neonazis rusos, y tiene el apoyo de gran parte del fascismo europeo.<br />
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Un informe en <em>Gara</em> (7 de diciembre de 2014) encontró, dentro de las milicias pro Donbass, a ex miembros de la Legión Extranjera francesa, incluyendo a voluntarios franceses y serbios de extrema derecha; militantes panrusos, con simbología de extrema derecha; y el batallón Vostok, cuyos símbolos mezclan la bandera soviética y la zarista. Las milicias también han incluido a comunistas del Estado español: la página web de la Coordinadora Antifascista de Madrid publicó (23 de agosto de 2014) un comunicado desde Donetsk firmado por “Brigada Internacional Carlos Palomino”, mientras que dos comunistas españoles luchan en el batallón Vostok (<em>El Mundo</em>, 10 de agosto de 2014).<br />
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No se trata de apoyar al bando de Kiev, sino de señalar una fuerte contradicción. En Europa Occidental, el “antifascismo militante” se niega a oponerse al fascismo de la mano de partidos reformistas o sindicatos mayoritarios, pero en Donbass luchan, literalmente codo con codo, al lado de la extrema derecha. (Para más sobre este tema ver el artículo “Ucrania: contra el fascismo bajo todas las banderas”, arriba.)<br />
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Se encuentran más contradicciones en el caso de Rojava, la zona kurda del Estado sirio. Según Bray, en el movimiento antifa: “independientemente de las opiniones políticas… todos consideran fascistas al Daesh y al presidente turco Erdogan y creen que la defensa de la revolución en Rojava es una lucha antifascista” (Bray 2018, p. 184). De hecho, mientras aún existía, en mayo de 2016, el “espacio amplio” de Madrid Para Todas organizó una charla titulada “El fascismo y el Daesh: armas del sionismo y del imperialismo”. No se trata de minimizar los terribles actos ni de Erdogan ni de Daesh, pero es muy simplista etiquetarlos de “fascistas”. El gobierno autoritario de Erdogan forma parte de un cuadro político muy complejo en Turquía (véase Karakaş 2016).<br />
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Daesh, por su parte, es un resultado de la destrucción de la región impulsada, primero, por la ocupación estadounidense de Irak, y luego por la guerra contra el pueblo sirio de Bashar al-Assad. No es equiparable al fascismo; no por ser mejor o peor, sino simplemente por ser un fenómeno diferente que requiere de respuestas diferentes.<a href="#_ftn4" name="_ftnref4">[4]</a> Lo más curioso es que entre las milicias que luchan contra Daesh, encontramos de nuevo una colaboración de comunistas y fascistas, a la que se suman anarquistas. Basta con leer los títulos de algunos reportajes de prensa: “La ultraderecha española quiere renacer con una ‘cruzada’ contra el ISIS” (<em>elconfidencial.com</em>, 19 de agosto de 2016); “Abertzales, anarquistas, falangistas y estalinistas españoles luchan juntos en Siria” (<em>publico.es</em>, 28 de octubre de 2018). (Para un análisis de los orígenes de Daesh, véase Bragulat Vallverdú 2016).<br />
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No es el lugar para estudiarlo, pero lo cierto es que en su visión geoestratégica, hay muchos paralelismos entre algunos estalinistas antifa y el fascismo: ambos comparten las mismas obsesiones con el multimillonario (judío) George Soros, ven conspiraciones por todas partes, y apoyan al imperialismo ruso frente al imperialismo estadounidense. Y ambos comparten una actitud fuertemente islamófoba; militantes de uno y otro sector llevan la misma pegatina, “FCK ISIS”. Por supuesto que ISIS o Daesh no representa el islam, pero el rechazo al “islamofascismo” o “islam radical” a menudo repercute contra la gente musulmana en general. Todo esto debería preocupar mucho al movimiento antifascista, pero no parece que sea así.<br />
<h3 id="manual">Notas sobre “El manual antifascista”</h3>Este texto no se plantea como una reseña del libro, pero aprovecho para hacer algunos comentarios generales al respecto.<br />
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Con el subtítulo, “El manual antifascista”, Mark Bray puso el listón muy alto. Es un objetivo muy ambicioso, que para mí sólo lo consigue a medias. Como he dicho al principio, al recoger una variedad de testimonios, ha hecho un trabajo periodístico importante. Sin embargo, los testimonios plantean muchas dudas, aunque Bray no ofrece un análisis sólido de ellas. A esto volveré.<br />
<h4 id="filosofia">Filosofía</h4>Para ser un libro que pretende resumir varias décadas de la lucha antifascista internacional, dedica un espacio exagerado (26 páginas; ¡casi el diez por ciento del libro!) a un trato bastante filosófico y abstracto de los debates actuales en Estados Unidos acerca de la libertad de expresión y “No platform”: el argumento de que no debería haber espacio público para el fascismo. Después, a lo largo de casi treinta páginas más, hay algo parecido respecto a la violencia y la no violencia.<br />
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La manera de plantear estos debates refleja la separación entre la pequeña minoría del movimiento antifa y el resto de la gente. ¿Podemos justificar nuestras acciones en términos éticos? ¿Qué podemos hacer para que más gente entienda y apoye nuestras acciones? Etcétera. Sin embargo, un movimiento basado en la mayoría puede tratar estos temas de manera práctica. Unite Against Fascism —la plataforma unitaria contra la extrema derecha en Gran Bretaña de la que Bray no quería hablar— tiene la negación de espacios públicos al fascismo como una posición de consenso desde sus inicios. El movimiento amplio en Catalunya, UCFR —cuya misma existencia Bray parece desconocer— hace años acordó una declaración en el mismo sentido: “No queremos fascistas en las tertulias” (UCFR 2011).<br />
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Llegado el momento, la cuestión de la fuerza física debería tratarse de la misma manera concreta. Ante una sublevación como la de Franco, ¿es correcto luchar con todas las armas disponibles? Por supuesto que sí, y en una situación así no sólo luchan unos grupos reducidos. Ante el crecimiento electoral de la extrema derecha, sin embargo, las armas no sirven; hacen falta otros métodos. En resumen, estas cuestiones no se resuelven con reflexiones éticas abstractas, sino mediante el debate colectivo en un movimiento amplio, ante un problema concreto.<br />
<h4 id="machismo">Machismo</h4>Tras las sesenta páginas dedicadas a debates filosóficos, Bray despacha el problema del machismo en el movimiento antifa en tan sólo tres páginas. Como se ve de los comentarios que cita y como evidencian varios debates recientes en los movimientos antifa, es un problema muy real. Daría para bastante análisis; ya se ha hecho una breve mención y éste no es el sitio para hacerle justicia al tema, pero alguna cosa más se debería decir.<br />
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Tiene razón la activista antifa citada por Bray que denuncia cierto “esencialismo de género” al asociar la acción directa con la masculinidad (Bray 2018, p. 260). Es un error típico (del que también soy culpable) el quejarse del “exceso de testosterona” en ciertas acciones; en realidad no es un tema biológico sino social. Pero es cierto que en esta sociedad hay formas de actuar que vienen más asociadas con lo “macho” y que —como se reconoce bastante ampliamente en el movimiento antifa— el hecho de promover acciones muy centradas en el choque físico, ha contribuido a desarrollar ambientes machistas en algunos grupos antifa. Esto está relacionado con un problema político más general de tratos autoritarios y elitistas, tanto hacia el exterior como el interior del propio movimiento antifa.<br />
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Mi opinión es que los problemas de este tipo son fruto de una visión política centrada en la acción de una minoría; una vez que se acepta esto, el hecho de menospreciar a otra gente se puede ver como mala educación, pero no dañino para el proyecto político. En cambio, para una estrategia basada en un movimiento amplio, en la participación activa, consciente y entusiasta de mujeres y hombres, de personas de diferentes orientaciones sexuales, de diferentes orígenes…, el respecto hacia la gente es imprescindible, no sólo en términos humanos, sino también políticos. Si “ya sabes lo que hay que hacer y sólo necesitas que lo hagan”, puedes pensar que gritar o insultar son métodos adecuados (como ocurre en el ejército, a juzgar por las películas). En cambio, si el éxito del movimiento depende de la iniciativa y las ideas de todo el mundo, entonces actuar como un suboficial militar no sólo es desagradable; es que es contraproducente.<br />
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Todo esto no se resuelve con documentos en los que movimiento antifa X se declara “feminista”. Como digo, creo que surge de algo fundamental en la estrategia antifa, una estrategia defendida y reafirmada por Bray.<br />
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Citaré unos detalles a modo de comparación. Ahora mientras escribo, estamos preparando una manifestación importante de UCFR; la pusimos como un evento en Facebook para difundir la convocatoria. Hasta aquí al menos es un éxito. En los primeros diez días unas cincuenta mil personas habían visto la convocatoria. Facebook calcula que el 59% son mujeres y el 41% hombres. Dos mil personas respondieron, diciendo que irían a la mani o les interesaba; de éstas, el 67% son mujeres y el 33% hombres. Estas cifras reflejan una realidad general de UCFR: es un espacio con una fuerte participación femenina. Nadie puede decir lo mismo del movimiento clásico antifa. El tema se merece más reflexión…y quizá se merecía más de tres páginas en “El manual antifa”.<br />
<h4 id="supremacismo">¿El fascismo es supremacismo blanco?</h4>Bray a menudo equipara el fascismo y el supremacismo blanco (por ejemplo, Bray 2018, pp. 14-15). Aquí refleja la experiencia específica de Estados Unidos, donde es una simplificación comprensible. Pero revela una tendencia problemática —de nuevo— al presentar unas experiencias de su parte del mundo como si fueran de validez universal.<br />
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En India, por ejemplo, existe el Bharatiya Janata Party (BJP), de extrema derecha populista y nacionalista hindú, que tiene como aliados a grupos que se podrían definir de fascistas: Shiv Sena y RSS, organizaciones ultras implicadas en pogromos contra la población musulmana (véase el análisis matizado del tema en Harman 2004).<br />
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En Oriente Medio, también hay partidos de inspiración fascista. La Falange Libanesa se fundó en 1936, inspirada en la Alemania nazi, la Falange Española y el fascismo italiano: tenían camisas marrones, saludo hitleriano y lo demás. En las últimas décadas ha pasado por cambios importantes y escisiones, pero en 1982 la Falange Libanesa llevó a cabo la masacre de quizá dos mil personas en los campos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila en Beirut.<br />
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El Partido Nacional Socialista Sirio (PNSS) existe tanto en Siria como en el Líbano. Prefieren traducir su nombre como “Partido Social Nacionalista Sirio” y dan la impresión de que realmente forma parte de una izquierda nacionalista árabe. Sin embargo, un amigo mío, un socialista gay libanés que fue brutalmente asaltado en Beirut por militantes de este partido, me afirmó que realmente “son neonazis”. El PNSS colaboraba con el grupo neonazi español MSR.<a href="#_ftn5" name="_ftnref5">[5]</a><br />
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Y ahora la extrema derecha crece en diferentes países de América Latina.<br />
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No se trata de exigirle a Bray que escriba sobre todos estos ejemplos, sólo que reconozca que sus comentarios sólo se aplican a un contexto y un momento específicos. La mayoría de la población mundial no es blanca, pero una formación fascista puede surgir en cualquier país capitalista —es decir, en cualquier país del mundo— sin importar el color de la piel. Por tanto, equiparar el fascismo al supremacismo blanco es minimizar el problema.<br />
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Por otro lado, hay que evitar el uso frívolo del término “fascista”, aplicándolo a fenómenos muy diferentes, porque lleva a peligrosas confusiones.<br />
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Es que, tras insistir tanto en la relación entre fascismo y supremacismo blanco, Bray acepta sin cuestionárselo que Daesh y el presidente Erdogan son fascistas. No perdamos el tiempo intentando encuadrar el islam político violento de Siria e Irak o al presidente islamista turco dentro una definición de “blancos”. Es un ejemplo más de cómo Bray hace afirmaciones y presenta definiciones en un lugar… para luego ignorarlas completamente en otro.<br />
<h4 id="ampliar">Ampliar la mirada</h4>Quizá el problema fundamental es algo ya comentado. Al principio del libro, Bray excluye de su análisis a los movimientos unitarios contra el fascismo, limitándose al “antifascismo militante”. Así que cuando trata problemas endémicos del movimiento antifa como son el aislamiento y la criminalización, ya ha descartado lo que al menos se podría considerar como una posible solución: genuinamente ampliar el movimiento, más allá de los sectores de la izquierda radical que actualmente lo conforman.<br />
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Sí que habla de una cierta “ampliación”, pero la limita a personas que acepten la visión del antifascismo militante. Esto no sirve: el problema aparece porque es precisamente una minoría muy reducida la que se identifica de este modo.<br />
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Bray señala algunos éxitos locales, en cosas puntuales, pero incluso aquí, muchas de las victorias se produjeron cuando los movimientos antifa realizaron acciones no basadas en el anticapitalismo y la acción directa. Cita un ejemplo que ilustra bastantes cosas. Un grupo antifa estaba organizando una manifestación contra un acto neonazi. Durante el debate una activista, Maya, “propuso hacer una performance, en vez de tener un enfrentamiento directo”. Ante esto, “algunos de los varones en el colectivo consideraron que la idea era ‘ridícula’”. Por suerte la activista ganó el debate. Lograron unir a treinta y cinco antifascistas, junto a gente local. “El ruido de los tambores y los cánticos de los antifascistas ahogaron el sistema de sonido de los neonazis. De ese modo ‘no se pudo escuchar su mensaje’. Maya recuerda esta ocasión con orgullo. Se consiguió ‘impedir el acto de un modo que las personas más moderadas pueden apoyar’” (Bray 2018, pp. 252-253). Bray aprovecha la anécdota para reflexionar acerca del uso de sonido en protestas contra el fascismo, pero esto es lo de menos. Por un lado, se ve de nuevo el aspecto de género. Por otro, el éxito fue fruto de estrategias “que las personas más moderadas pueden apoyar”, en palabras de Maya. ¿Dónde queda la insistencia de Bray en que el “apoyo popular importante debe darse a partir de las propuestas políticas y de la acción del antifascismo” (un antifascismo basado, no olvidemos, en el anticapitalismo y la acción directa)? Fue la ausencia de estos factores “esenciales” la que permitió el éxito de esta acción.<br />
<br />
Hay que insistir, muchos de los éxitos que cita y celebra Bray —tanto ejemplos locales como éste o luchas más amplias, como Cable Street o la Anti Nazi League— fueron fruto de movilizaciones que no cumplían su definición de “antifascismo militante”. Pero Bray parece ser totalmente inconsciente de esta contradicción. Me temo que su libro, útil por los testimonios que recoge, sufre de una combinación de prisas y falta de coherencia, rigor y análisis.<br />
<h3 id="hoy">Antifa y la lucha contra el fascismo hoy</h3>Como se comenta a lo largo de este libro, la extrema derecha está creciendo en casi todo el planeta. Y el argumento central planteado aquí es la necesidad de una lucha unitaria para pararla; no basta con el movimiento antifa y las tácticas que ha aplicado (a veces con éxito) contra grupos reducidos y locales de neonazis, como tampoco basta con la actividad institucional de los partidos de izquierdas, ni con los proyectos de las ONGs.<br />
<br />
Por si hace falta insistir más, miremos Francia: existen muchos grupos antifa; la izquierda ha tenido bastante éxito electoral y en algunas elecciones la izquierda radical incluso ha conseguido millones de votos; hay diversas ONGs antirracistas y SOS Racisme nació en Francia. Pero el Front National de Marine Le Pen está donde está. Lo que no se ha creado en Francia es un movimiento unitario sostenido.<br />
<br />
Si se insiste en la necesidad de un movimiento unitario, ¿se está diciendo que los y las activistas del antifascismo radical ya no tienen nada que hacer? En absoluto.<br />
<br />
Si miramos la experiencia de UCFR Catalunya, vemos que activistas provenientes del antifascismo radical siempre han estado presentes. Media docena de las veinticinco personas que firmaron la declaración inicial de UCFR venían de este ámbito.<a href="#_ftn6" name="_ftnref6">[6]</a> Los primeros grupos locales de UCFR los impulsaron (implicando a otra gente) activistas antifas, como UCFR Osona, iniciado por activistas de la Coordinadora Antifeixista d’Osona, que se habían cansado de ser un grupo reducido frente a un Plataforma per Catalunya en auge. Con el tiempo, cada vez más activistas antifa se han convencido del valor de UCFR.<br />
<br />
Lo importante es ver que los proyectos no tienen por qué chocar entre sí, de la misma manera que no hay conflicto alguno entre pertenecer a un partido o sindicato y ser activista de UCFR. Si se acepta la definición de una plataforma antifa como revolucionaria y anticapitalista, en realidad es más un espacio político que un movimiento social. Tiene el mismo motivo y derecho a existir que cualquier otro grupo político. Lo que no puede hacer es exigir que todo el mundo asuma su visión política como condición para poder participar en las luchas contra la extrema derecha, ni mucho menos en las luchas contra el racismo.<br />
<br />
La solución para que una plataforma antifa pueda mantener su propia posición política sin concesiones, a la vez que colaborar en condiciones de igualdad con gente más diversa, es un movimiento unitario en el que ni la gente anticapitalista ni la gente más moderada tenga que abandonar su propia visión. Simplemente se colabora en la lucha concreta contra el fascismo, sin más.<br />
<br />
Si se acepta esta solución, los y las activistas provenientes del antifascismo radical pueden jugar un papel muy importante. En muchos barrios o pueblos, serán éstas las primeras personas en darse cuenta del resurgimiento de los fascistas; serán éstas las primeras personas en darse cuenta de que hace falta una respuesta y que tengan la disposición para iniciarla.<br />
<br />
A menudo, los grupos antifa ya conocen a los diferentes activistas de extrema derecha presentes en su territorio; esto puede ser muy útil para identificar a individuos destacados en una manifestación ultra o en una parada de VOX. (Hay que decir también que esto puede conllevar el peligro de obsesionarse con unos frikis neonazis que no son capaces de construir nada, e ignorar las fuerzas nuevas que pueden representar un peligro mucho mayor.)<br />
<br />
Si se decide que una manifestación unitaria contra el fascismo requiere un servicio de orden para rechazar posibles ataques fascistas, va muy bien poder contar con personas capaces de hacerlo y personas así existen en el movimiento antifa. Pero se deben aplicar los mismos principios que con otros aspectos técnicos. Se requieren habilidades específicas para diseñar un buen cartel, pero el diseñador o la diseñadora no decide el recorrido, fecha o lema de la manifestación, sino que utiliza sus conocimientos técnicos para llevar a la práctica las decisiones democráticas y colectivas del conjunto. El mismo principio se debería aplicar a un servicio de orden: si se ha decidido que su función es proteger la manifestación y mantener la calma, debe hacerlo, no buscar peleas con los fascistas, por ejemplo.<br />
<br />
El reto es entender que los símbolos propios, la visión política, del antifascismo radical son precisamente eso: el patrimonio propio de un sector del movimiento. Ni la bandera roja antifa, ni las banderas de un sindicato o las de un partido… representan al conjunto de un movimiento amplio. Pero todas éstas, junto con muchas otras cosas, sí forman parte de este conjunto y deben ser visibles, sin que ni una cosa ni la otra se imponga sobre el resto.<br />
<br />
El argumentario compartido de un movimiento unitario se basa en el mínimo común denominador; no incluye ni el programa político de una plataforma antifa ni las propuestas electorales de un partido. Pero en nombre propio, cada espacio seguirá defendiendo su visión; faltaría más. Las acciones independientes que lleve a cabo cada sector del movimiento son cosa suya, siempre que no entren en conflicto con el mínimo común denominador del rechazo al fascismo.<br />
<br />
En la izquierda siempre es más fácil dividir y separar que unirse en la lucha. A todos los sectores les cuesta al principio asumir el modelo unitario. Siempre existe la tendencia de pensar que lo mejor es lo que hago y cómo pienso yo. Esto es normal; lo que no se puede hacer es, basándose en esta suposición, intentar imponer su propia visión. Esto se aplica tanto a gente de la izquierda revolucionaria como a la de un sindicato mayoritario o un partido reformista.<br />
<br />
Con el crecimiento actual del fascismo, hay muchísimo en juego. El modelo de UCFR ha demostrado su efectividad ante los retos actuales de un fascismo en auge electoral. El mejor homenaje a las décadas de lucha comprometida del movimiento antifa —muchas veces en solitario— es hoy participar en y aportar sus habilidades a la lucha unitaria, sin que nadie tenga que abandonar lo que es.<br />
<h3 id="notas">Notas</h3><a href="#_ftnref1" name="_ftn1">[1]</a> Se recuperó en la forma de la Liga Anti Nazi (Anti Nazi League, ANL) en Gran Bretaña, creada en 1978. Bray celebra el éxito de la ANL pero parece no reconocer que representa una estrategia muy diferente a la Antifa. Bray 2019, pp. 79-81; p. 238.<br />
<br />
<a href="#_ftnref2" name="_ftn2">[2]</a> Que conste que Bakunin no ignoró a las mujeres; también les asignó categorías: “La primera: mujeres superficiales, sin espíritu ni corazón. Hay que usarlas como a los hombres de tercera y cuarta categoría. La segunda clase son las mujeres inteligentes, apasionadas, dispuestas a sacrificarse; no han llegado a nuestro nivel porque no han conseguido una inteligencia revolucionaria práctica y sin verborrea. Se usan como los hombres de quinta categoría…” Alcalde 2008.<br />
<br />
<a href="#_ftnref3" name="_ftn3">[3]</a> Cuando lo puedo evitar no pongo enlaces a páginas fascistas.<br />
<br />
<a href="#_ftnref4" name="_ftn4">[4]</a> Traverso rechaza firmemente el concepto de “islamofascismo”. Declara: “La intensa apelación a esta noción por parte de los xenófobos de todos los sectores… crea muchos malentendidos y debería incitar a tomar algunas precauciones antes de emplearla.” Traverso 2016.<br />
<br />
<a href="#_ftnref5" name="_ftn5">[5]</a> El entonces dirigente del MSR, Jordi de la Fuente, lo representó en un acto público del PNSS en Beirut. Más tarde de la Fuente pasó a Plataforma per Catalunya y en el momento de escribir acaba de participar en un acto de VOX. <em>xavier-rius.blogspot.com</em>, 29 de mayo de 2016.<br />
<br />
<a href="#_ftnref6" name="_ftn6">[6]</a> Ver UCFR 2010.<br />
<h3 id="biblio"><a name="_Toc20428899"></a>Bibliografía</h3>Alcalde, Juan J. (2008), “Bakunin-Netchaiev: El catecismo revolucionario”. <a href="http://www.christiebooks.com/PDFs/Bakunin-Netchaiev.El%20Catecismo%20Revolucionario.pdf">http://www.christiebooks.com/PDFs/Bakunin-Netchaiev.El%20Catecismo%20Revolucionario.pdf</a> .<br />
<br />
Bouteldja, Houria (2014), “Sobre islamofobia, fascismo y un antifascismo cómplice” (intervención en la quinta conferencia internacional sobre islamofobia en Berkeley, 17 de abril de 2014). <a href="http://www.decolonialtranslation.com/espanol/sobre-islamofobia-fascismo-y-un-antifascismo-complice.html">http://www.decolonialtranslation.com/espanol/sobre-islamofobia-fascismo-y-un-antifascismo-complice.html</a>.<br />
<br />
Bragulat Vallverdú, Meritxell (2016), “Los orígenes de ‘Estado Islámico’”, en Karvala 2016.<br />
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Karakaş, Şenol (2016), “Hi va haver dos cops a Turquia?”, <em>marx21.net</em>, 2 de agosto de 2016. <a href="https://marx21.net/2016/08/02/hi-va-haver-dos-cops-a-turquia">https://marx21.net/2016/08/02/hi-va-haver-dos-cops-a-turquia</a>.<br />
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Karvala, David (2012b), “La larga sombra del estalinismo”. <a href="http://davidkarvala.blogspot.com.es/2012/08/la-larga-sombra-del-estalinismo.html">http://davidkarvala.blogspot.com.es/2012/08/la-larga-sombra-del-estalinismo.html</a>.<br />
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Traverso, Enzo (2016), “Espectros del fascismo: pensar las derechas radicales en el siglo XXI”, <em>Revista Herramienta</em> 58, otoño de 2016. <a href="https://herramienta.com.ar/articulo.php?id=2555">https://herramienta.com.ar/articulo.php?id=2555</a><br />
<br />
Trotski, León (1931), “Por un frente único obrero contra el fascismo: Carta a un obrero comunista alemán, miembro del partido comunista alemán”, del 8 de diciembre de 1931, disponible en <a href="https://www.marxists.org/espanol/trotsky/1931/diciembre/08.htm">https://www.marxists.org/espanol/trotsky/1931/diciembre/08.htm</a>.<br />
<br />
UCFR (2010), “Unitat Contra el Feixisme i el Racisme: Aturem Plataforma per Catalunya”. <a href="https://ucfr.cat/2010/06/14/unitat-contra-el-feixisme-i-el-racisme-aturem-plataforma-per-catalunya/">https://ucfr.cat/2010/06/14/unitat-contra-el-feixisme-i-el-racisme-aturem-plataforma-per-catalunya/</a><br />
<br />
UCFR (2011), “No volem feixistes a les tertúlies” (No queremos fascistas en las tertulias). <a href="http://ucfr.cat/2011/06/07/no-volem-feixistes-a-les-tertulies">http://ucfr.cat/2011/06/07/no-volem-feixistes-a-les-tertulies</a>.<br />
<br />
Zetkin, Clara (1923), “Fascismo”, <em>The Labour Monthly</em>, órgano del Partido Comunista de Gran Bretaña, agosto de 1923. <a href="https://www.marxists.org/espanol/zetkin/1923/agosto/fascismo.htm">https://www.marxists.org/espanol/zetkin/1923/agosto/fascismo.htm</a>.<br />
<br />
<br />
<br />
</div>David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-74119615576076173962019-09-16T12:04:00.004+02:002024-01-14T18:53:55.837+01:00The Antifa movement today<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbEnKu2gBLEpDzTy8fYJ-KaTm-4BQ2bp5kG1z5pX_9ac0EcqN2grCUQ1Pxg6QGQs31MY92t-koVoyRouXk0PuKtdiUkJUXG4GWTrSF3wpeRDvopTMx5sGzTv32ZYSGN2pbLNRAJ0efGTA/s1600/antifa_klan.jpeg" imageanchor="1"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="720" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbEnKu2gBLEpDzTy8fYJ-KaTm-4BQ2bp5kG1z5pX_9ac0EcqN2grCUQ1Pxg6QGQs31MY92t-koVoyRouXk0PuKtdiUkJUXG4GWTrSF3wpeRDvopTMx5sGzTv32ZYSGN2pbLNRAJ0efGTA/s400/antifa_klan.jpeg" width="1280" /></a><br />
<br />
<em>Four years ago, I wrote an article about <a href="https://davidkarvala.blogspot.com/2019/06/antifa-origins-of-classic-antifascism.html">the original antifa movement</a>, Antifaschistische Aktion, in Germany in 1932-33 (Karvala 2015). At the end I said: “In a future article we will look at how sectors of the current antifascist movement repeat many of the mistakes of the past, running the risk of repeating the same tragic end.” For many reasons, I never got round to writing the promised article. It would have been a huge challenge to try to summarize and evaluate the activities of the international antifascist movement over more than thirty years. </em><br />
<br />
<em>Mark Bray’s book, </em>Antifa: The antifascist handbook<em>, by explaining many of the movement’s activities and ideas, simplifies the job considerably. Thus this text is half a partial honoring of the promise made four years ago, and half a reflection on Bray’s book. I wrote it specifically for my book </em>The antifascism of the 99%<em> (El antifascismo del 99%, Barcelona: Ediciones de la Tempestad, 2019).</em><br />
<a name='more'></a><br />
<br />
<ul><li><a href="https://davidkarvala.blogspot.com/2019/12/el-movimiento-antifa-hoy.html">Este texto en castellano</a></li>
<li><a href="https://www.autonomiedeclasse.org/antifascisme/le-mouvement-antifa-aujourdhui/" target="_blank">Ce texte en français</a></li><li><a href="https://solidarita.socsol.cz/2024/teorie/hnuti-antifa-dnes" target="_blank">V češtině</a></li>
</ul><br />
<a href="#_Toc19525222">Why follow the model of Antifascist Action?</a><br />
<br />
<a href="#_Toc19525223">Who is an antifascist?</a><br />
<br />
<a href="#_Toc19525224">Antifa as an identity</a><br />
<br />
<a href="#_Toc19525225">Direct action</a><br />
<br />
<a href="#_Toc19525226">Ideas will not stop fascism</a><br />
<br />
<a href="#_Toc19525227">Broad independent movements or wholly owned subsidiaries?</a><br />
<br />
<a href="#_Toc19525228">The fascists are more worried by united antifascist movements than by direct action</a><br />
<br />
<a href="#_Toc19525229">Antifa positions on international issues</a><br />
<br />
<a href="#_Toc19525230">Notes on “The antifascist handbook”</a><br />
<a href="#_Toc19525231">Philosophy</a><br />
<a href="#_Toc19525232">Sexism</a><br />
<a href="#_Toc19525233">Is fascism the same as white supremacism?</a><br />
<a href="#_Toc19525234">Broaden our vision</a><br />
<br />
<a href="#_Toc19525235">Antifa and the fight against fascism today</a><br />
<br />
<a href="#_Toc19525236">Bibliography</a><br />
<br />
<a href="#notes">Notes</a><br />
<br />
With his book, <em>Antifa: The antifascist handbook,</em> Mark Bray has done a great service by collecting testimonies from dozens of activists and describing many actions of today’s antifa movement: I say this despite the many doubts I have about his arguments.<br />
<br />
The truth is that unwittingly, Bray has revealed — with a lot more examples and detail than I could have gathered — different contradictions and limitations of the antifa movement.<br />
<br />
For example:<br />
<ul><li>Many antifa activists declare themselves libertarian, but their methods sometimes reflect a quite authoritarian attitude.</li>
<li>They insist on the need for an anticapitalist ideology to combat fascism, but the centrality within the antifa vision of physical action in the street — which does not depend at all on this ideology — often attracts people, especially men, who are more interested in physical combat than in political ideas.</li>
<li>Many antifa groups define as fascist many different forces — mainstream parties, the police, the prison system, immigration controls, LGBTIphobia, capitalism in general… — that have much more social weight than the small neo-Nazi groups, but antifa activity usually focuses on these small groups.</li>
<li>Antifa groups define themselves as movements, and some antifa platforms are very hostile towards political parties, but in reality they are not broad social movements, but rather political groups, with their own program.</li>
<li>They declare their wish for more people to join the fight against the far-right, but in practice they put many obstacles in the face of the expansion of the movement (partly due to the previous points).</li>
</ul>
<p>
All these contradictions (and others) can be seen in the trajectory of many antifa movements and are made clear in Bray’s book.</p>
<p>
Before going any further, I must make one thing very clear. The criticisms that I will make should not be read as an attack on people who have shown massive dedication to the fight against fascism in different countries over recent decades. They often fought neo-Nazi groups when nobody else was doing so, and managed to expel them from many neighborhoods. Their commitment and achievements should not be underestimated.</p>
<p>
The argument posed here is that in the face of a growing far-right, which is much more extensive than the neo-Nazi street gangs, a very different strategy is needed. This is even recognized by many of the testimonies collected by Bray: the problem is that Bray and his testimonies only look for solutions within the already established framework of antifa action when (in my opinion) the current challenges require going beyond this framework. That said, and as will be made clear towards the end of the article, such activists with long experience of antifascist struggle will be an essential part of the new movements that are needed.</p>
<h3><a href="https://www.blogger.com/null" name="_Toc19525222"></a>Why follow the model of Antifascist Action?</h3>
<p>My previous article (Karvala 2015) described the original antifascist movement, <em>Antifaschistische Aktion,</em> promoted by the German Communist Party (KPD) in 1932-1933. Suffice it to say that Antifa was launched in June 1932, allegedly as a unitary movement, but a few days later the KPD leadership declared: “Antifascist Action means untiring daily exposure of the shameless, treacherous role of the SPD… leaders who are the direct filthy helpers of fascism” (<em>Rote Fahne</em>, 1 July 1932, quoted in Gluckstein 1999, p115). Antifa was not a unitary movement against fascism, but rather an instrument of the German Communist Party, directed against both the Nazis and the Social Democrats [and also against the non Stalinist revolutionary left <em>- author’s note to the US translation</em>].
</p>
<p>
In any case, about six months after the creation of Antifa, Hitler came to power, almost without opposition. The Communist Party insisted that nothing had changed, that they had already been living under fascism before Hitler, and that the Nazis did not alter the situation significantly. Their slogan was “After Hitler, our turn”. When they discovered their mistake, it was too late. (All this is discussed in some detail in Karvala 2015.)</p>
<p>
Many of these problems are recognized by Bray. In his very brief description of the original antifa movement, he makes the following comment: “Rank-and-file social democrats were welcomed into <em>Antifaschistische Aktion</em>, but the KPD was still instructing its operatives ‘to sabotage the Iron Front at every turn’.” (Bray 2017, p25. The Iron Front was the SPD’s own movement against fascism). It was this sectarianism — without forgetting the SPD’s disastrous position— that permitted the victory of Nazism.</p>
<p>
This raises the question of why precisely this strategy has been taken as the model to copy. But this question is almost never asked, or at least Bray doesn’t ask it. He describes the failures of the antifa strategy, but takes it for granted that this is the strategy that must be followed: Bray himself defends the overall antifa vision, which led to defeat.</p>
<p>
In doing so, Bray rewrites history. For example, he writes that “The first substantive recognition of the essence of the fascist peril came with the ‘February Uprising’ of 1934 [in Vienna]”. (Bray 2017, p133).<br />
<br />
Already in 1923, the German revolutionary Clara Zetkin had written:<br />
<div style="padding-left: 30px;">In Fascism, the proletariat is confronted by an extraordinarily dangerous enemy. Fascism is the concentrated expression of the general offensive undertaken by the world bourgeoisie against the proletariat. Its overthrow is therefore an absolute necessity… the <em>whole of the proletariat must concentrate on the fight against Fascism</em>. It will be much easier for us to defeat Fascism if we clearly and distinctly study its nature. Hitherto there have been extremely vague ideas upon this subject not only among the large masses of the workers, but even among the revolutionary vanguard of the proletariat and the Communists. (Zetkin 1923; my emphasis).</div>Zetkin insists here that fascism represents a specific threat and also insists on working class unity to fight it; Stalinist policies in 1928-1934 rejected both of these arguments.<br />
<br />
Trotsky, with growing insistence, tried to apply this argument to the critical situation in Germany in the early 1930s. He wrote in “The Impending Danger of Fascism in Germany: A Letter to a German Communist Worker on the United Front against Hitler”: “Should Fascism achieve power it will ride over your skulls and spines like a frightful tank. Your salvation lies in merciless struggle. And only unity in struggle with the social democratic workers can bring victory.” (Trotsky 1931). The small Trotskyist group in Germany fought to establish united movements along these lines. They had some local successes but the KPD responded with hostility and violence, doing everything it could to prevent these efforts (see Karvala 2015). Their experience was almost forgotten for many decades.<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref1"></a><a href="#_ftn1" name="_ftnref1">[1]</a><br />
<br />
The reasons behind much of the radical left adopting the disastrous strategy of Antifa, ignoring the arguments of Zetkin and especially of Trotsky, have to do with the continued influence of Stalinism in left ideas (Karvala 2012b). The tragedy even goes further. When activists try to break from the sectarian errors of the Antifa model, the alternative is usually posed in terms of the other disastrous Stalinist policy in the face of fascism, the popular front. And when they have had enough of the monolithic vision of uniformity and submission to the “progressive” bourgeoisie implied by the popular front… they return to the sectarian antifa model.<br />
<br />
The paradox is that the antifa vision is not only hegemonic among communist orthodox groups, but also among other sectors of the radical left, such as anarchists, and even the majority of Trotskyist groups. This is not the place to attempt to explain why all these groups adopt a model created by Stalinism.<br />
<br />
The point is to pose the question: why copy a strategy that contributed to the greatest defeat, almost without resistance, in the history of the international labor movement?<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJr3EQ8Cd9E1YiuLXMp3gXWl1rWUsyN2vjnhTRTOBf_O7x7npec9Cma5nibvBSbZGS5QV5P9hPLoLdircgRatgXe00x2iSq2lIa170HFJywMMUhtSwAelofCuZqadv7jyvCXCza2PGObU/s1600/antifa_smash_fascism.jpeg" imageanchor="1"><img border="0" data-original-height="1067" data-original-width="1600" height="790" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJr3EQ8Cd9E1YiuLXMp3gXWl1rWUsyN2vjnhTRTOBf_O7x7npec9Cma5nibvBSbZGS5QV5P9hPLoLdircgRatgXe00x2iSq2lIa170HFJywMMUhtSwAelofCuZqadv7jyvCXCza2PGObU/s1600/antifa_smash_fascism.jpeg" width="1200" /></a><br />
<h3><a href="https://www.blogger.com/null" name="_Toc19525223"></a>Who is an antifascist?</h3>At the beginning of his book, Bray warns against the idea that the term “antifascist” applies to any person who fights against fascism. He insists on “understanding… antifascism as a method of politics, a locus of individual and group self-identification, and a transnational movement… [of] socialist, anarchist, and communist currents… This political interpretation transcends the flattening dynamics of reducing antifascism to the simple negation of fascism…” Therefore, he explains, his book is limited to covering “a broad antifascist current that exists at the intersection of pan-socialist politics and direct-action strategy. This tendency is often called ‘radical antifascism’ in France, ‘autonomous antifascism’ in Germany, and ‘militant antifascism’ in the United States, the U.K., and Italy, among today’s antifa (the shorthand for antifascist in many languages).” (Bray 2017, pp.xiv-xv)<br />
<br />
This is even clearer in a footnote: “I do not focus on the institutional ‘antiracist’ movement of organizations like SOS Racisme or formal antifascist organizations affiliated with political parties like Unite Against Fascism.” (Bray 2017, p228. It is not clear why he puts “antiracist” in quotes.)<br />
<br />
This problem of terminology arises in many fields of social struggle. I comment in another text that according to one definition “to be a feminist simply implies to be against the oppression of women, so that any consequently progressive person — man or woman — would be feminist.” However, the term has another, much more limited definition, according to which all men benefit from oppressing all women, who might even be defined as a class: “With this variant, it would not make sense for a man to define himself as feminist: he would be acting against his own interests.” (Karvala 2012a).<br />
<br />
The anti-war movement was huge, involving people from far beyond traditional pacifism, but some people referred to it as a big “pacifist movement”. Sometimes Gandhian pacifist activists tried to impose their ideology of nonviolence on the whole movement, for example, by proposing that conditions be placed on solidarity with the resistance of the Iraqi people. When adding up our forces, a broad definition (“a pacifist demonstration of one million people”) was preferred; but when it came to deciding strategies, attempts were made to use the narrow definition so as to impose a very specific ideology on the whole movement.<br />
<br />
The same thing occurs here. In general, activists use the exclusive definition of who is and is not antifascist: often just by default, sometimes explicitly as in Bray’s book. But in some circumstances — for example, when faced with a severe case of repression — a slogan such as “We are all antifascists” is used. A protest might even be called with this slogan. But almost without exception, the discourse that accompanies the action is not that of “all”, but goes back to reflecting a (specific) radical minority.<br />
<br />
The concept of “99%” — as against the 1% of the population that controls the world — was coined by the Occupy movement in the United States (a movement in which Mark Bray participated, by the way). To talk about “the antifascism of the 99%” implies, of course, a bit of exaggeration, but it gives an idea of the aim of creating a really broad movement.<br />
<br />
The insistence that antifascism has to be revolutionary and anti-capitalist is also a declaration of intentions. It is clear that, despite occasional short term operations of broadening out (to which we will return), the classical vision restricts the definition of “antifascist” to a very, very small percentage of the population. With a population in the Spanish State of about forty-six million, there would have to be 46,000 revolutionary antifascists to reach 0.1% [The figure for the USA would be nearly 330,000 people, with half of them being women… - <em>author’s note to the US translation</em>]. The actual figure is probably closer to 0.01%. The entire radical left is a minority, of course. The question is whether we recognize that we are currently a very small minority, and that we must relate to more diverse people — openly and honestly — if we want to carry out significant struggles, or if we reinforce and almost celebrate our minority position.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZ_SCtT64E3dwM-XaHUsvTAosqYSC3kfipat0OH-TPL3oRNUn8No4uMAGI-03a9norGbU28nETZcLwoTVsBJa2i-1HWvFJXrQEzOfxecnX0a3UZDpJlf6Dl13D0XwoapBd86BwGfuu9u8/s1600/antifa_banderas.jpg" imageanchor="1"><img border="0" data-original-height="683" data-original-width="1024" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZ_SCtT64E3dwM-XaHUsvTAosqYSC3kfipat0OH-TPL3oRNUn8No4uMAGI-03a9norGbU28nETZcLwoTVsBJa2i-1HWvFJXrQEzOfxecnX0a3UZDpJlf6Dl13D0XwoapBd86BwGfuu9u8/s1600/antifa_banderas.jpg" /></a><br />
<h3><a href="https://www.blogger.com/null" name="_Toc19525224"></a></a>Antifa as an identity</h3>The previous point leads us to another question: which issues do antifascist groups feel most identified with, and are most likely to provoke a response by them?<br />
<br />
Bray recommends a “guide” to forming an antifascist group, published by the US group “It’s Going Down.” The “Obligations” section consists of four points. One of them is “Support other antifascists who are targeted by fascists or arrested for antifa-related activities.” (It’s Going Down, 2017).<br />
<br />
You have to ask yourself, why limit it this way, saying “support <em>other antifascists </em>who are targeted by fascists”? As we already know that the term “antifascists” does not apply to anyone who is simply against fascism, it is actually quite a severe restriction. It might be thought that it is a mistake, that any victim of fascist aggressions would receive the same support. In principle, antifa groups do oppose any fascist aggression, but the truth is that their reaction is generally much stronger if they feel that the victim of the aggression is “one of their own”.<br />
<br />
In January 2013, Golden Dawn neo-Nazis murdered the young Pakistani worker, Shehzad Luqman, in Athens. KEERFA, the united movement against fascism and racism, which includes the Pakistani Community of Greece as an important affiliated body, did respond with protests. However, the murder did not provoke much reaction from the antifa movement or, indeed, from the rest of the left or social movements. On the other hand, the killing by neo-Nazis of Pavlos Fyssas in September 2013 — neither more nor less tragic than that of Luqman — unleashed a wave of protests that went way beyond KEERFA, to include the antifa movement and even the trade unions. The point is that Pavlos Fyssas was a known rapper, associated with the antifa struggle.<br />
<br />
Thanasis Kampagiannis, KEERFA’s lawyer in the popular prosecution of Golden Dawn, said: “We are clear that we have only achieved this trial, and we can only participate in it, thanks to the social mobilization following the murder of Pavlos Fyssas” (<em>La Directa,</em> 23/10/2014). Of course it is positive that there were massive mobilizations after the murder of Fyssas: the trial, which still continues today, has contributed to weakening the neo-Nazi organization.<br />
<br />
But the question cannot be avoided: why did the movements as a whole — and especially the antifa movement, which is supposed to specialize in these issues — not react in the same way eight months before? It would seem that the condition mentioned in the “antifascist guide” does have an effect.<br />
<br />
Houria Bouteldja explains another example of the same double standard:<br />
<div style="padding-left: 30px;">Last June, far-right groups took part in a series of aggressions against veiled women in the suburbs of Paris, and this resulted in very few reactions. Only women were targeted and one of them even lost her baby. Antifascists did not react much and neither did the feminists, if we exclude a small minority of them. Around the same time, a young white antifascist man, Clément Méric, was attacked and killed by the same ultra right-wing circles. There, the reaction was immediate and the emotion was such that the affair rapidly gained national attention. Of course, we were dealing with a murder. I am not here questioning the legitimacy of the rage that gripped antifascist circles. But we observe that left-wing circles, antifascists and antiracists strongly mobilized to protest against the murder of Clément Méric in all large French cities but were terribly absent from the demonstrations organized by Muslims. It is a bitter matter of fact but it is not new. (Bouteldja 2014)</div>This attitude must be contrasted with what Lenin argued more than a century ago (he was fighting a narrowly economistic vision of socialist activity and struggle), insisting that it was necessary to “respond to all cases of tyranny, oppression, violence, and abuse, no matter what class is affected” (Lenin 1902).<br />
<br />
Finally, let us consider the second part of the sentence in the guide: “Support other antifascists who are… arrested for <em>antifa-related activities</em>.” Quite often it seems that the condition expressed here (in italics) is not applied, that any arrest of an antifa activist leads the movement to mobilize in their support, whether or not it is an issue related to the fight against the far-right [This is the experience in the Spanish state, it may be different in the USA - <em>author’s note to the US translation</em>]. Some antifa platforms spend more time protesting against the repression they suffer than fighting fascist groups.<br />
<br />
It’s necessary to insist that it would be wrong to generalize and that within the antifa movement there are many people who are very committed to the fight against fascism. But it cannot be denied that there also exists, among some antifa activists, this tendency to understand antifascism as “anything that an antifa activist does”, not as “any person who fights against fascism.” And this flows from the narrow definition of antifascism defended by Bray and by many people in the movement.<br />
<h3><a href="https://www.blogger.com/null" name="_Toc19525225"></a>Direct action</h3>“Direct action” is a key element in the viewpoint and self image of the antifa movement and, as we have seen, Bray includes “direct-action strategy” in his definition of antifascism. (Bray 2017, pp.xiv)<br />
<br />
But really “direct action” is not a strategy, but rather a tactic, on the same level as bill posting, handing out leaflets, organizing demonstrations or public meetings, etc. These are all specific actions that should be part of a global strategy about how to advance. This is perhaps the first warning: it is a serious mistake to convert into a principle something that is simply one of the possible forms of action that may be useful at one time or another.<br />
<br />
There is typically an insistence on the combination of direct action and anti-capitalist or revolutionary ideology, but in reality fighting fascism in the street has no necessary connection to opposing capitalism.<br />
<br />
An excellent example of antifascism based on direct action was the 43 Group, formed in London just after World War II, in response to the resurgence of fascism in Britain. The group went about sabotaging, using physical force, fascist events. They were very effective. They had “commandos, on call day and night to disrupt meetings and carry out raids.” A network of London taxi drivers informed them of fascist rallies and even took them there. Upon arrival, they used almost military tactics to attack the organizers, tear down the platform and bring the meeting to an end (Gould 2009). Another source explains that “armed with clubs, razors, bricks, knuckledusters, broken bottles, knives and everything except guns and bombs, the 43 Group tracked down Fascist meetings to quash them.” (Roberts 2008). The 43 Group was mainly made up of Jewish former soldiers; the commandos included former Royal Marines, paratroopers etc. Far from being anti-capitalist, some members of the 43 Group were Zionists and later went to Palestine to join terrorist groups and fight for the creation of the Israeli State (Silver 2002).<br />
<br />
Bray speaks enthusiastically of this group, which he describes as a “militant anti-fascist organization” (Bray 2017, p42). This is despite the fact that the group was not anticapitalist and thus didn’t comply with Bray’s own definition of antifascism. For the 43 Group, the lack of revolutionary ideology clearly was not an obstacle. Doesn’t this demonstrate that this criterion makes no sense? If the key is direct action, that is, physical attacks (a viewpoint I do not share as a general rule), then anticapitalist ideas really are irrelevant. The exceptional effectiveness of this group, compared to many other examples of direct action, is a result of the composition of the group: former soldiers with combat experience and military discipline. In addition, in Great Britain just after the war, the fact they were former soldiers would have given them a certain protection from the police that a typical antifa group today would not have. The 43 Group fulfilled its function excellently at that time, but it is not a model that can be applied generally.<br />
<br />
The “antifascist guide” quoted earlier, after giving advice on the use of guns, in fact warns:<br />
<div style="padding-left: 30px;">Be wary of people who just want to fight. Physically confronting and defending against fascists is a necessary part of anti-fascist work, but is not the only or even necessarily the most important part. Macho posturing and an overemphasis on picking fights and physical combat can be reckless, un-strategic, and unnecessarily dangerous for your group. (It’s Going Down, 2017).</div>The most important thing are the political problems associated with this tactic. A Swedish activist explained (from jail!):<br />
<div style="padding-left: 30px;">I think anti-fascism in Sweden is a bit stuck. I think we should find new ways. Somewhere between 2005 and 2010 we got stuck. We saw that violence was effective and we got stuck in that pattern . . . [fascists] moved to other arenas and we were still stuck in our ways. Violent tactics do not work on everything. Violence is still a tool but should only be used when needed. We needed to restructure and think of new ways to confront them. But we didn’t do that, so now it feels like we are falling behind. They are leading the way and we are chasing after them. (Bray 2017, p93).</div>A German activist said it more clearly:<br />
<div style="padding-left: 30px;">[antifa] ‘military’ tactics do not work if you face fifteen thousand people in Dresden or a party that can win 20 percent of the vote (Bray 2017, p84).</div>Luckily, precisely in Dresden, very different tactics have been successfully applied since 2010: citizens’ blockades promoted by a unitary movement that includes unions, parliamentary left parties such as Die Linke and the SPD… (Schnell 2010). This movement thus falls completely outside Bray’s definition of antifascism… but it works.<br />
<br />
A strategy centered on street fighting has a fundamental problem regarding who is the <em>subject</em> of struggle. It converts most people into mere spectators, passively observing a militant fighting minority that acts — presumably — in their name. Bray quotes a US activist who is in favor of a broader movement:<br />
<div style="padding-left: 30px;">“Not everyone who is anti-fascist is gonna be able to mask up and go smash things,” explained Joe from the North Carolina GDC. “There have to be roles for elderly folks, disabled folks who are not going to be able to hit the streets.” (Bray 2017, pp118-119)</div>This vision of an antifascist hard core willing to “mask up and go smash things”, as against the elderly or disabled for whom we have to find “other roles” — despite the good intentions of the speaker — shows clearly the elitism implicit in focusing the struggle on street fighting. In addition, in a society in which physical strength and violence are associated with masculinity, the emphasis on street fighting often feeds macho attitudes within antifascist movements; something recognized by several of the testimonies in Bray’s book and also mentioned in the antifa guide cited above. [We will return briefly to this point later <em>- author’s note to the US translation.</em>]<br />
<br />
In any case, to combat a growing far-right, which is building mainly through electoral methods, very different strategies are needed, in which physical fighting is far from being the main element.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9MkhhqvI-RyRQbwT3SPEOvd2e6yrNHn1yXaz9dK2CNWb7iEtmsb21ev70jrcPNpctvhYN6rJyGl32XGn2dkeIFNwowFmc8Tdkr_9wWINPQaZH1dnssNFUTWPD-Nr3t58ZEfNhtFGHeXU/s1600/antifa.png" imageanchor="1"><img border="0" data-original-height="856" data-original-width="1600" height="642" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9MkhhqvI-RyRQbwT3SPEOvd2e6yrNHn1yXaz9dK2CNWb7iEtmsb21ev70jrcPNpctvhYN6rJyGl32XGn2dkeIFNwowFmc8Tdkr_9wWINPQaZH1dnssNFUTWPD-Nr3t58ZEfNhtFGHeXU/s400/antifa.png" width="1200" /></a><br />
<h3><a href="https://www.blogger.com/null" name="_Toc19525226"></a>Ideas will not stop fascism</h3>German Marxist playwright Bertolt Brecht is often quoted as saying: “How can anyone tell the truth about Fascism, unless he is willing to speak out against capitalism, which brings it forth?” Of course, the radical left must “speak out against” and fight capitalism. The problem is that speaking out in itself does not change things. We will see this more clearly if we consider another struggle.<br />
<br />
In 2003, faced with the threat of the war in Iraq, massive broad antiwar movements were built, with the historic demonstration of more than thirty-five million people worldwide on February 15, 2003. They didn’t stop the war, but over the medium term, the mobilizations had important effects. The following year, for example, Spanish troops were withdrawn from Iraq, and more recently the British government rejected a US proposal to attack Syria, fearing that those mobilizations would be repeated. The point is that in 2003, there were also sectors that insisted on the connection between war and capitalism (in this they were right) and argued that you couldn’t oppose the war unless you also opposed capitalism (and here they were totally confused). The great impact of the antiwar movement was due to it being so large and broad; it was by no means limited to the radical left.<br />
<br />
The “anti-capitalist” argument is saying, in effect, that what changes things is not the mobilization of many people, but the ideas (the theories about the connection between capitalism and war, or fascism) in the heads of a few people. In philosophical terms, it is an idealistic viewpoint; the belief that ideas in themselves determine what happens in the world.<br />
<br />
Analyses about the origin of war, and fascism, are important, and can help guide the people who share these analyses. They help us to understand why the struggles against fascism (and also against war) should not depend on the liberal bourgeoisie, because their basic interests lead them in a different direction. But the alternative must be a movement based, not on the 0.01% of committed anticapitalists, but on working people in general. And as we know, currently, the vast majority of the working class is neither revolutionary nor anticapitalist.<br />
<br />
The paradox is that while some antifa activists assert their identity with T-shirts saying “Working Class Pride” and stuff like that, it is the broad, united movements against fascism — that don’t declare their class orientation, still less are they anticapitalist — that can really involve a significant part of the real working class.<br />
<h3><a href="https://www.blogger.com/null" name="_Toc19525227"></a>Broad independent movements or wholly owned subsidiaries?</h3>Towards the end of his book, Bray gives more and more examples where the success of mobilizations depended on involving a wider range of people, beyond “militant antifascists” (see for example pp187-188). Many of the testimonies he quotes recognize this. This is positive: the problem is how this broadening of the movement is posed and what is the relationship between the more radical minority and the others.<br />
<br />
Bray describes a model of concentric circles: “the first level of organizing is the ‘antifa radical group,’ and the second level is the ‘antifa collective,’ such as Vigilances 69 in Lyon or Comité Antifa St-Etienne, mixing people from unions and community activists. Organizers in Toulouse are currently ‘experimenting’ with a third level, ‘the anti-fascist assembly,’ which groups together other activist and leftist organizations with antifa collectives.” (Bray 2017, p198).<br />
<br />
The existence of different types of space should not in itself represent a problem. The members of a revolutionary Marxist group organize themselves on their own to decide their own analyses and strategies, and then participate in broader spaces (a union meeting, social movement, electoral coalition…) where they explain their proposals and try to convince other people to support them. The key point is that the broader movements must really be democratic, transparent and independent.<br />
<br />
So various questions arise. Does the model of “circles” described above imply that the wider spaces really take their own decisions, as plural and autonomous movements? Or are the wider circles simply transmission belts for the central core of militants? Do the activists in the (second level) “antifascist collective” know about the existence of the smaller (first level) group? On what basis is the distinction made between people belonging to one level or another? (And who makes this distinction?!) Etcetera.<br />
<br />
The vision laid out here recalls what the Russian anarchist Bakunin proposed 150 years ago. In public he denounced “authoritarianism”: in private he defended “the collective and invisible dictatorship of the allies… dictatorship that will be all the more healthy and powerful the less trappings of power it has and the less ostensible its character” (Bakunin, letter 1 April 1870, in Ribeille [ed.] 1978, p. 71).<br />
<br />
In “Rules That Should Inspire a Revolutionist”, Bakunin declared:<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref2"></a><a href="#_ftn2" name="_ftnref2">[2]</a><br />
<div style="padding-left: 30px;">All comrades should have under them second- or third-degree revolutionists — i.e., comrades who are not completely initiated. These should be regarded as part of the common revolutionary capital placed at his disposal. This capital should, of course, be spent as economically as possible in order to derive from it the greatest possible profit. (Alcalde 2008).</div>Returning to the present, Bray cites, as examples of concentric circles, some cases from the Spanish State, such as the “Madrid Para Todas” initiative (“Madrid For All”). He describes this as a “large assemblage of neighborhood assemblies”, and in its demonstration on May 21, 2017 it did mobilize many more people than usually participate in the actions of the Madrid Antifascist Coordination. It was presented as a broad and diverse space. But on its Twitter, for example, it described itself as a “Space of convergence of several <em>anti-capitalist organizations </em>that fight racism and sexism” (@MadridParaTodas, my emphasis). If even the best example of a “broader space” that Bray can propose continues to restrict itself to anticapitalists, it is obvious that there are limits to that breadth. (In the list of groups that form the platform, no organization of black or migrant people appears, nor any LGTBI group.) In any case, it seems that Madrid Para Todas ceased to operate a couple of years ago.<br />
<br />
This situation is already suggested in Bray’s book. In explaining how antifa groups should act he states: “Sometimes that involves mobilizing working-class and immigrant communities, sometimes it does not. But either way, anti-fascists believe that developing substantive popular support must stem from anti-fascist politics and anti-fascist action, not the other way around.” (Bray 2017, p203). In other words, any “unity” depends on the rest of the people accepting the policies decided internally by the hard core of antifascist activists.<br />
<br />
By way of contrast, in Unitat Contra el Feixisme i el Racisme (Unity Against Racism and Fascism, the broad movement against the far right in Catalonia), neighborhood associations, migrants’ organizations, political parties, trade unions, etc., take part as full participants in the movement, on equal terms alongside activists from antifascist and anti-capitalist groups. No one has the right to impose conditions; strategies are agreed by broad consensus, on the sole basis of the united struggle against fascism and racism. Sometimes tensions appear, for example, when new people enter who are accustomed to much more homogeneous spaces, in which everyone shares the same political vision.<br />
<br />
The attempts by antifa groups to create broader spaces can only work if they break with the logic of limiting antifascism to “anticapitalism plus direct action”; in this case they would approach the model of united movements like UCFR. If they don’t make that break, “broadening out” is a fiction.<br />
<h3><a href="https://www.blogger.com/null" name="_Toc19525228"></a>The fascists are more worried by united antifascist movements than by direct action</h3>In November 2015 the new local version of Unity Against Racism and Fascism (UCFR) was presented at a public event in Madrid. Sadly, so far, UCFR still has not consolidated itself in the Spanish capital.<br />
<br />
The surprising thing is the alarm that was raised among sectors of the far-right given the possible creation of UCFR in Madrid. One neo-Nazi group offered its analysis to its followers. About classic antifascism it said: “Their cult of hatred and simple direct action, without objectives or doctrine, makes them fall prey to very violent and undisciplined groups… [of] autonomous groups without an ideological program, closer to an urban tribe or football gang than a political organization.” They spoke of an antifascist movement “worn out by stupid actions without objectives by radicals who have never gone beyond beating people up and burning containers, but without political results.” Of course, they mix some observations that have a certain truth with mere insults; they are neo-Nazis, after all.<br />
<br />
What they say about UCFR also mixes elements of the truth with distortions, but again it is interesting to know what they think: “UCFR… does not hesitate to join liberals or social democrats in mobilizations against patriotic organizations, along the lines of the movements in Germany or England… So if violent antifascism has not managed to stop our activities, now they intend to complement that with institutional antifascism which is ‘non-violent’, but no less dangerous and effective. So the next thing that we will see is the closure of more [of our] social centers, bookstores and stores, as is already happening in Catalonia… So we are sure that these new obstacles are going to change the way we do politics in our organizations… It’s time to sort ourselves out and start working more with our heads and not with our hearts.”<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref3"></a><a href="#_ftn3" name="_ftnref3">[3]</a><br />
<br />
The key point is that the fascists themselves were more worried about a united movement capable of exerting social and political pressure than with minority actions in the street. It is a factor to bear in mind.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEzS9pbbvFSEuD5LEIfp2bysLpzExiXURyEmA7KT1yhR3crDuXX7qC-jG3aEdLxQecAvW4rK3bY6Nb9IGxU6Ul70SJBaKeTfpHCnQNAvqLdelAsY-V-oOLw47CjrIAzVsxa5Elx8bfzJo/s1600/espanoles_en_el_donbas_con_fachas_serbios_y_franceses.jpg" imageanchor="1"><img border="0" data-original-height="531" data-original-width="960" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEzS9pbbvFSEuD5LEIfp2bysLpzExiXURyEmA7KT1yhR3crDuXX7qC-jG3aEdLxQecAvW4rK3bY6Nb9IGxU6Ul70SJBaKeTfpHCnQNAvqLdelAsY-V-oOLw47CjrIAzVsxa5Elx8bfzJo/s1600/espanoles_en_el_donbas_con_fachas_serbios_y_franceses.jpg" /></a><br />
<em>Spanish Communists alongside Serbian and French fascists in Donbass</em><br />
<br />
<h3><a href="https://www.blogger.com/null" name="_Toc19525229"></a>Antifa positions on international issues</h3>Fascism is increasingly organized internationally. To be effective, the fight against fascism also needs a global vision. However, the antifa movement has adopted some very questionable attitudes in relation to international politics.<br />
<br />
One of the movement’s favorite causes is that of Donbass, the mainly Russian speaking territory in eastern Ukraine in conflict with the central government. The conflict with Kiev — where the far-right is in fact very strong — has been defined as an antifascist struggle and there has even been talk of “international brigades”, like those that fought for the Spanish republic against Franco in the 1930s. The problem is that there are also fascists in Donbass: the fight against Kiev includes strong elements of Russian nationalism, including Russian neo-Nazis, and has the support of a large section of European fascism.<br />
<br />
A report in the left wing Basque newspaper <em>Gara </em>(December 7, 2014) found within the pro Donbass militias former members of the French foreign legion, including far-right Serbian and French volunteers; pan-Russian activists, with far-right symbology; and the Vostok battalion, whose symbols mix the Soviet and the Tsarist flags. The militias have also included Communists from the Spanish State: the website of the Madrid Antifascist Coordination published (on August 23, 2014) a statement from Donetsk signed by the “Carlos Palomino International Brigade” [Carlos Palomino was a young antifascist murdered by a neo-Nazi in Madrid in 2007 <em>- author’s note to the US translation</em>], while two Spanish communists fought in the Vostok battalion (<em>El Mundo,</em> August 10, 2014).<br />
<br />
This doesn’t justify supporting the Kiev government either. But we do need to point out an enormous contradiction. In Western Europe, “militant antifascism” refuses to collaborate with reformist parties or the mainstream trade unions in the struggle against fascism, but in Donbass they fight literally shoulder to shoulder alongside the far-right. (For more on this —in Spanish— see Karvala 2014.)<br />
<br />
We find more contradictions in the case of Rojava, the Kurdish region of the Syrian state. According to Bray, in the antifa movement: “Regardless of their politics… [all] consider both ISIS and Turkish president Erdogan to be fascist, and the defense of the Rojava Revolution to be an anti-fascist struggle.” (Bray 2017, p127). In fact, while it still existed, in May 2016, the “broad space” of Madrid Para Todas organized a public meeting entitled “Fascism and Daesh: weapons of Zionism and imperialism”. Without minimizing the terrible acts of either Erdogan or Daesh, it is very simplistic to label them as “fascists.” The authoritarian government of Erdogan is part of a very complex political situation in Turkey (see Karakaş 2016).<br />
<br />
ISIS, meanwhile, is a result of the destruction of the region driven, first, by the US occupation of Iraq, and then by the war against the Syrian people by Bashar al-Assad. It is not comparable to fascism; not because it’s better or worse, but simply because it’s a different phenomenon that requires different responses.<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref4"></a><a href="#_ftn4" name="_ftnref4">[4]</a> The strangest thing is that among the militias fighting ISIS, we again find a collaboration of communists and fascists, now joined by anarchists. Just read the [translated] titles of some press reports: “The Spanish far-right wants to be reborn with a ‘crusade’ against ISIS” (<em>elconfidencial.com,</em> August 19, 2016); “Spanish nationalists, anarchists, Falangists and Stalinists fight jointly in Syria” (<em>publico.es,</em> October 28, 2018). (For an analysis of the origins of ISIS, see Bragulat Vallverdú 2016).<br />
<br />
This is not the place to study the issue, but the truth is that in their geostrategic vision, there are many parallels between some antifa Stalinists and fascism: both share the same obsession with the (Jewish) billionaire George Soros, they see conspiracies everywhere, and they support Russian imperialism against American imperialism. And both share a strongly Islamophobic attitude; activists of both groups wear the same sticker, “FCK ISIS”. Of course, ISIS does not represent Islam, but opposition to “Islamo-fascism” or “radical Islam” often leads to hostility against Muslim people in general, in the form of Islamophobia. All this should greatly worry the antifascist movement, but that doesn’t seem to be the case.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvTq8a8GqsoaXd-vF5SmvGftHw7zK4aajiKd4ChcoayS9ZpQVoi1BL1H1Wc6g5VJFzSaFKft-Zi8S0LB5SwiKgiG5W5Rt1UHZYDq5BgDqoEHbVmikplxD2Is_D7iz3-RhbDeEi04Icxuc/s1600/antifa-london.jpg" imageanchor="1"><img border="0" data-original-height="1063" data-original-width="1600" height="790" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvTq8a8GqsoaXd-vF5SmvGftHw7zK4aajiKd4ChcoayS9ZpQVoi1BL1H1Wc6g5VJFzSaFKft-Zi8S0LB5SwiKgiG5W5Rt1UHZYDq5BgDqoEHbVmikplxD2Is_D7iz3-RhbDeEi04Icxuc/s400/antifa-london.jpg" width="1200" /></a><br />
<h3><a href="https://www.blogger.com/null" name="_Toc19525230"></a>Notes on “The antifascist handbook”</h3>This text is not intended as a general review of the book, but I’ll take this opportunity to make some general comments about it.<br />
<br />
With the subtitle, “The anti-fascist handbook,” Mark Bray sets the bar very high. It is a very ambitious goal, which for me only he only achieves partially. As I said at the beginning, by gathering a variety of testimonies, he has done an important job of journalism. However, the testimonies raise many questions which Bray doesn’t analyze in depth, let alone answer. I will return to this.<br />
<h4><a href="https://www.blogger.com/null" name="_Toc19525231"></a>Philosophy</h4>For a book that aims to summarize several decades of international antifascist struggle he devotes an awful lot of space (24 pages; close to ten percent of the book!) to a fairly philosophical and abstract overview of current debates in the United States about freedom of expression and “No platform”: the argument that there should be no public space for fascism. That is followed by a chapter of another thirty pages discussing violence and nonviolence in a similar fashion.<br />
<br />
The way these debates are treated reflects the separation between the small minority of the antifa movement and the mass of ordinary people. Can we justify our actions in ethical terms? What can we do so that more people understand and support our actions? Etcetera. However, a majority-based movement can deal with these issues in a practical way.<br />
<br />
Concerning “freedom of expression” for fascists, Unite Against Fascism — the united platform against the far-right in Britain that Bray did not want to talk about — has since its inception had an agreed consensus position of denying public spaces to fascism. The broad movement in Catalonia, UCFR — of whose very existence Bray seems unaware, despite it bringing together more than 600 different trade union, neighborhood, youth, migrant, etc. organizations — agreed years ago on a statement based on the same principle: “We don’t want fascists on chat shows” (UCFR 2011).<br />
<br />
When it arises, the issue of physical force should be treated in the same concrete way. In the face of an uprising like that of General Franco in 1936 Spain, is it right to fight with all the weapons available? Of course it is, and in such a situation the fight is not limited to small groups. In the face of the electoral growth of the far-right, however, arms don’t work: other methods are needed.<br />
<br />
In summary, these issues can’t be resolved with abstract ethical reflections, but through collective debate in a broad movement, around a real live problem.<br />
<h4><a href="https://www.blogger.com/null" name="_Toc19525232"></a>Sexism</h4>After dedicating close to sixty pages to philosophical debates, Bray deals with the problem of sexism in the antifa movement in just three pages. As we can see from the comments he quotes, and as is shown by several recent debates in the antifa movements [at least in the Spanish state], it is a very real problem. The issue deserves a much more serious analysis than Bray gives it, and also more than there is room for here. A brief mention has been made above, but even so, something more must be said.<br />
<br />
Bray quotes a female antifa activist who criticizes the “gender essentialism” implicit in associating direct action with masculinity and to a point she is right (Bray 2017, p193). It is a typical mistake (of which I am also guilty) to complain about “an excess of testosterone” in certain actions: really it’s not a question of biology but a social issue. However it is true that in this society there are ways of acting that are more associated with “machismo” and — as is actually widely recognized in the antifa movement — the fact of promoting forms of action that are very centered on physical clashes has contributed to creating macho environments in some antifa groups. This is related to a more general political problem of authoritarian and elitist ways of treating people, both towards the outside and within the antifa movement itself.<br />
<br />
My opinion is that problems of this kind are the product of a political vision focused on action by a minority. Once this viewpoint is accepted, showing insulting and negative attitudes towards other — ordinary — people can be seen as bad manners, but not as politically harmful. On the other hand, for a strategy based on a broad movement, on the active, conscious and enthusiastic participation of women and men, of people with different sexual orientations, of different origins…, respect for all sorts of people is essential, not only in human terms, but also politically.<br />
<br />
If you “already know what needs to be done and you just need people to do it” then you may decide that shouting at them or insulting them are appropriate methods (like what happens in the army, if we can judge by movies). On the other hand, if the success of the movement depends on the initiative and ideas of <em>e</em><em>veryone</em>, then acting like a sergeant major is not only unpleasant; it is counterproductive.<br />
<br />
And all this is not resolved by documents in which one or other antifa group declares that it is “feminist.” As stated above, I think it arises from something fundamental in the antifa strategy, a strategy defended and reaffirmed by Bray.<br />
<br />
I will cite some details by way of comparison. Now, as I write [February 2019], we are preparing an important UCFR demonstration. We posted it as a Facebook event to spread the call. So far at least it is a success. Over the first ten days about fifty thousand people saw the call. Facebook estimates that 59% are women and 41% men. Two thousand people responded, saying they would go to the demo or were interested; of these, 67% are women and 33% are men. These figures reflect a general reality of UCFR: it is a movement with a strong female participation. Nobody can say the same about the “radical antifa” movement. The whole issue deserves more consideration… and perhaps it deserved more than three pages in “The antifa handbook”.<br />
<h4><a href="https://www.blogger.com/null" name="_Toc19525233"></a>Is fascism the same as white supremacism?</h4>Bray frequently equates fascism and white supremacism (for example, Bray 2017, pp.xvii-xviii). Here he reflects the experience inside the United States, where it is an understandable simplification. But he once again shows a problematic tendency to present specific experiences from his part of the world as if they had universal validity.<br />
<br />
In India, for example, there is the Bharatiya Janata Party (BJP), a far-right populist and Hindu nationalist organization, which has as allies groups that could be defined as fascists: Shiv Sena and RSS, far-right organizations involved in pogroms against the Muslim population (see the nuanced analysis of the topic in Harman 2004).<br />
<br />
In the Middle East, there are also fascist-inspired parties. The Lebanese Phalange, the Kataeb Party, was founded in 1936, inspired by the Spanish Falange, Italian fascism and above all Nazi Germany (the founder, Pierre Gemayel had just returned from the Berlin Olympics): they had brown shirts, Hitler salutes, the whole shebang. In recent decades they have undergone major changes and divisions, but in 1982 the Lebanese Phalange carried out the massacre of perhaps two thousand people in the Palestinian refugee camps of Sabra and Chatila in Beirut.<br />
<br />
The Syrian National Socialist Party (SNSP) exists in both Syria and Lebanon. They prefer to translate their name as “Syrian Social Nationalist Party” and give the impression that they are really part of an Arab nationalist left. However, a friend of mine, a Lebanese gay socialist who was brutally assaulted in Beirut by members of SNSP, told me that really “they are neo-Nazis.” This organization has collaborated with the Spanish neo-Nazi group MSR.<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref5"></a><a href="#_ftn5" name="_ftnref5">[5]</a><br />
<br />
And now the far right is growing in different countries of Latin America.<br />
<br />
It is not a question of demanding that Bray deal with all these cases, only that he acknowledge that his comments only apply (at most) to a specific place and time. The majority of the world’s population is not white, but a fascist organization could emerge in any capitalist country — that is to say, in any country in the world — regardless of the skin color of those involved. Therefore, to equate fascism to white supremacism is to misunderstand the problem.<br />
<br />
On the other hand, we must avoid the frivolous use of the term “fascist”, applying it to phenomena that are something very different, because it can lead to grave confusions.<br />
<br />
Let us not forget that at the same time as he insists on equating fascism and white supremacism, Bray accepts without question that Daesh and President Erdogan are fascists. We won’t waste time trying to make the armed Islamists in Syrian and Iraq, or the conservative Islamist president of Turkey, fit into a definition of “white.” This is just another example of Bray making declarations and offering definitions in one place… only to completely ignore them in another.<br />
<h4><a href="https://www.blogger.com/null" name="_Toc19525234"></a>Broaden our vision</h4>Perhaps the fundamental problem is something that has already been mentioned. At the beginning of his book, Bray excludes unitary movements against fascism from his analysis, limiting himself to “militant antifascism.” So when he deals with endemic problems of the antifa movement, such as its isolation and criminalization, he has already ruled out what could at least be considered as a possible solution: genuinely broaden the movement, beyond those sectors of the far left that currently make it up.<br />
<br />
He does speak of a certain “broadening”, but he limits it to those people who will accept the viewpoint of militant antifascism. This is no use: the whole problem arises because it is precisely a very small minority that identify themselves in this way.<br />
<br />
Bray points out some local successes, in some specific events, but even here, many of the victories occurred when the antifa movements carried out actions that weren’t based on anti-capitalism and direct action. He cites an example that illustrates many things. An antifa group was planning a protest against a neo-Nazi event. During the debate, a “woman of color in the group named Maya ‘pushed the idea of performance instead of beat-downs’… some of the men in the group thought the idea was ‘ridiculous’.” Luckily Maya won the debate. They managed to bring together thirty-five antifascists, together with local people. “The noise of anti-fascist drums and the chanting drowned out the Nazi bullhorn so that ‘their message was not heard.’ Maya remembered the action fondly for its ability to ‘shut it down in a way that more moderate folks could get behind’.” (Bray 2017, p187). Bray takes advantage of the anecdote to reflect on the use of sound in protests against fascism, but to me this seems far from being the key point. On the one hand, we see once again the gender aspect; a woman’s proposal that falls outside the antifa self image is ridiculed. On the other, the success was the result of adopting strategies “that more moderate folks could get behind”, in Maya’s words. What happened to Bray’s insistence that “popular support must stem from anti-fascist politics and anti-fascist action, not the other way around” (an antifascism based, let us not forget, on anti-capitalism and direct action)? It was the absence of these “essential” factors that made this action a success.<br />
<br />
It must be made very clear that many of the successes that Bray talks about and celebrates — both local examples such as this one or struggles on a larger scale such as Cable Street or the Anti Nazi League — were the result of mobilizations that had nothing to do with his definition of “militant antifascism”. But Bray seems to be totally unaware of this contradiction. I fear that his book, while it is useful for the testimonies he gathers, suffers from a combination of haste and a lack of consistency, rigor and analysis.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXNDRDAGVzIo_qfq5DqeGisaydNkHoIr_iari4MzguzumCypnZlmZLGIyJlOFYdTxUUDROQfLcmI8UDLgbUrI8at8yzd2x14cGt3RfMI1x1RiH8mEZb-AUS1Bxcl3_bPVFKpB4Tq048N4/s1600/ucfr_bcn_23M.jpeg" imageanchor="1"><img border="0" data-original-height="992" data-original-width="1600" height="496" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXNDRDAGVzIo_qfq5DqeGisaydNkHoIr_iari4MzguzumCypnZlmZLGIyJlOFYdTxUUDROQfLcmI8UDLgbUrI8at8yzd2x14cGt3RfMI1x1RiH8mEZb-AUS1Bxcl3_bPVFKpB4Tq048N4/s400/ucfr_bcn_23M.jpeg" width="800" /></a><br />
<br />
<h3><a href="https://www.blogger.com/null" name="_Toc19525235"></a>Antifa and the fight against fascism today</h3>As discussed throughout this book [this article was written for the book, <em>The Antifascism of the 99%</em>], the far-right is growing across almost the whole planet. And the central argument it raises here is the need for a united struggle to stop it. Antifa movements and the tactics they have used (sometimes successfully) against small local neo-Nazi groups, are not enough in this situation: the same applies to left-wing parties’ activities in the institutions, or to subsidized projects run by NGOs.<br />
<br />
To make the point clearer, let’s look at France. The country has an active antifa movement; the left has had considerable electoral success over the years and in some elections the far-left has even won millions of votes; there are several anti-racist NGOs and SOS Racisme was born in France. There is also a very high level of social struggle in general. But Marine Le Pen’s Front National (now rebranded as “Rassemblement National”) is in the position that it is. What there hasn’t been in France is sustained effort to build a united movement against fascism.<br />
<br />
Does the insistence on the need for a united movement mean arguing that radical antifascist activists have no role to play? Not at all.<br />
<br />
If we look at the experience of Unitat Contra el Feixisme i el Racisme, UCFR, the united movement in Catalunya, we can see that radical antifa activists have participated from the beginning. Half a dozen of the twenty-five people who signed the initial call for UCFR came from radical antifa.<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref6"></a><a href="#_ftn6" name="_ftnref6">[6]</a> The first local UCFR groups were started by antifa activists drawing in other local people to do so; this was the case with UCFR Osona, launched by activists of the Antifascist Coordination of Osona, who had grown tired of being a small group in the face of a growing Eurofascist party, Plataforma per Catalunya, in the home town of its then leader. Over time, more and more antifa activists have become convinced of the value of UCFR.<br />
<br />
The key point is to see that there is no need for a clash between radical antifa groups and the united movement, in the same way that there is no conflict between belonging to a party or a union and being a UCFR activist. If one accepts the definition of an antifa group as revolutionary and anti-capitalist, it is actually more a political organization than a social movement. It has the same reason and right to exist as any other political organization. What it cannot do is demand that everyone else adopts their political vision as a condition for being able to participate in struggles against the far-right, still less in struggles against racism.<br />
<br />
The solution which enables an antifa group to maintain its own political position without concessions, while at the same time collaborating on equal terms with a wider range of people, is a united movement in which neither the anti-capitalist activists nor the more moderate sectors have to abandon their own vision. They simply work together in the specific fight against fascism, full stop.<br />
<br />
If this solution is accepted, radical antifa activists can play a very important role. In many neighborhoods or towns, these will be the first people to note the appearance of the fascists; they will be the first people to realize that an answer is needed and to be inclined to activate it.<br />
<br />
Often, antifa groups will already know the different far-right activists present in their territory; this can be very useful for identifying prominent individuals at a fascist demonstration or an alt-right event. (It must also be said that this may bring the danger of becoming obsessed with long standing neo-Nazi geeks who are not going to build anything, while ignoring new forces that may represent a much greater danger.)<br />
<br />
On a more practical issue, if it is agreed that a united demonstration against the fascists requires stewards capable of resisting possible attacks, it would be very useful to have people who have that ability… and such people exist in the antifa movement. But the same principles should be applied as with other technical aspects. Specific skills are required to design a good poster, but the graphic designer does not decide the route, date or slogan of the demonstration, but rather uses his or her technical knowledge to carry out the collective democratic decisions of the group. The same principle should apply to a stewarding group: if it has been decided that its function is to protect the demonstration and keep things calm, that is what it should do, not provoke fights with the fascists, for example.<br />
<br />
The challenge is to understand that the symbols and the political vision of radical antifa are precisely that: the heritage of one sector of the movement. Neither the red antifa flag, nor the banners of a trade union, or of a reformist political party… can represent the whole of a broad movement. But all of these, along with many other things, do form part of this breadth and must be visible, without one or the other prevailing over the rest.<br />
<br />
The consensus position of a united movement is based on the lowest common denominator; it includes neither the full political program of an antifa group nor the electoral promises of a parliamentary party. But it goes without saying that each of the bodies that make up the united movement will continue to defend its own vision, in its own name. The independent actions carried out by each sector of the movement are their own business, provided they don’t contradict that lowest common denominator which is the rejection of fascism.<br />
<br />
On the left it is always easier to divide and separate than to unite in struggle. Activists from any viewpoints can have difficulties in accepting the model of united struggle. There is always a tendency to think that the best thing is what I do and how I think. This is normal. What you can’t do is, basing yourself on this assumption, to just impose your own vision. This applies equally to activists of the revolutionary left, in mainstream trade unions, or in a reformist party.<br />
<br />
With the current growth of fascism, there is a lot at stake. The united model has demonstrated its effectiveness in the face of the current challenges of a growing far-right. The best tribute to the decades of committed struggle by the antifa movement — often fighting alone — is today to participate in and bring their abilities to the united struggle, in which nobody has to stop being what they are.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2yfyachlv692wT6X_V9hA_L9g2nHErXoUsxyN7_GckNTTTieAAGc_-rOyDpGzKP8EtYTM7yjCA7b-bp5qOsTDR-02i0bUG4dueWJFgBbdbsidYZz9Fh1A8ckj5hO4JXmEXFmLOvBKx4Y/s1600/Grafic-llibre_Antifa99.jpg" imageanchor="1"><img border="0" data-original-height="630" data-original-width="1200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2yfyachlv692wT6X_V9hA_L9g2nHErXoUsxyN7_GckNTTTieAAGc_-rOyDpGzKP8EtYTM7yjCA7b-bp5qOsTDR-02i0bUG4dueWJFgBbdbsidYZz9Fh1A8ckj5hO4JXmEXFmLOvBKx4Y/s1600/Grafic-llibre_Antifa99.jpg" /></a><br />
<br />
<h3><a href="https://www.blogger.com/null" name="_Toc19525236"></a>Bibliography</h3>Alcalde, Juan J. (2008), “Bakunin-Netchaiev: El catecismo revolucionario”. <a href="http://www.christiebooks.com/PDFs/Bakunin-Netchaiev.El%20Catecismo%20Revolucionario.pdf">http://www.christiebooks.com/PDFs/Bakunin-Netchaiev.El%20Catecismo%20Revolucionario.pdf</a> .<br />
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Trotsky, Leon (1931), “The Impending Danger of Fascism in Germany: A Letter to a German Communist Worker on the United Front Against Hitler”, 8 December 1931. <a href="https://www.marxists.org/archive/trotsky/1931/12/danger.htm">https://www.marxists.org/archive/trotsky/1931/12/danger.htm</a><br />
<br />
UCFR (2010), “Unitat Contra el Feixisme i el Racisme: Aturem Plataforma per Catalunya”. <a href="https://ucfr.cat/2010/06/14/unitat-contra-el-feixisme-i-el-racisme-aturem-plataforma-per-catalunya/">https://ucfr.cat/2010/06/14/unitat-contra-el-feixisme-i-el-racisme-aturem-plataforma-per-catalunya/</a><br />
<br />
UCFR (2011), “No volem feixistes a les tertúlies” (“We don’t want fascists on chat shows”). <a href="http://ucfr.cat/2011/06/07/no-volem-feixistes-a-les-tertulies">http://ucfr.cat/2011/06/07/no-volem-feixistes-a-les-tertulies</a>.<br />
<br />
Zetkin, Clara (1923), “Fascism”, <em>Labour Monthly</em> (magazine associated with the Communist Party of Great Britain), August 1923, pp.69-78. <a href="https://www.marxists.org/archive/zetkin/1923/08/fascism.htm">https://www.marxists.org/archive/zetkin/1923/08/fascism.htm</a><br />
<h3 id="notes">Notes</h3><a href="#_ftnref1" name="_ftn1">[1]</a> It was recovered in the form of the Anti Nazi League (ANL) established in Great Britain in 1978. Bray celebrates the success of the ANL but seems not to recognize that it represented a very different strategy from that of Antifa. Bray 2017, pp46-48; p175.<br />
<br />
<a href="#_ftnref2" name="_ftn2">[2]</a> Let us note for the record that Bakunin did not ignore women; he also assigned them categories: “First, those frivolous, thoughtless, and vapid women, whom we shall use as we use the third and fourth category of men. Second, women who are ardent, capable, and devoted, but whom do not belong to us because they have not yet achieved a passionless and austere revolutionary understanding; these must be used like the men of the fifth category…” Alcalde 2008.<br />
<br />
<em>Author’s note to the English translation:</em> The online versions of this text in English express doubts about its authorship. However, a similar spirit is visible in another text that is definitely Bakunin’s:<br />
<br />
“We must produce anarchy and, like invisible pilots in the thick of the popular tempest, we must steer it not by any open power but by the collective dictatorship of all the allies… Few allies, but good ones — energetic, discreet, loyal… Strong men.” Bakunin 1973, p180.<br />
<br />
<a href="#_ftnref3" name="_ftn3">[3]</a> When I can avoid it, I don’t put links to fascist pages.<br />
<br />
<a href="#_ftnref4" name="_ftn4">[4]</a> Traverso strongly rejects the concept of “Islamo-fascism.” He declares: “The intense appeal to this notion by xenophobes of all sectors… creates many misunderstandings and should lead us to take some precautions before using it.” Traverso 2016.<br />
<br />
<a href="#_ftnref5" name="_ftn5">[5]</a> Its then leader, Jordi de la Fuente, participated in the name of the MSR at an SNSP event in Beirut. Later he was a member of the Le Pen type party, Platforma per Catalunya, and at the time of writing he has just joined the Spanish far-right party, VOX.<br />
<br />
<a href="#_ftnref6" name="_ftn6">[6]</a> See UCFR 2010.<br />
<br />
</div><br />
<br />
David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-47337001143335248782019-06-22T11:47:00.002+02:002020-11-05T20:38:10.027+01:00“Antifa”: The origins of classic antifascism and its red flag<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEji4HWIcOvy2j2efSDMvORXz1-04v5JHVW3816WLzVczt7mH2aRNYRE5icI4QJX0pXdGxpIs9F4pMjBt4BNQffX3w4vRsDi1nT4IKjdyvqwE3ETebzM3rnHD0mIANAv4BDrMPhYHEw9ag0/s1600/AA_Konferenz.jpg"><img border="0" data-original-height="575" data-original-width="800" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEji4HWIcOvy2j2efSDMvORXz1-04v5JHVW3816WLzVczt7mH2aRNYRE5icI4QJX0pXdGxpIs9F4pMjBt4BNQffX3w4vRsDi1nT4IKjdyvqwE3ETebzM3rnHD0mIANAv4BDrMPhYHEw9ag0/s1600/AA_Konferenz.jpg" /></a><br />
<br />
<i>The objective of this text was to counteract the serious lack of knowledge regarding the original movement of Antifascist Action. Many people in the movements and the left accept without question the red “antifa” flag as “the symbol” of the fight against fascism. Almost nobody knows how disastrous the movement represented by that flag really was. This is by far the most read article in my blog, where <a href="http://davidkarvala.blogspot.com.es/2015/01/antifa-origenes-de-la-bandera-roja-y.html" target="_blank">I posted it</a> on 6 January 2015.</i></div><div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><b><br /></b></div><div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><i>It appears in Spanish in my book <a href="http://edicionestempestad.blogspot.com/2019/03/el-antifascismo-del-99-de-david-karvala.html">El Antifascismo del 99%</a>.</i><br /></div><div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><i><br /></i></div><div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><b><span style="font-size: medium;"><a href="http://davidkarvala.blogspot.com/2015/01/antifa-origenes-de-la-bandera-roja-y.html">Este text en castellano</a> · <a href="https://sosialistiliitto.wordpress.com/2020/11/05/antifa-klassisen-antifasismin-ja-sen-punaisen-lipun-alkupera/" target="_blank">Suomeksi</a></span></b></div><div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<i><br /></i><br />Over recent decades, a large part of the antifascist struggle in Europe and North America has been inspired, consciously or not, by the strategy of <em>Antifaschistische Aktion</em> promoted by the German Communist Party in 1932-33, which is the origin of “the antifascist flag” and, among other things, the insistence on the inseparability of the struggle against fascism and the fight against capitalism.<br />
<br />
This article deals with the history of the original “Antifa” movement (as it was already known at that time). In another text, I will discuss how the strategy has been applied more recently.<br />
<a name='more'></a><br />
<h3>The origins of radical antifascism</h3>The strategy of Antifascist Action can only be understood in the context of the policy of the German Communist Party (KPD) at the time, which in turn was framed by Stalinism.<a href="#_ftn1" name="_ftnref1">[1]</a> With the rise of Stalin in the USSR during the 1920s and the liquidation of what remained of the 1917 Russian revolution, the communist parties of the world turned into instruments of Soviet foreign policy.<br />
<br />
For some time following 1928 (while they were completing the counter revolution inside the USSR), it suited the new Russian leaders to use very radical ultraleft rhetoric, in what was known as the “third period”. According to this position, all of Europe was in the hands of fascism. It is true that Italy was controlled by Mussolini’s fascists, but in Germany the establishment parties — the Christian Democrats and the Social Democrats — were still in charge. This was no problem for the Stalinist theory; they were simply branded as fascists and in the case of the German Social Democratic Party, the SPD, as “social fascists”. (See Rosenhaft 1983, pp28ff.).<br />
<br />
So during the rise of Hitler the KPD, in general, fought against the Nazis, but always from the viewpoint that the SPD was an enemy as or more dangerous than the fascists themselves.<br />
<br />
According to Poulantzas: “there seems to have formed a ‘current of opposition’ [within the KPD] in 1931… which advocated both a stronger fight against Nazism… and that the main blow be struck not against social democracy but against Nazism. However, nothing was done” (Poulantzas 1970, p216).<br />
<br />
In 1932, the KPD group in the regional parliament of Baden presented a bill to ban the Iron Front and the <em>Reichsbanner</em>, the Social Democratic Party’s combat organisations (Poulantzas 1970, p210. The KPD central leadership of the condemned the proposal). Needless to say, the occasional calls the communists made to the SPD rank and file to join the KPD’s anti-fascist struggle didn’t sound convincing.<br />
<br />
At times the KPD came worryingly close to the Nazis. In the Land, or region, of Prussia, in summer 1931 the Nazis began a campaign to overthrow, through a referendum, the SPD’s regional government. Initially the KPD refused to support them, but after the intervention of Moscow, the party supported the fascist campaign (Gluckstein 1999, p114, Poulantzas 1970, p213).<br />
<br />
In November 1931 the KPD newspaper published an open letter to the “fellow workers” of the Nazi Party (NSDAP) and the stormtroopers, declaring that “as honest fighters against the hunger system, the proletarian supporters of the NSDAP have joined the United Front of the proletariat and carried out their revolutionary duty” (<em>Rote Fahne</em>, 1 November 1931, cited in Gluckstein 1999, pp113-114). On 18 May 1932 —exactly the period in which the Antifa movement was being prepared— the KPD organised a public meeting with the participation of a Nazi speaker and three hundred NSDAP supporters. (<em>Rote Fahne</em>, 20 May 1932, cited in Gluckstein 1999, p113).<br />
<br />
In November 1932 — just months before Hitler’s takeover, and months <em>after</em> the creation of Antifa — both the KPD and the Nazi trade union, the NSBO, celebrated their collaboration —their “united front”— in organising a wildcat transport strike in Berlin. (Gluckstein 1999, p116).<br />
<br />
<h3>The creation of Antifaschistische Aktion</h3>Already in the 1920s, the KPD had had a combat force called <em>Rotfrontkämpferbund</em> or “League of the Red Front Fighters.” Officially banned in 1929, in fact the organisation continued to function. However, in order to act more openly, the KPD announced in its press, in May 1932, the launching of <em>Antifaschistische Aktion</em>, Antifascist Action. The inaugural event — of which there is a famous photo, of a huge hall decorated with the anti-fascist red flag — was held in June 1932.<br />
<br />
Initially some KPD leaders wanted the Antifa movement to be more than just a front for the party. There was talk of a possible understanding with the socialists, and in the photo of the founding congress you can see a socialist banner. But this open attitude didn’t last long.<br />
<br />
Under pressure from Moscow, the KPD leadership quickly made it clear that Antifa would oppose not only the Nazis but also the SPD: “Anti-Fascist Action means untiring daily exposure of the shameless, treacherous role of the SPD and ADGB [socialist trade union] leaders who are the direct filthy helpers of fascism” (<em>Rote Fahne</em>, 1 July 1932, quoted in Gluckstein 1999, p115).<br />
<br />
As it had been doing since 1929, with the Antifa movement the KPD insisted that in order to fight against fascism it was necessary to fight against capitalism. A pact with the SPD was, therefore, unthinkable. Faced with some attempts to create unity from below, the KPD leader, Thälmann, warned in September 1932 against “dangerous conceptions such as ‘unity above the heads of all the leaders’… Such tendencies can bring the greatest damage” (Poulantzas 1970, p212).<br />
<br />
In January 1933, just over half a year after the creation of Antifa, Hitler came to power. The KPD leaders, faithful to their “theory of the third period”, gave this fact little importance, insisting that he would not last long and that “After Hitler, we will take over!” (Wilde 2013). Despite all the KPD’s revolutionary rhetoric, and its hundreds of thousands of members, the Nazis took control of Germany almost unopposed.<br />
<br />
It must be said that the SPD was not any better. The Social Democratic leaders accused the Communists of being “Red Nazis”, comparable to Hitler’s followers. The best response to fascism, they insisted, was defending the Constitution and the rule of law. To fight against the Nazis, as the communists did, was to lower themselves to their level. And more things in the same vein. In short, the policy of the SPD against Hitler was also disastrous.<br />
<br />
<h3>Antifa against antifascist unity</h3>There was an alternative. The Russian revolutionary, Trotsky, defended the policy of the united front; an alliance of all left wing organisations — especially the KPD and the SPD — against the Nazis, without hiding the political differences.<br />
<br />
In September 1930, for example, he wrote: “What will the Communist Party ‘defend’? The Weimar Constitution? No,… [the] Communist Party must call for the defense of those material and moral positions which the working class has managed to win in the German state. This most directly concerns the fate of the workers’ political organizations, trade unions, newspapers, printing plants, clubs, libraries, etc. Communist workers must say to their Social Democratic counterparts: ‘The policies of our parties are irreconcilably opposed; but if the fascists come tonight to wreck your organization’s hall, we will come running, arms in hand, to help you. Will you promise us that if our organization is threatened you will rush to our aid?’ This is the quintessence of our policy in the present period.” (Trotsky 1930). He continued to insist on this vision until the victory of Hitler. (See also, for example, Trotsky 1931 and Trotsky 1933).<br />
<br />
Trotsky had very few followers in Germany but still they tried to put their policy into practice. One of them, Oscar Hippe, recounted the experience later.<br />
<br />
During 1931 the Trotskyists in Germany called on the other workers’ parties to push for a united struggle against the Nazis. They specially called on the KPD to help create action committees against fascism with the participation of all the workers’ parties, unions, factory committees, etc. If they were created, these committees should be united through a founding congress to establish a movement throughout the country.<br />
<br />
They did not just make statements; where they had a real base, they fought to build united movements against fascism. In Oranienburg, a city near Berlin, much of the local KPD had gone over to the Trotskyists, and Committees for the United Front were established. Their rallies in different neighbourhoods of Oranienburg attracted some six hundred people. Different sectors of the left participated in these committees, including KPD activists, and in some neighbourhoods the SPD as a party.<br />
<br />
Hippe adds, however, that “the KPD always tried to break up the committees”. It is interesting that the experience of the united struggle against fascism fostered unity in other areas. A unitary unemployed workers’ movement was established in Oranienburg, which led a demonstration of 2,000 people to the town hall. The leadership of the KPD did everything possible to sabotage the unitary model. In Berlin, they mobilized the communist youth — activists who probably also belonged to the Antifa movement — to attack with clubs and stones those activists who put up posters or painted slogans in favour of the united front against fascism. (Hippe 1991, pp128-132).<br />
<br />
In the end, neither Trotsky’s warnings nor his followers’ attempts to put their strategy into practice managed to break the resistance of the two big parties, except in isolated cases such as those described above. Hippe explains that at the beginning of 1933, “The desire for unity existed among large parts of the working class; only the leaders of the two workers’ parties worked against it. The KPD did not want to back down from its theory of social fascism, while the leaders of the SPD played down the dangers and based themselves on parliamentary activity. We went into 1933 in the knowledge that the victory of Fascism could no longer be prevented. In the final four weeks, our activities increased in spite of everything… “(Hippe 1991, p136). <a href="#_ftn2" name="_ftnref2">[2]</a><br />
<br />
<h3>Pacts with the bourgeoisie, and with Hitler</h3>To complete the picture of the lack of principles of the Stalinist leaders who had promoted the strategy of Antifascist Action, we must remember what they did over the following years. After the terrible defeat represented by the destruction of the German working class— the strongest in Europe — in 1933, the foreign policy of the USSR made a 180-degree turn. In 1934, Moscow began to promote the politics of the popular front. Only two years after helping divide the German working class because of their differences with the Social Democrats, now the communist parties had to ally with “the progressive bourgeoisie”.<br />
<br />
In 1935, Stalin signed a military pact with France, then still one of the world’s leading imperialist powers. Pierre Laval signed the deal on behalf of the right-wing government of France. Months before, Laval had met and come to an agreement with Mussolini, giving the green light to the imperialist ambitions of fascist Italy in Africa. Far from insisting on opposition to capitalism as a precondition, with the popular fronts the communist parties repressed those sectors of the left and of the working class that wanted to break with capitalism — all in the name of maintaining “unity”. The central objective of this policy was a broader pact, which was not achieved at that time, between Stalin’s USSR and the imperialist bourgeoisies of Great Britain and France.<br />
<br />
When this strategy failed, Stalin did another about turn in 1939 and came to an agreement with Hitler. Again, one assumes that he did not demand that the Nazi leader reject capitalism.<br />
<br />
<h3>Conclusion</h3>The disastrous failure of the anti-fascist action strategy should serve as a warning to activists who want to stop fascism today. Sadly, in general, that is not the case. In a future article we will look at how sectors of the current antifascist movement repeat many of the mistakes of the past, running the risk of repeating the same tragic end.<br />
<br />
<h3>Postscript of 2019</h3>I just discovered an article entitled “For the organisation of the Anti-Fascist United Front in the Workplaces”, in the <em>Euskadi Roja</em> (newspaper in Euskadi of the Communist Party of Spain), 23 December 1933. Eleven months after Hitler took power, they continued to reproduce the tragic errors of the Antifa strategy.<br />
<br />
The call starts well:<br />
<br />
<div style="margin-left: 40px;">The European Anti-Fascist Workers’ Congress decided to elect a Central Committee of Workers’ Antifascist Unity of Europe [whose tasks include]:</div><br />
<div style="margin-left: 50px;">3. Intensify the efforts to constitute the broadest antifascist front of all workers, employees, petty bourgeois, poor peasants and intellectuals in the fight against fascism and imperialist war.</div><br />
<div style="margin-left: 40px;">The creation of the broadest front of struggle of all anti-fascists, without distinction of party, union tendencies or religion, of all those who are ready to unite to annihilate fascism…</div><br />
The problem is that this apparent desire for unity was not real. A few lines later we read that they propose:<br />
<br />
<div style="margin-left: 50px;">5. A determined fight against all saboteurs of the antifascist united front and tirelessly denounce the support provided by the Second International and the reformist trade union leaders who have paved the way for Hitler, Mussolini, Pilsudksi, etc., who have sabotaged the anti-fascist struggle and who aim to continue to lend their support to fascism.</div><br />
That is to say, just as in Germany in 1932, they were proposing a united struggle “without party distinction”… on the basis of denouncing the social democrat party. As we have seen, a few months later, Moscow began to turn towards the strategy of the popular front, of pacts (without conditions or denunciations) with the “progressive bourgeoisies”.<br />
<br />
<h3>Bibliography</h3>Gluckstein, Donny (1999), <em>The Nazis, capitalism and the working class</em>, Bookmarks, London.<br />
<br />
Hippe, Oscar (1991), <em>…and red is the colour of our flag</em>, Index, London.<br />
<br />
Karvala, David (2012), “La larga sombra del estalinismo”. Available at <a href="http://davidkarvala.blogspot.com.es/2012/08/la-larga-sombra-del-estalinismo.html">http://davidkarvala.blogspot.com.es/2012/08/la-larga-sombra-del-estalinismo.html</a><br />
<br />
Poulantzas, Nicos (1970), <em>Fascismo y dictadura: La tercera internacional frente al fascismo</em>. Available at <a href="https://books.google.es/books?id=9wiIrbNIHvIC">https://books.google.es/books?id=9wiIrbNIHvIC</a> [There seems to be no online version in English]<br />
<br />
Rosenhaft, Eve (1983), <em>Beating the Fascists?: The German Communists and Political Violence, 1929-1933</em>. Cambridge University Press. Available at <a href="https://libcom.org/files/eve-rosenhaft-beating-the-fascists-the-german-communists-and-political-violence-1929-1933-2008.compressed.pdf">https://libcom.org/files/eve-rosenhaft-beating-the-fascists-the-german-communists-and-political-violence-1929-1933-2008.compressed.pdf</a><br />
<br />
Trotsky, Leon (1930), “The Turn in the Communist International and the Situation in Germany”, 26 September 1930, Available at <a href="https://www.marxists.org/archive/trotsky/germany/1930/300926.htm">https://www.marxists.org/archive/trotsky/germany/1930/300926.htm</a><br />
<br />
Trotsky, Leon (1931), “The Impending Danger of Fascism in Germany: A Letter to a German Communist Worker on the United Front Against Hitler”, 8 December 1931. Available at <a href="https://www.marxists.org/archive/trotsky/1931/12/danger.htm">https://www.marxists.org/archive/trotsky/1931/12/danger.htm</a><br />
<br />
Trotsky, Leon (1933), “The United Front for Defense: A Letter to a Social Democratic Worker”, 23 February 1933. Available at <a href="https://www.marxists.org/archive/trotsky/germany/1933/330223.htm">https://www.marxists.org/archive/trotsky/germany/1933/330223.htm</a><br />
<br />
Wilde, Florian (2013), “Divided they fell: the German left and the rise of Hitler”, en <em>International Socialism </em>137, winter 2013. Available at <a href="http://www.isj.org.uk/index.php4?id=872">http://www.isj.org.uk/index.php4?id=872</a>.<br />
<br />
<hr /><h3 style="text-align: left;">Footnotes</h3><a href="#_ftnref1" name="_ftn1">[1]</a> On Stalinism in general, see Karvala 2012.<br />
<br />
<a href="#_ftnref2" name="_ftn2">[2]</a> Hippe survived two years of imprisonment and torture at the hands of the Nazis, and later eight years in prison — out of a sentence of 25 years — at the hands of the Stalinists. He died in 1990, at the age of 89, without having lost his principles.</div>David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-70293667624435558662019-06-18T10:48:00.001+02:002019-09-27T10:41:09.204+02:00“Davant l’amenaça de VOX, la resposta ha de ser unitària”<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><br />
Entrevista a <strong>David Karvala</strong>, militant de Marx21, publicada per <a href="http://www.aguait.cat/profunditat/davant-lamenaca-de-vox-crec-que-la-resposta-ha-de-ser-unitaria-no-pot-ser-dun-partit-o-un-altre/" rel="noopener" target="_blank">L’Aguait</a>, espai de comunicació autogestionat a Mallorca:<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEjfKMr8SN9j1n-Gwkv4O1cDDFR2MuiaNoAuDbZ9iDyE0075yKsN3VQ8Mx-vNCmtAraUm3a3OOtkPZYN2kT1xcqGug_b8kywtEso5ASjJJD-Eu4cHOaPgq-BJBgZqT2ipDkkdBNERWM3I/s1600/UCFR_StopVOX-20190323-184027.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="992" data-original-width="1600" height="198" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEjfKMr8SN9j1n-Gwkv4O1cDDFR2MuiaNoAuDbZ9iDyE0075yKsN3VQ8Mx-vNCmtAraUm3a3OOtkPZYN2kT1xcqGug_b8kywtEso5ASjJJD-Eu4cHOaPgq-BJBgZqT2ipDkkdBNERWM3I/s320/UCFR_StopVOX-20190323-184027.jpeg" width="320" /></a></div><em>A les dues darreres eleccions, les andaluses i les estatals, VOX ha entrat amb una important representació. Parlam amb David Karvala, qui participa a <a href="https://ucfr.cat/" rel="noopener" target="_blank"><strong>Unitat contra el feixisme i el racisme</strong></a>, aprofitant la seva visita a Mallorca presentant el seu darrer llibre “L’antifeixisme del 99%. La lluita unitària contra el racisme i l’extrema dreta”. Desgranam què és el feixisme, ens explica moviments que han sorgit per combatre moviments similars a VOX i ens planteja que no tot racisme o masclisme és feixista. Karvala creu que la lluita antifeixista per a que sigui efectiva ha de ser diversa i col·lectiva. Aquesta entrevista ha pogut ser realitzada gràcies a les companyes de l’Ateneu Lo Tort de Manacor.</em><br />
<a name='more'></a><br />
<br />
<strong>Què és el feixisme? Com hem arribat a la situació actual, en la que VOX té representació al govern andalús i al Congrés? </strong><br />
<br />
És molt important distingir entre diferents tipus de dretes, i entre el que és el sistema actual -que és capitalista, una democràcia burgesa, no del tot democràtic però que tenim certes possibilitats de lluita- i un règim feixista -que elimini totalment la possibilitat de mobilitzar-se i destrossa les organitzacions, principalment de la gent treballadora-. Crec que sovint es banalitza el terme “feixisme”, tant des de la dreta com des de l’esquerra. A la dreta diuen “la PAH són feixistes” o que “els independentistes són feixistes perquè volen una nació independent”. A l’esquerra també hi ha una tendència perillosa de banalització. Per explicar això és fàcil explicar el conte del llop, crides sempre que ve el llop, i quan ve de veritat ja has gastat la paraula que el defineix.<span id="more-3387"></span><br />
<br />
Jo no defineixc el feixisme com un discurs amb una visió racista, perquè hi ha un racisme molt estès però no tot racista és feixista. No tot homòfob és feixista. Jo assenyal com a feixista qui intenta crear un moviment, en última instància al carrer, per destrossar el moviment obrer i tota democràcia burgesa. Ja sabem que és una democràcia limitada, però ells volen liquidar, fins i tot, la democràcia que tenim.<br />
<br />
Un terme que fan servir els feixistes més descarats és “nacional-revolucionari”. No estan intentant implementar unes lleis més restrictives, volen acabar amb el sistema actual mitjançant una ruptura cap a la dreta. Per això, encara que es presentin a les eleccions i es posin vestit i corbata com fa Front Nacional o com feia Plataforma per Catalunya (PxC), el seu objectiu no és electoral sinó construir un moviment a mig/llarg termini que sigui capaç d’acabar amb el sistema actual des de la dreta.<br />
<br />
Evidentment, la història no es repeteix exactament. Si miram els anys 20 i 30, podem aprendre una mica, ja que Hitler es presentava a eleccions i quan feia falta es posava vestit i es reunia amb dirigents de l’stablishment, però el seu objectiu era construir l’exèrcit nazi o les tropes d’assalt que dugueren a terme atemptats al carrer atacant persones d’esquerra, jueus, etc. Al final arribaren al poder amb un pacte amb la dreta però només va ser possible perquè havien creat aquest moviment feixista.<br />
<br />
Llavors, hem de distingir entre el capitalisme i el feixisme. Partits com el PP o el partit conservador d’Angela Merkel són mans molt més segures per gestionar el sistema, l’stablishment no vol un bot feixista que ho ensorra tot. Però en un moment de crisi, és possible que recorrin al feixisme mitjançant un pacte.<br />
<br />
Jo crec que la tasca de la lluita contra el feixisme és evitar que es formi aquest moviment feixista. Com a moviment antifeixista no podem evitar que hi hagi crisis del capitalisme, no podem evitar que la classe capitalista vulgui explotar-nos però sí que podem evitar que es formi aquesta arma feixista, que donat a un moment de crisi puguin abordar les institucions.<br />
<br />
Si eliminem de l’equació aquesta arma feixista, depèn d’altres lluites de l’esquerra oferir alternatives a la crisi per a la gent treballadora. La lluita unitària contra el feixisme ha de centrar-se en reconèixer que hi ha una amenaça específica i que nosaltres, com a moviment unitari contra el feixisme, hem d’evitar que es formi aquesta potencial arma.<br />
<br />
<strong>Has mencionat el feixisme nazi, trobes que hi ha diferències entre el feixisme del segle XX i l’actual?</strong><br />
<br />
Hi ha coses que es repeteixen i altres que són diferents. Crec que el feixisme actual més intel·ligent, sobretot després de l’experiència de l’Holocaust i a Espanya del franquisme, evita associar-se amb aquella història. No diuen que volen construir camps d’extermini, no diuen que volen tornar a fer el que va fer Franco -bé, a algú de VOX se li ha escapat (riu)-. El Front Nacional, a França, evita aquestes associacions. A Catalunya, PxC venia d’un històric del franquisme però la seva estratègia, que Josep Anglada va fer pública en una càmera oculta, era presentar-se com el major demòcrata d’aquest país per guanyar vots i una vegada al poder canviar. Aquesta és l’estratègia del feixisme. L’objectiu final de construir moviment per acabar amb la democràcia existent. Les eines que fan servir ara no són tant escamots uniformats al carrer, sinó que és més l’estratègia electoral però a mig/llarg termini volen construir moviment amb petits incidents.<br />
<br />
Ara PxC s’he desmontat, i crec que és una victòria nostra, però mentre existien va arribar a ser segona força a l’ajuntament de Vic. Quan Unitat contra el Feixisme d’Osona va dur una resolució al ple per negar espais municipals a partits feixistes, PxC va fer arribar un grup fornit amb samarreta negra -estil Alba Daurada- dins el mateix ple. No es pot pensar que aquest era un partit més, fan servir les institucions per construir aquest moviment. Aquest element de constuir moviment al carrer, encara que sigui als seus inicis, sempre ho tenen els partits feixistes. El Front Nacional francès té un servei d’ordre, té relació amb grups neonazis. La Lega Nord a Itàlia tenia la guàrdia pagana que duia atacs contra gent gitana i gent d’esquerres, també existeix Casa Pound que ha duit a terme algun assassinat. Es cuiden més en la imatge i el llenguatge, però en el fons encara tenen els mateixos elements.<br />
<br />
No parlen de raça i sang sinò de cultura ara, quan rasques una mica trobes que el racisme biològic hi és. Lega Nord van fer un discurs que hi havia diferència d’ADN entre les persones del Sud amb les del Nord. El feixisme més de corbata, darrere de la imatge és el feixisme de sempre.<br />
<br />
<strong>Si fas posicionaments, a les xarxes socials, contra ells pareix que els dónes més força. La indiferència tampoc pareix quelcom positiu. Com es lluita contra aquests moviments, abans que tenguin una representació parlamentària? </strong><br />
<br />
La gran pregunta a l’estat espanyol és com evitem que VOX creixi i agafi força. Un element és reconèixer que representen una amenaça qualitativament diferent del que ja existeix. Hi ha un debat sobre si VOX és del tot feixista o si és una extrema dreta que no acaba de ser feixista. Jo no tenc constància que estiguin intentant fer mobilitzacions amb escamots al carrer, ni que tenguin la intenció de derrocar el sistema cap a un sistema totalment diferent. Pens que, més aviat, intenten fer que el sistema actual capitalista sigui més repressor, més homòfob, més racista, més masclista però no volen enderrocar el sistema. Però encara que sigui així, és un espai on feixistes en tota regla es troben molt còmodes. És discutible si és un partit feixista en tota regla, però no és un partit més del sistema dels que hem vist.<br />
<br />
Hem d’evitar que VOX pugui créixer i es puguin organitzar als nostres barris i municipis. Però com ho feim? Això d’ignorar-los per no donar-los publicitat no funciona, és el que porta fent l’esquerra i els moviments socials a França els darrers 35 anys l’esquerra i els moviments socials a França. És evident que ha fracassat.<br />
<br />
Venc de l’experiència de la lliga antinazi de Gran Bretanya enfront del Front Nacional britànic, que als anys 70 es manifestaven al carrer i tenien regidors amb cent mil vots a unes eleccions a Londres. Al 81 es va desmuntar, es va fer mitjançant la lluita unitària i denúncies molt directes amb adhesius, cartells i tot això. Per mi aquest és un model contra VOX, talment com es va fer contra PxC que fa uns mesos es va liquidar, ja que no havien guanyat cap elecció des de 2011. Quan vam pressionar els lligams feixistes de diferents líders, assenyalant que les seves propostes amenaçaven a tothom, vam aconseguir aïllar-los.<br />
<br />
Amb VOX és més difícil perquè venen amb més força i perquè són com una escissió del Partit Popular. No és tan fàcil assenyalar-los com quan és un partit que procedeix del feixisme obertament. Però veient el que pensen, veient la gent amb què s’associen -hi ha una foto de l’Abascal amb la Marine Le Pen i també amb Salvini-, sabent l’historial de diferents feixistes que en formen part i les seves propostes antidemocràtiques, la tasca és assenyalar tot això, que no és el mateix que donar-los publicitat -de fet ja surten massa a la televisió-.<br />
<br />
Com Unitat contra el feixisme i el racisme a Catalunya hem argumentat moltes vegades que no s’ha de donar espai als feixistes als mitjans, no se’ls ha de convidar a les tertúlies. No se’ls ha de donar publicitat gratuïtament, però sí que se’ls ha de denunciar i assenyalar el que representen. Quan posen taules en una plaça, quan anuncien actes, crec que se’ls ha de fer front des d’un sector molt ampli de la societat. L’aposta d’Unitat contra el Feixisme és que les victòries s’aconsegueixin com a fruit d’una mobilització molt àmplia -de sectors progressistes, de sectors d’esquerres, de comunitats de gran migrada, de gent musulmana, etc.- amb moviments molt més unitaris que deixi clar que la lluita contra VOX no és una lluita d’un petit grup contra un altre petit grup. Aquesta lluita és la del 99% contra un grup que representa els interessos de l’1%. Quan les victòries són col•lectives poden augmentar la confiança de la pròpia gent diversa, que a més pot servir per a altres lluites.<br />
<br />
<strong>Deixam enrere les eleccions estatals i encaram eleccions europees i autonòmiques. Una força parlamentària capaç d’aturar VOX existeix o hem de recórrer al vot útil? </strong><br />
<br />
Davant de l’amenaça de VOX crec que la resposta ha de ser unitària, no pot ser només d’un partit o un altre. A les darreres municipals, al Vendrell hi havia un grup d’unitat contra el feixisme que no acaba va de quallar i durant molts anys hi havia una idea dins l’esquerra de què la solució era una candidatura d’esquerres que tenia un programa molt bo i de fort marcat anticapitalista. Pensaven que la gent els votaria i no va funcionar, perquè hi ha una gent que és anticapitalista però hi ha molta més gent que està en contra del feixisme i que no es considera anticapitalista.<br />
<br />
No crec que la solució a l’extrema dreta sigui votar a un partit o l’altre, però sí que crec que fan falta forces anticapitalistes molt més coherents i molt més fortes que no se centrin en la gestió del sistema i que se centrin en com fomentar la lluita des d’abaix i la confiança en la mateixa gent per canviar la seva vida i la societat. Tristament això jo no ho veig ara mateix.<br />
<br />
Podemos semblava que anava en aquesta línia però finalment evitaven la qüestió de si el que necessitem és trencar amb el capitalisme o no. Ells creuen poder gestionar el capitalisme d’acord als interessos de la majoria però jo crec que això no es pot fer. S’ha de fer un trancament amb el capitalisme des de l’esquerra, des d’abaix i amb una democràcia real. Una societat realment democràtica no és que no tota la gent pugui votar cada quatre anys, sinó decidir si dediquem recursos per fer armes o per hospitals i escoles. Si això se sotmetés a votació popular tothom ho tendria clar. L’impuls del racisme són les persones que pateixen carències, si no hi hagués aquestes carències, aquesta base de racisme no existiria.<br />
<br />
Una altra lluita és com construïm una esquerra coherent que no actuï en nom i per damunt la gent, sinó que sigui part de la gent, de les lluites socials i que plantegi la necessitat d’anar més enllà, passant d’una lluita concreta a una lluita global per poder canviar el sistema.<br />
<br />
<strong>A les eleccions a Andalusia, record el discurs de Teresa Rodríguez de Podem quan va dir “que ara estarien al carrer més que mai”. A vegades el problema de l’esquerra parlamentària és la desmobilització que genera. </strong><br />
<br />
Aquí entram en debats importants. Pareix que l’esquerra radical es baralli per beneitures -pot semblar això- però jo vinc d’un corrent anticapitalista-marxista revolucionari que ha defensat sempre que l’única via, per realment aconseguir un canvi positiu, és des d’abaix. Davant una possible solució electoral pots pensar esgotar-la, però no ens refiam del canvi des d’adalt perquè l’únic canvi que val és el de la pròpia gent mobilitzant-se, sigui en una lluita concreta o una d’un caire més global. El carrer ha de ser la base i a vegades, com a estratègia, arribar a les institucions. L’estratègia de canvi no és una via únicament, ho és la mobilització i la conscienciació de la gent.<br />
<br />
<strong>Abans deies que no tot moviment homòfob és feixista. Per altra banda, penses que pot existir un feminisme que no sigui antifeixista?</strong><br />
<br />
Com a home no vull confrontar amb les companyes feministes. Hi ha homes que diuen que són feministes, jo defens i lluit per la llibertat de les dones. El mateix terme feminisme s’usa en molts sentits, en el llibre ho coment un poc. Algunes dones entenen l’alliberament de les dones com un bloc i els homes com un altre bloc, ambdós homogenis -en aquesta tesi la Hillary Clinton és una germana però l’home que treballa al teu costat no-. Hi ha altres visions feministes que fan usar el terme interseccional, que veuen que l’opressió de les dones forma part d’un sistema més ampli d’explotació-opressió dins el capitalisme.<br />
<br />
Pel que fa al racisme, si es defensa l’alliberament de les dones, ho ha de ser per a totes sense excloure les negres, musulmanes, etc. Dins el feminisme hi ha veus que no han reconegut el dret de dones musulmanes a vestir-se com vulguin.<br />
<br />
Respecte al treball sexual, visc al Raval i hi ha unes dones molt empoderades que s’han organitzat com a protistutes. Jo defens el seu dret a organitzar-se, hi va haver un intent d’excloure-les quan participaven en els preparatius del 8 de març a Barcelona. Va ser una cosa molt estranya, unes dones de Madrid anaren a l’assemblea de Catalunya per intentar fer fora les dones trans i les treballadores sexuals.<br />
<br />
Hi ha molts debats, no hi ha un feminisme monolític. I, de fet, <a href="http://caladona.org/" rel="noopener" target="_blank"><strong>Ca la Dona</strong></a> a Catalunya sempre parlen dels feminismes. Jo repetesc, crec que no hi ha canvi social fonamental que deixi fora la meitat de la població i tampoc si deixa fora les dones migrades, les persones LGTB, etc.<br />
<br />
El racisme, el masclisme i l’homofòbia estan molt estesos a la societat, però per sort no tota la gent masclista, racista o homòfoba és feixista. La majoria és gent normal que s’ha deixat influir per les idees dominants que hi ha a la societat. Per tant, si entenem que com a persones treballadores tenim interessos compartits contra aquest sistema, el repte és visualitzar que les idees racistes o masclistes el que estan fent és perpetuar el sistema. Per enderrocar aquest sistema necessitem la unitat de les dones i els homes, de les migrades, de les heterosexuals, de les LGTB dins la classe treballadora -que és una classe molt diversa-. Necessitem aquesta unitat per aconseguir l’alliberament i la justícia social per a totes les persones. Les opressions serveixen per dividir-nos i la solució no és ignorar-les, sinó combatre-les col•lectivament de forma unitària. És una batalla llarga per superar la influència de les idees dominants però crec, que en el fons, és possible. No és fàcil però si es planteja bé i es busca crear aliances -i no només assenyalar amb el dit- guanyant persones a la lluita jo crec que es pot guanyar.<br />
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</div>David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-520624928773208442018-11-01T19:37:00.004+01:002018-11-01T19:39:30.895+01:00Para derrotar el fascismo, hay que combatir el fascismo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
Apuntes sobre unas confusiones peligrosas en <a href="https://www.eldiario.es/cv/politica/Miguel-Urban-Salvini-Bolsonaro-defendiendo_0_830817916.html" target="_blank">esta entrevista</a> al eurodiputado de Podemos y Anticapitalistas, Miguel Urbán.<br />
<br />
[Esta nota fue originalmente un comentario en Facebook.]<br />
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Respondo a algunas afirmaciones que hace sobre el fascismo. Hay otros aspectos cuestionables de la entrevista que ignoro aquí. <br />
<br />
<i>"la principal vacuna que ha tenido este país contra el ascenso de la extrema derecha ha sido el 15M, ya que no cuestionó quién tiene que tener acceso a los recursos, sino el reparto de los recursos."</i><br />
<br />
15/05/2011 - empieza el 15M<br />
<br />
22/05/2011 - el partido fascista Plataforma per Catalunya sube de 17 a 67 concejales.<br />
<a name='more'></a><br />
Crece Unitat Contra el Feixisme i el Racisme, que no se centra en discursos acerca del reparto de recursos, sino en señalar a PxC como fascista.<br />
<br />
24/05/2015 - el partido fascista Plataforma per Catalunya cae de 67 a 8 concejales.<br />
<br />
Estos 8 están en territorios donde UCFR es más débil o no existe. Son sitios donde la izquierda insiste en que hay que denunciar a todos los partidos, en vez de enfocar y señalar específicamente al fascismo. Es decir, PxC sobrevivió donde se aplicó algo parecido a lo que dice Urbán. [Para más sobre esta campaña, ver <a href="http://davidkarvala.blogspot.com/2015/06/las-elecciones-municipales-una-victoria.html" target="_blank">esta nota</a>]<br />
<br />
También se deben comparar los destinos del centro neonazi Tramuntana en Barcelona y del "Hogar Social Madrid". (Ambos surgieron poco después del 15M.)<br />
<br />
<i>"Ahora mismo no vamos a poder dar una respuesta antifascista adecuada al reto que nos enfrentamos si no cuestionamos la manera y la forma del reparto de recursos en Europa."</i><br />
<br />
Esto contradice las pruebas, la experiencia de UCFR, y las de otros movimientos unitarios contra el fascismo. Y no aporta ni un ejemplo donde su "estrategia" ha funcionado.<br />
<br />
Es verdad que a largo plazo hace falta una izquierda alternativa combativa más fuerte, de hecho hace falta una revolución socialista desde abajo.<br />
<br />
Pero a corto plazo también urge combatir el fascismo, y esto se hace con una lucha unitaria y amplia, no con discursos sobre el modelo de Europa.<br />
<br />
Si hay un gran incendio forestal, qué es más urgente, apuntar en el calendario que en el futuro hay que explicar mejor la necesidad de limpiar el sotobosque, o unir el máximo número de fuerzas para apagar las llamas ahora?<br />
<br />
<i>"Ahora mismo, la mejor manera de combatir a Le Pen, Salvini, Bolsonaro o Trump es defendiendo el reparto de los trabajos y el reparto de la riqueza, cuestionando de forma clara, crítica y contundente las políticas neoliberales y la austeridad. Con lo cual, es necesario cuestionarnos tanto a Salvini y Le Pen como a Macron y Merkel, porque al final son dos caras de una misma moneda que se necesitan."</i><br />
<br />
De nuevo, no hay evidencia alguna de que esta estrategia funcione, de hecho no es una estrategia para combatir el fascismo en absoluto. Suena más una estrategia electoral; "la solución es nuestro partido".<br />
<br />
Sobre todo, en un momento en que los fascistas trajeados hacen todo lo posible para normalizarse y esconder su naturaleza fascista, argumentos como éste los ayudan. En efecto dicen que Salvini y Le Pen son lo mismo que Macron y Merkel.<br />
<br />
Bueno, en efecto, no: casi literalmente: <i>"al final son dos caras de una misma moneda".</i><br />
<br />
La izquierda radical sí debe señalar como los partidos institucionales abren el camino al fascismo con sus políticas. Pero no significa que sean lo mismo. ¿O la similitud en algunos discursos entre Anguita, Monereo etc y la extrema derecha significa que son iguales?<br />
<br />
En el fondo, lo de Urban es el antifascismo clásico en versión light. Argumenta que la lucha contra el fascismo es la lucha contra el capitalismo. Por supuesto que hay relación pero como estrategia de corto plazo es un desastre.<br />
<br />
También mantiene que ante un caso flagrante de machismo o LGBTIfobia la solución es hacer discursos contra el neoliberalismo, sin luchar aquí y ahora sobre el tema concreto?<br />
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<br />
<br /></div>
David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-41303343014347952442018-01-01T21:23:00.000+01:002019-04-26T21:24:41.872+02:00Interview: the ongoing struggle in Catalonia<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<img alt="" src="http://www.socialist.ca/sites/default/files/styles/large/public/field/image/catalonia_0.png?itok=gduYlJqn" height="305" style="border: 0px;" width="460" /><br />
<br />
Interview published in <a href="http://www.socialist.ca/sites/default/files/600_-_socialist_worker_-_january.pdf" rel="nofollow" target="_blank">Socialist Worker</a> (Canada), January 2018.<br />
<br />
<i>Despite severe repression against Catalonia’s October referendum in favour of independence, pro-independence parties won a majority of seats in regional elections on December 21. Socialist.ca spoke with David Karvala, an activist in Barcelona and a member of <a href="https://marx21.net/">Marx21.net</a>, about Catalonia’s ongoing struggle for self-determination against the repression of the Spanish state.</i><br />
<br />
<strong>What are the faultlines developing in capital? Has there been significant credible threats of capital flight? Are there divisions here that the left and the independence movement is exploiting?</strong><br />
<br />
There is a myth that the Catalan bourgeoisie is behind the independence movement. This myth is defended by many on the Spanish and European left, but the facts don’t sustain it. In reality Catalan big business, like Spanish big business, is strongly against not only Independence but also the right to decide. That's why thousands of businesses moved their official headquarters from Barcelona to other parts of the Spanish state at the height of the struggles in September and October. This was something that the right wing PP government explicitly promoted.<br />
<a name='more'></a><br />
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It is true that many small and medium business people are pro independence, but not the ruling class as such. The ruling class is quite united on this issue; big business, the courts, the heads of the army and the police, all the big media networks... are on the same side.<br />
<br />
<strong>Catalan culture has long been oppressed by the colonial state in Spain, from the banning of Catalan on the telephone and in the printing press after their inventions, to the banning of teaching or speaking Catalan in public under Franco. Madrid's currently ruling right wing People's Party came out of a party founded by several members of Franco's cabinet. Do you see the <a href="http://www.socialist.ca/node/3450" style="color: #cc0000; margin-right: 5px; text-decoration-line: none;">repression of the current independence movement</a> as a continuation of this trajectory? Perhaps a nostalgia for Francoism during the dire economic situation in Spain today?</strong><br />
<br />
It's typical to say that what's happened here with the police violence and the repression is because the PP are the inheritors of Francoism, but I think this is wrong. Those links are there, of course, but every ruling class has specific characteristics, whether it's the Jacobinism of the French ruling class, the elements of the aristocracy in the British ruling class, or whatever. But what makes them behave as they do is the fact that they are the bourgeoisie; the ruling class of a capitalist state. What we've seen in Catalonia over the last few months is the bourgeoisie in action when it's interests are at stake. Nobody in a country without this specific historic element of Francoism should think their ruling class would behave fundamentally any better.<br />
<br />
<strong>El Pais journalist John Carlin says he was fired for ideological reasons from the outlet where he has written for two decades for <a href="https://www.thetimes.co.uk/edition/comment/catalan-independence-arrogance-of-madrid-explains-this-chaos-vmh7nnxsx">writing an article</a> critical of the Spanish state in the Times of London. Do you see similar, perhaps less high-profile incidents or trends like this? Is there fear of repression or discrimination for political speech, including and beyond of the cartoonish attempts to ban yellow, and how does this affect the climate in civil society--Churches, the press, universities, workplaces, etc?</strong><br />
<br />
This repression has been going on for years. Before it affected the Basque struggle, with newspapers being closed down and journalists being imprisoned and even tortured. More recently, like in most of Europe, there’s been a clampdown on Muslim people. Now it's the turn of the Catalan struggle. So there are the cases of the journalists like you mention.<br />
<br />
Also a number of councillors have been taken to court for political crimes. One of them was dragged to the special anti-terrorist court in Madrid for having said “you can't make an omelette without breaking eggs” The prosecutor asked him if this meant he was in favour of violence.<br />
<br />
The latest aspect is the use of the laws against hate crimes to repress protests against the police. Two councillors in a town near Tarragona are being tried for hate crimes for having signed a manifesto criticising the police violence on October 1. They're saying the people who protest against the paramilitary police being billeted in their towns are guilty of hate crimes, as if they were racists or fascists. We should remember that they hardly ever prosecute fascists under these laws. So the repression is serious, but by and large it is counterproductive; it leads more people to conclude that the only answer is independence.<br />
<br />
<strong>What are the goals of the independence movement should they succeed? What does a Catalan Republic look like? There are surely those on the left who do not conflate independence and self-determination with progress. What are the goals of left independence supporters and organizations?</strong><br />
<br />
The independence movement is very diverse. There is a right wing sector that basically wants to change the frontiers, the flag and the official language and not much else. However, a large part of the movement sees the fight for independence as part of a fight for more social justice and democracy. We’ve already seen hints of this. The pro-independence government that was in office for the last few years introduced laws against sexual harassment, against fracking, against house evictions, against energy poverty, against bullfighting… all of these laws were overturned by the courts in Madrid.<br />
<br />
Some people do exaggerate the changes that independence could bring but I think it's clear that the opportunities for change will be there. There is a broad consensus that independence should be associated with a Constituent Process; this would be an opportunity for raising questions about what type of society we want and it would be different in many ways from the society we're living under now.<br />
<br />
<strong>What significance do you attribute to the December 21st vote which narrowly was won by pro-independence parties? If Madrid refuses to engage in good faith, do you anticipate more elections? More mobilization? An increase in enthusiasm and antagonism, or demobilization?</strong><br />
<br />
It's difficult to predict what will happen. One thing is clear: Madrid has no interest in negotiating on the fundamental question which is Catalonia’s right to decide its future. This means that the main strategy until now of the moderate pro-independence parties — forcing Spain to negotiate, with the help of the European Union — will not work. The EU has already shown that it supports the Spanish government. So the formation of a pro independence government in itself can’t solve the problem.<br />
<br />
The left will need to look for ways of strengthening the movement from below; and this has to be on a mass basis, it's not enough just to mobilise the radical left. In this, one key element will be the CDRs, the Committees to Defend the Republic. These are neighbourhood assemblies that emerged around the referendum and were a key organising force in protecting the electoral colleges on October 1. They continue to exist, some of them involving hundreds of people in a given area.<br />
<br />
So our best option for change are the CDRs, broadening them to involve the organised working class. Only with this counter power do we have any chance of breaking from the Spanish state. The idea of change from above agreed with Madrid is impossible.</div>
David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-86269484741697244182017-06-26T22:04:00.004+02:002017-06-26T22:15:23.284+02:00Venezuela y algunos teóricos decoloniales<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiD5N_G_ZxtlvPEVPY32wZizef3X7B6gDFzYzQIAlzkpWmhc9lTTS-6Y8lR4AESlMLWLlg_eWoGc9nMKu29NeyydrRo3tdluDFdyQkX0AntLwoPlRAgyzsD4dGXj2n-GhvYKKMXZ22ZFcc/s1600/marea+socialista.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1064" data-original-width="1600" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiD5N_G_ZxtlvPEVPY32wZizef3X7B6gDFzYzQIAlzkpWmhc9lTTS-6Y8lR4AESlMLWLlg_eWoGc9nMKu29NeyydrRo3tdluDFdyQkX0AntLwoPlRAgyzsD4dGXj2n-GhvYKKMXZ22ZFcc/s320/marea+socialista.jpg" width="320" /></a></div><br />
1. Hace poco aparecieron dos declaraciones en sentidos opuestos sobre Venezuela, ambas firmadas por figuras conocidas de la teoría decolonial. Primero llegó el “<a href="https://www.aporrea.org/venezuelaexterior/n309161.html">Llamado Internacional Urgente a Detener la Escalada de Violencia en Venezuela</a>…” firmado por el destacado intelectual de la teoría decolonial, Boaventura de Sousa Santos, entre muchas otras personas. Más tarde apareció una respuesta, que lleva la firma del académico de la Universidad de Berkeley, California, Ramón Grosfoguel, con el apoyo de otros: “<a href="https://issuu.com/contraintervencion/docs/la_izquierda_despolarizada_del_mon_" target="_blank">Respuesta a la izquierda despolarizada: Las 10 razones por las que a Venezuela nunca le ha hecho falta su solidaridad…</a>”<br />
<br />
2. No soy para nada un experto en Venezuela y seguro que muchas cosas se me escapan. Intentaré limitarme a lo evidente y en todo caso sólo comentaré algunos aspectos que me llaman la atención: no pretendo hacer un análisis global de la situación en Venezuela.<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
3. Me parece que el texto firmado por De Sousa y compañía tiene razón al señalar la existencia de problemas con el gobierno de Maduro, ante el cual es totalmente válido levantar una oposición popular. Esta oposición existe, pero la derecha golpista no la representa. El contexto actual en América latina es uno de golpes de Estado, "blandos" o no, con efectos muy negativos sobre la gente pobre y trabajadora. Cómo combatir esta tendencia es una tarea clave en el continente pero la declaración no propone soluciones en este sentido; llama al diálogo, sin excluir a los sectores potencialmente golpistas.<br />
<br />
De hecho, esta indefinición en la llamada no proviene del texto firmado por De Sousa, sino de una <a href="https://www.aporrea.org/actualidad/n308976.html" target="_blank">declaración anterior</a>, firmada por activistas importantes de Venezuela que buscan una salida dialogada al conflicto.<br />
<br />
En todo caso, se podría decir que tanto esta declaración anterior venezolana como el apoyo expresado en el llamado internacional posterior tienen buenas intenciones pero quizá pecan de ingenuidad.<br />
<br />
4. En cambio, la “Respuesta” de Grosfoguel es simplemente deshonesta.<br />
<br />
Por ejemplo, se denuncia que los firmantes del llamado “nunca se solidarizaron con el pueblo venezolano; No lo hicieron cuando el golpe de abril de 2002; No lo hicieron cuando el paro petrolero de diciembre 2002-enero 2003…” Desconocen o quieren ignorar el hecho de que lo haya firmado alguien como <a href="https://www.aporrea.org/autores/roland.denis" target="_blank">Roland Denis</a>, que lleva años en las luchas sociales en Venezuela, dentro de la revolución… si bien siempre defendiendo su independencia política, criticando a veces al chavismo.<br />
<br />
Como se ha comentado, el “Llamado” respalda una iniciativa venezolana promovida por un grupo que incluye a una tal “Olly Millán. Ministra de Economía Popular durante la gestión del presidente Chávez”; “Héctor Navarro… ministro de Educación y de Energía Eléctrica durante la gestión del presidente Hugo Chávez”...<br />
<br />
Esto no hace que sean inmunes de toda crítica. Pero no se puede consentir que un académico basado en una universidad de California cuestione el derecho de tales personas a opinar sobre el destino de su propio país.<br />
<br />
5. Los firmantes del llamado que son objeto de esta denuncia incluyen a De Sousa, frecuentemente alabado por Grosfoguel (a diferencia de otros intelectuales decoloniales a los que el académico de Berkeley ha criticado fuertemente), pero también a Catherine Walsh, especialista en temas de los movimientos indígenas y afrodescendientes, cuyos artículos Grosfoguel ha incluido en colecciones sobre teoría decolonial. Si tan insolidaria fuera esta persona (“nunca se solidarizaron con el pueblo venezolano…” etc), ¿cómo es posible que haya recomendado y publicado sus textos? ¿Es que esta falta de solidaridad no es obstáculo para ser intelectual decolonial?<br />
<br />
6. Una impulsora de la iniciativa venezolana pro diálogo es una tal “Anais López. Socióloga- investigadora, miembro de la Plataforma contra el Arco Minero del Orinoco.” No sabía nada de esta plataforma pero resulta que impulsa una lucha muy parecida a la de Standing Rock en EEUU, una lucha con la que ha declarado su solidaridad. Se oponen a un proyecto de megaminería en Orinoco, por motivos ecológicos, y también por sus efectos nocivos para los pueblos indígenas.<br />
<br />
Denuncian, más en general, “la ejecución de proyectos extractivistas sin ninguna clase de evaluaciones de impacto ni consulta previa a las comunidades cuyos modos de vida entran en contradicción con los intereses de ganancia máxima de las transnacionales causando graves perturbaciones ecológicas, destrucción de tejidos sociales y proyectos de vida; el despojo de comunidades campesinas, urbanas e indígenas; la privatización de bienes comunes; masacres y desplazamiento forzado de poblaciones, y pérdida de soberanía.” Hace pocas semanas la Plataforma contra el Arco Minero <a href="https://www.aporrea.org/actualidad/n309096.html" target="_blank">denunció</a> el asesinato a manos de sicarios del líder indígena Freddy Menare. Si esto hubiera ocurrido bajo un gobierno típico de derechas, los movimientos de solidaridad con América latina (y, se supone, el conjunto del espacio “decolonial”) lo habrían denunciado fuertemente. No lo sé, pero me da la sensación que no ha sido así.<br />
<br />
7. La respuesta denuncia que “su llamado a intervenir ‘como sea’ con más democracia y derechos humanos tiene el tufo de los proyectos civilizadores del siglo XXI”. Han inventado la cita, de hecho el argumento entero. La declaración lo dice claramente: “Desde nuestra óptica, la defensa en contra de toda injerencia extranjera debe basarse en más democracia, no en más autoritarismo.” ¿Dónde está el “llamado a intervenir ‘como sea’”? No está en el texto, es una acusación vacía del redactor de la respuesta.<br />
<br />
8. La respuesta les dice que “sus diseños globales no le sirven a nuestras historias locales.” ¿“Nuestras historias locales”? Locales… ¿de California? No hay nada malo en opinar desde fuera, con respeto. Pero opinar desde fuera, criticando a gente de dentro del país, otorgándose una representatividad “local”, esto no puede ser.<br />
<br />
Además, si queremos hablar de “diseños globales” que “no le sirven a nuestras historias locales” podríamos hablar de la situación del pueblo sirio, donde medio millón de personas han muerto a manos de un régimen <a href="http://www.telesurtv.net/news/Venezuela-reitera-apoyo-hacia-Siria-y-su-lucha-antiterrorismo-20170130-0036.html">apoyado por el gobierno venezolano</a>, y seguramente por varias personas que han firmado la respuesta.<br />
<br />
9. En la lógica formal existe el principio de <i>Reductio ad absurdum</i>. Si a partir de una premisa se pueden deducir dos conclusiones mutuamente contradictorias, entonces la premisa es falsa.<br />
<br />
Estas dos declaraciones sobre Venezuela —una firmada por De Sousa y la otra escrita por Grosfoguel— constituyen un <i>Reductio ad absurdum</i> de la teoría decolonial como instrumento de intervención política. (Su valor como reflexión filosófica es otra cosa que se debe evaluar en otros términos.)<br />
<br />
10. Quizá la clave del problema sea la ausencia en ambas declaraciones de una visión de clase.<br />
<br />
Mike González, que conoce bien Venezuela, <a href="http://blogs.publico.es/dominiopublico/19642/verdades-incomodas-de-venezuela/" target="_blank">aclara</a> que “El estado chavista ya no existe, más allá del nombre y la marca. Es netamente un estado capitalista defendiendo su derecho de desandar el camino de la transformación social y volver a integrarse en el mercado global.” Por tanto, el conflicto entre los dirigentes actuales del país y la oposición de derechas es un conflicto entre <i>dos grupos burgueses</i>. La declaración firmada por De Sousa aboga por el diálogo entre estos grupos. La respuesta de Grosfoguel y los demás respalda plenamente a uno de ellos. Pero en ningún caso adoptan una visión de clase, de respaldar a la gente pobre y trabajadora frente a la burguesía, sea cual sea la bandera que ésta agite. Como argumenta González: “La polarización en Venezuela hoy día no es entre chavistas y opositores, sino entre la alianza de los poderosos, los antiguos y nuevos burgueses, y un pueblo que hoy como nunca debemos apoyar…”.<br />
<br />
El problema es que la visión decolonial margina la cuestión de clase social. Como mucho, incluye el “clasismo” como si fuera una forma más de discriminación; en algunas versiones incluso rechaza totalmente la categoría de clase, a favor de conceptos como “raza”.<br />
<br />
Esta actitud puede ser en parte una reacción ante la manera mecánica en que algunos sectores presuntamente marxistas entienden la clase trabajadora —como únicamente hombres blancos y heterosexuales en trabajos manuales— pero es un grave error. En realidad, la <a href="https://marx21.net/2005/01/01/la-clase-trabajadora-en-el-siglo-xxi/" target="_blank">clase trabajadora es casi tan diversa</a> como la propia población mundial; es blanca pero también (mayoritariamente) negra; son hombres y también mujeres; incluye a heterosexuales pero también a gente gay, lesbiana, bisexual, trans…<br />
<br />
La cuestión de clase es fundamental. Una empresaria millonaria que sea lesbiana y negra sufre diferentes tipos de opresión, pero a fin de cuentas el sistema la beneficia. Es decir, literalmente, le proporciona beneficios. No así un trabajador masculino, blanco y heterosexual; quizá tenga ideas retrógradas en diferentes temas, pero sus intereses reales lo pueden llevar a luchar contra el sistema que fomenta las opresiones, porque es el mismo sistema que lo explota a él. Miremos el magnífico ejemplo de la solidaridad que se forjó entre el sindicato minero y el movimiento LGTB en la huelga minera en Gran Bretaña en 1984-85, una experiencia recogida en la inspiradora película <i>Pride</i>.<br />
<br />
11. Volviendo a la cuestión de Venezuela, no se puede tratar por igual a una lucha impulsada por gente trabajadora y a otra impulsada por la burguesía, ni en el sentido de pedir diálogo en ambos casos, ni exigiendo la represión estatal contra ambas movilizaciones. Igualmente, no se puede tratar de la misma manera a un grupo de gente pobre indígena que intenta proteger sus tierras ante proyectos extractivos respaldados por el Estado y a un grupo de ricos que intentan bloquear proyectos sociales, por ejemplo.<br />
<br />
Se expresa una visión muy diferente, que parte de la división entre los de arriba y la gente de abajo, en la <a href="https://alliberament99.wordpress.com/crida/llamada-cas/" target="_blank">declaración</a> de 2014, “La liberación de la mayoría vale más que los intereses geoestratégicos de la minoría”: “Defendemos el derecho de los pueblos de centro y sud América a elegir gobiernos que prometen más justicia social y que incomodan a EEUU. También defendemos el derecho de la clase trabajadora, y de los pueblos indígenas, a defender sus intereses ante estos mismos gobiernos.” (Esta declaración salió de una iniciativa más bien ideológica, Alliberament99, pero dio frutos prácticos en el espacio de solidaridad con la revolución siria, <a href="http://tadamon.cat/" target="_blank">Tadamon.cat</a>).<br />
<br />
También existen voces en América latina que defienden principios parecidos, como parece ser el caso de Rolando Astarita, en un <a href="https://rolandoastarita.blog/2017/06/23/socialismo-sobre-montanas-de-cadaveres/">texto reciente</a>, “Socialismo sobre montañas de cadáveres”, y otros muchos más.<br />
<br />
12. El socialismo no se puede imponer desde un Estado capitalista, reprimiendo a la clase trabajadora. Ninguna revolución social puede ser pacífica, ni exenta de errores, cierto. Pero la clave de una revolución socialista es que quien lidera el proceso, quien comete los errores, es la propia gente trabajadora, mediante sus propios órganos de poder, no una burocracia —y su comparsa “intelectual”— que la intenta substituir.<br />
<br />
<h3 style="text-align: left;">Enlaces</h3>Llamado Internacional Urgente a Detener la Escalada de Violencia en Venezuela:<br />
<a href="https://www.aporrea.org/venezuelaexterior/n309161.html" target="_blank">https://www.aporrea.org/venezuelaexterior/n309161.html</a><br />
<br />
Iniciativa original venezolana:<br />
<a href="https://www.aporrea.org/actualidad/n308976.html" target="_blank">https://www.aporrea.org/actualidad/n308976.html</a><br />
<br />
Respuesta de Grosfoguel etc:<br />
<a href="https://issuu.com/contraintervencion/docs/la_izquierda_despolarizada_del_mon_" target="_blank">https://issuu.com/contraintervencion/docs/la_izquierda_despolarizada_del_mon_</a><br />
<br />
Textos de Roland Denis:<br />
<a href="https://www.aporrea.org/autores/roland.denis" target="_blank">https://www.aporrea.org/autores/roland.denis</a><br />
<br />
Blog de Rolando Astarita:<br />
<a href="https://rolandoastarita.blog/" target="_blank">https://rolandoastarita.blog</a><br />
<br />
<h3 style="text-align: left;">Postdata</h3>Tengo que añadir esta denuncia contra Marea Socialista, el grupo de izquierdas que aparece en la foto arriba. Lo acabo de encontrar, pero se supone que de esto hay mucho más:<br />
<br />
<i>"...Marea Socialista. Se trata de un grupo político que dice oponerse tanto al presidente Nicolás Maduro como a la MUD [la derecha]. Una reedición del viejo truco de la derecha de presentarse como una fuerza de izquierda auténticamente democrática, no autoritaria y, ¡ojo!, no estalinista. El viejo truco de la “tercera vía”.</i><br />
<i><br />
</i> <i>Los pueblos y los revolucionarios, sin embargo, tienen memoria. Y saben que cualquier movimiento político que se considere y se declare antiestalinista finalmente es un movimiento de derecha, proimperialista y antisocialista. ¿Hará falta recordar a Nikita S. Kuschov, Mijaíl Gorbachov, Boris Yeltsin y Mstislav Rostropóvich, entre otros? ¿Hará falta recordar que, en rigor, la perestroika comenzó en el Vigésimo Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética en 1956? ¿Y hará falta recordar más atrás en el tiempo a Trostsky y a Bujarin?</i><br />
<i><br />
</i> <i>También son un buen ejemplo de políticas de derecha disfrazadas de izquierda, democráticas, antiautoritarias y antiestalinistas las revoluciones de colores de Europa del Este y las tristemente célebres “revoluciones” de la Primavera Árabe, tan celebradas y apoyadas por EU y por los gobiernos de los países imperialistas de Europa. Como ahora mismo en Venezuela con la MUD y con Marea Socialista, el lobo disfrazado de oveja.</i><br />
<i><br />
</i> <i>Es muy claro que la MUD y Marea Socialista buscan lo mismo: derrocar a la revolución chavista para instalar regímenes de derecha y al servicio de la potencia neocolonialista estadounidense. Y que quieren hacer con Maduro lo que hicieron con Muammad Gadafi y pretenden hacer con el presidente Bashar al Assad. Y, de pasadita, llevar a Venezuela al infierno que hoy viven los pueblos de Libia y Siria.</i><br />
<i><br />
</i> <i>Ahora mismo en Venezuela el mayor peligro para la revolución bolivariana no es tanto la MUD como Marea Socialista." </i><br />
<br />
Ya lo tenéis, oponerse a Maduro es como oponerse a Stalin.<br />
Aparece en la web de la televisión estatal, Telesur: <a href="http://www.telesurtv.net/bloggers/Venezuela-la-MUD-y-Marea-Socialista-20170511-0004.html" target="_blank">http://www.telesurtv.net/bloggers/Venezuela-la-MUD-y-Marea-Socialista-20170511-0004.html</a><br />
<br />
<br />
</div>David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-22348048960174610622017-05-21T21:48:00.000+02:002017-05-21T22:00:36.897+02:00No és "classisme", és racisme<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg51tSsTrJ_jBwtVDQHHy4WWHLeQdjMa1atd8DHmtzSSXNPuKkixe7oYcTu5MNXEIXVfS6_Usd8mqiZrxS0MLO5X5BSH2Di8WnrVSbd2WYXisdkk8FdbvDFdgig21zecoBM88vIqcVr0T0/s1600/burkini_police.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg51tSsTrJ_jBwtVDQHHy4WWHLeQdjMa1atd8DHmtzSSXNPuKkixe7oYcTu5MNXEIXVfS6_Usd8mqiZrxS0MLO5X5BSH2Di8WnrVSbd2WYXisdkk8FdbvDFdgig21zecoBM88vIqcVr0T0/s320/burkini_police.jpg" width="320" /></a></div>
<i>Comentari sobre l’article “<a href="http://www.europapress.es/epsocial/derechos-humanos/noticia-no-xenofobia-aporofobia-rechazo-pobre-20170514114457.html" target="_blank">No es xenofobia, es aporofobia </a>(rechazo al pobre)”, centrat en declaracions de la catedràtica d’Ètica i Filosofia Política de la Universitat de València, l’Adela Cortina.</i><br />
<br />
Ni cal dir que l'Adela Cortina té bones intencions i ha fet una bona feina al donar nom a l’aporofòbia, l'odi i violència vers la gent sense sostre, o molt pobre.<br />
<br />
Però com sol passar quan algú té un encert d'anàlisi, intenta convertir-lo en la solució de tot, quan no ho és. Al menys aquesta és la meva impressió quan llegeixo els seus comentaris a l'article, en el sentit de "no es xenofòbia, es aporofòbia".<br />
<a name='more'></a><br />
<br />
L'existència de l'aporofòbia no implica que el racisme no existeix. Parlant d'Europa i EUA, al menys, una persona molt pobre i negra pot patir les dues coses. I a una persona negra amb un sou mitjà no dorm al carrer ni patirà atacs aporofobs, però sí li afectarà el racisme. (Hi ha moltes proves de la discriminació específicament racista, <a href="http://www.eldiario.es/catalunya/opinions/Sharpeville-Europa-fortaleza_6_624397570.html" target="_blank">aquest article</a> explica alguns exemples.) <br />
<br />
Fins i tot una persona rica i negra pot patir el racisme, com en el <a href="http://www.abc.es/hemeroteca/historico-23-07-2009/abc/Internacional/obama-cree-que-fue-estupido-detener-a-un-profesor-negro-de-harvard_922787752957.html" target="_blank">cas del catedràtic negre</a> a EUA, Henry Louis Gates, que va trucar la policia per un robatori a casa (mansió) seva. La policia va venir i el va detenir i emmanillar.<br />
<br />
Per ser qui era, més tard va rebre disculpes personals de l'Obama. La gent rica té més possibilitats de trobar solucions personals, però això no treu que també pot patir el racisme.... <br />
<br />
També trobo molt qüestionable algunes altres afirmacions de la Cortina.<br />
<br />
<h4>
Un racisme natural?</h4>
<br />
Per exemple: 'el cerebro tiene la tendencia de "unirse a las personas más parecidas y rechazar a los desconocidos".' Està dient que el racisme és innat, natural? No veu que les "diferències" són una creació social? Per què hi ha rebuig vers persones musulmanes i no vers les que tenen els cabells d'un altre color, o que són molt altes o baixes? <br />
<br />
Això de "rechazar a los desconocidos" és molt relatiu. Per a qualsevol persona blanca catalana, l'enorme majoria d'altres persones blanques catalanes també són desconegudes. El que passa és que existeix allò que Benedict Anderson va anomenar "imagined community", la comunitat imaginada. Ens identifiquem amb persones que en realitat no coneixem. Amb una persona negra, massa sovint (no sempre, no tothom actua de manera racista) l'actitud és diferent. De nou, no és un fet biològic sinó social.<br />
<br />
"Europa tiene una identidad fundada en unos valores. Uno de ellos es la hospitalidad". Falta al principi les paraules "Se suposa que..." o semblant. La identitat real de l'Europa té més a veure amb la història del colonialisme i esclavisme, i l'actualitat del capitalisme, imperialisme... i racisme.<br />
<br />
"Hay que trabajar a nivel diplomático para que se acaben las guerras"... crec que és una visió molt ingènua que passa per alt els conflictes d'interessos entre estats o blocs d'estats que provoquen les guerres. Cridarem "no a la guerra" les vegades que faci falta, això sí, però a llarg termini, farà falta un solució que acabi amb la situació on els 1% de cada bàndol puguin enviar el 99% dels "seus" països a matar-nos mútuament, per defensar els seus interessos.<br />
<br />
I finalment, el problema de l'1% contra el 99% no és una qüestió de malentesos o prejudicis (aprofòbia o "classisme"). És un problema estructural que cal resoldre amb un canvi estructural: acabar amb el domini de l'1%. Jo li dic revolució però aquí cadascú te la seva proposta, i va més enllà de l'àmbit d’aquesta nota. <br />
<br />
<br /></div>
David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-70121553883592341412017-03-20T09:21:00.000+01:002017-04-02T10:13:46.894+02:00La lluita antifeixista postmoderna - amb uns aclariments ràpids<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><br />
Primer van venir pels jueus,<br />
i jo no vaig dir res, perquè no era jueu,<br />
i no volia actuar de manera colonial,<br />
infringint la seva autonomia com a grup oprimit.<br />
<br />
Després van venir per la gent LGBT,<br />
i jo no vaig dir res,<br />
perquè no volia reforçar la mirada heteropatriarcal,<br />
elles han de liderar la seva pròpia lluita.<br />
<br />
Després van venir pels comunistes,<br />
i jo no vaig dir res,<br />
perquè crec que el marxisme és eurocèntric<br />
i no té la meva sensibilitat sobre com treballar les opressions i les interseccionalitats.<br />
<br />
Finalment van venir per mi,<br />
i ja no quedava ningú per defensar-me.<br />
<br />
Però no passa res, els nazis no em podien tocar<br />
perquè ja havia deconstruit tot el seu discurs.<br />
<br />
<b>Activista actual, futura víctima dels nazis</b><br />
20 de març de 2017<br />
<br />
<br />
<br />
<h2>Uns aclariments ràpids</h2><br />
<ol><li>Aquest escrit ha aixecat un allau de crítiques, fins al punt d’insults personals, d’unes persones que s’han sentit al·ludides. Crec que es tracta d’una combinació de diferències d’anàlisi reals i malentesos. Les diferències existeixen, i haurem d’aprendre a acceptar-ho; els malentesos es poden superar.<a name='more'></a></li>
<li>Sé que darrera de l’etiqueta “decolonial” hi ha coses molt diferents. Hi a persones a les que respecto molt que fan servir d’idees decolonials per analitzar el colonialisme i les maneres en què els seus efectes persisteixen (i aquí comparteixo gran part del que diuen) i a partir d’aquí, ajuden a construir moviments i lluites per canviar la situació, incloent UCFR. Si el text ha ofès aquestes persones, ho sento, no va ser la meva intenció. En tot cas, cap d’aquestes persones m’ha insultat per aquest tema, ni m’ha titllat de racista. Altres persones —com les que sí han fet això— no utilitzen la visió decolonial per construir lluites contra l’opressió sinó com a una arma contra altres activistes dins el moviment. Diuen que volen “deconstruir” Europa, però el que fan de vegades es “deconstruir”, o destrossar, moviments i lluites. La reacció hostil i personalista a una crítica irònica (encertada o no) vers una teoria, n’és un bon exemple.</li>
<li>El text és una actualització del poema de Pastor Niemöller. Després de la segona guerra mundial i l’Holocaust, aquest reflexionava sobre per què tanta gent s’havia callat davant la injustícia. El text va ser una mena de crida fundacional de la Lliga Anti Nazi, moviment unitari contra l’extrema dreta creat a Gran Bretanya l’any 1978 (on jo vaig participar i aprendre molt). En essència diu “sigui quina sigui la víctima actual dels feixistes, no pensis que no va amb tu; el perill ens afecta a tothom, i ens toca a tothom lluitar en contra”. El que senyalo amb l’escrit és que avui en dia hi ha gent que manté el silenci amb excuses o arguments diferents. Però el silencia davant la injustícia és el que és, sigui quina sigui l’excusa. I les visions teòriques que venen a dir que l’opressió d’un grup no ens perjudica a tothom (o al menys a tot el 99% de gent oprimida i explotada) sinó que ens beneficia a gran part d’aquest 99%, no em convencen, ni com a teoria ni molt menys com estratègia de lluita.</li>
<li>Arran del text m’han acusat de racista i més. Potser no l’han llegit. Qui diu aquestes frases? Una persona jueva, evidentment no (“no sóc jueu”). Tampoc una persona LGBTI. De fet, lògicament, cap persona oprimida. Qui parla és un home blanc, cis hetero, no musulmà… que utilitza arguments moderns i “progres” per mantenir el silenci davant la injustícia. No ho invento jo. He sentit coses semblants en xerrades, actes del presentació del llibre “Combatir la islamofobia”. “Si veig una agressió verbal islamòfoba, potser millor que no digui res, oi? No vull actuar de manera colonial”. Són paraules gairebé literals d’un noi (semblava blanc, per la resta no ho sé) en una presentació del llibre.</li>
<li>S’ha comentat que aquest escrit no és unitari. És clar que no, per això ho vaig publicar al meu blog personal, i tenia clar que sota cap concepte s’havia de difondre dins UCFR; ni a les seves xarxes socials, ni dins els seus espais de coordinació interna. Jo sóc una de les persones que portem molts anys construint UCFR, però jo no sóc UCFR. Jo tinc la meva visió personal, la meva pròpia militància política més enllà d’UCFR. (Si a algú li interessa, milito ara en un petit espai que es diu marx21.net, part d’un corrent —socialisme internacional— que defensa el marxisme revolucionaria i el socialisme des de baix. Als últims anys, una preocupació central del nostre corrent internacional ha estat la lluita unitària contra el racisme i de manera especial la islamofòbia.)</li>
<li>No sé si el que ofèn és que tingui idees crítiques amb (algunes versions de) la teoria decolonial i de privilegis, o que les expressi. És a dir, se’m critica per pensar el que penso, o per dir el que penso. En tot cas, per a mi reflecteix una visió de pensament únic, partit únic, que recorda l’estalinisme dels anys 30.</li>
<li>Jo crec que a la lluita contra el racisme, el masclisme, la LGTBIfòbia… no sobra ningú. Això reflecteix la meva visió d’aquestes lluites, és clar. Hi ha una altra visió que sí que es basa en una obsessió per jerarquitzar i ordenar les persones i els sectors dins la lluita. És una visió on (en una analogia que se m’ha acudit ara) la lluita contra l’opressió és com una cua davant una finestreta (on es donen subvencions i beques, càrrecs a la universitat…). En aquesta cua, la persona davant teu és un obstacle, i la persona darrera és una amenaça. El posicionament dins la cua ho és tot, i no hi ha marge per solidaritat; si avança ell, em fa retrocedir a mi. En la meva visió, la lluita contra el racisme, contra les opressions, és un gran camp de batalla, i no està ple ni de bon tros. Ens fa falta tothom i més. Qui es troba davant en un moment donat, potser és qui rebrà primer, i potser farà un pas enrere, i una altra gent es trobarà (temporalment) davant. Qui ara es troba enrere, o més lluny, l’hem d’animar a avançar i a participar més activament. Però hi ha espai per a tothom; no és una jerarquia, on perquè una persona faci més una altra hagi de fer menys. Així, crec, ha funcionat UCFR i ha funcionat bé. Les gelosies respecte a qui pot aixecar la veu i qui ha de mantenir silenci estan fora de lloc. Ens cal tothom.</li>
<li>Jo sóc crític. Dedico molt de temps a criticar la islamofòbia, tant a la dreta com a l’esquerra. En diferents moments he criticat l’estalinisme, la socialdemocràcia, l’anarquisme, versions sectàries del trotskisme… De vegades ho he fet amb textos llargs, i de vegades amb coses més curtes i iròniques.</li>
<li>Allò important aquests dies no és el meu text, ni les crítiques que he rebut (i algunes m’han dolgut). Allò important i negatiu és que el feixisme i el racisme estan creixent a Europa i més enllà. El positiu és que l’oposició també està creixent. A Barcelona, el Fòrum Social contra la islamofòbia i tota mena de racisme, el passat 11 de març, va ser tot un èxit. I el 18 i el 19 de març van ser unes magnífiques jornades de mobilització, arreu del món, bones mostres de lluita unitària contra el racisme i el feixisme. A Catalunya, hi va haver 6 mobilitzacions, 5 d’elles organitzades directament per UCFR (a l’altra li vam donar suport), i amb un fort contingut de lluita contra la islamofòbia, i una presència destacada de gent musulmana, sobretot dones musulmanes, en gairebé totes les accions.</li>
<li>Qualsevol persona que vulgui ajudar a construir UCFR està benvinguda. Algunes persones no volen participar en un espai tant ampli, amb gent de PSC, UGT, CCOO, CGT, CUP… cap problema. Si no poden amb aquesta diversitat, que impulsin altres projectes, cap problema. Però no es pot imposar un model únic de pensament sobre un moviment divers i plural com UCFR, tant se val que sigui el model liberal, marxista, decolonial… Som lliures i diferents en el pensament, només intentem unir-nos en la lluita.</li>
</ol>Barcelona, 21 de març de 2017<br />
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</div>David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-70823518609565607122016-12-28T19:36:00.001+01:002016-12-28T19:36:56.303+01:00Entrevista al programa Art, pensament i cultura, 15-12-16<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Entrevista al programa Art, pensament i cultura, de l'Alba Tor i el Miquel Jordà<br />
<a href="http://radiociutatvella.es/" target="_blank">Ràdio Ciutat Vella</a> 15-12-16<br />
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<iframe frameborder="no" height="166" scrolling="no" src="https://w.soundcloud.com/player/?url=https%3A//api.soundcloud.com/tracks/299908619&color=ff5500&auto_play=false&hide_related=false&show_comments=true&show_user=true&show_reposts=false" width="100%"></iframe><br /></div>
David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-21369020669669252742016-10-28T20:53:00.000+02:002016-12-28T19:35:20.100+01:00Ràdio Nova, La Carmanyola 27-10-2016 - #StopIslamofòbia<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><br />
Entrevista amb la Mireia Rubio, a La Carmanyola, Ràdio Nova, sobre la presentació del llibre Combatir la islamofobia a Igualada, 27 octubre 2016.<br />
Què és la islamofòbia; la situació amb l'extrema dreta; reptes actuals d'UCFR.<br />
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<iframe width="100%" height="166" scrolling="no" frameborder="no" src="https://w.soundcloud.com/player/?url=https%3A//api.soundcloud.com/tracks/290426128&color=ff5500&auto_play=false&hide_related=false&show_comments=true&show_user=true&show_reposts=false"></iframe><br />
</div>David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-61909191087630197662016-08-25T21:21:00.001+02:002016-08-25T21:24:28.770+02:00Budapest: de la gentrificació i el preu d’una birra<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<i>Acabo de tornar de 5 dies de vacances a Budapest. No donen per gaire, però alguna cosa he vist. Aquí us passo alguns apunts.</i><br />
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Prenent birres a mitjanit</h4>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgajOX7NgxmzZdc0rfVh8O6ErwJyKGNLzpWjIWWUaSdWaYRHg7Mp4B43f2SfV4LQuAX3sGxJeU4HwB2ik80JDP-MxQlE6-O-Ho_vuCZLOn4Tr9Phrsnp0s4ReTfH3vdtPWWJ9qYx9liuFg/s1600/bar.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgajOX7NgxmzZdc0rfVh8O6ErwJyKGNLzpWjIWWUaSdWaYRHg7Mp4B43f2SfV4LQuAX3sGxJeU4HwB2ik80JDP-MxQlE6-O-Ho_vuCZLOn4Tr9Phrsnp0s4ReTfH3vdtPWWJ9qYx9liuFg/s320/bar.jpg" width="180" /></a>És vora mitjanit, i som en un bar en una zona no massa turística de Budapest. A diferència de la gran majoria de bars i restaurants de la capital hongaresa, la dona que porta el local no parla anglès. M’ajuda un jove, que resulta ser estudiant de dret: ens posem a parlar. Li pregunto com van les coses a Hongria. Explica que amb el govern al poder, tot va avançant, malgrat les crítiques dels dirigents occidentals (que són hipòcrites, aquí estem d’acord). Explica que el govern no pot deixar entrar els refugiats, perquè la prioritat és atendre els de casa, la gent pobre de l’est del país. Per això han tancat les fronteres. “I ara estan ajudant la gent pobre de l’est?” li pregunto, innocent. Resulta que encara no.<br />
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L’ estudiant explica més coses sobre la gent refugiada. Diu que molts son del Marroc o Algèria i realment no són refugiats. Molts són homes joves, potser d’ISIS. Aquest grup és el principal problema de Síria, no Assad. Però Assad ha matat més de 250.000 persones, insisteixo. “Bé, allò de Síria és molt complicat i no podem saber què passa realment”, respon. (És a dir, només podem saber que el principal problema és ISIS.)<br />
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<a name='more'></a><br />
Finalment em justifica l’apropament entre el govern hongarès i Putin. Sembla que ell (igual que el govern hongarès) comparteix bastant la visió russa sobre Ucraïna. Sí que les tropes soviètiques (insisteix en dir-les així, no “russes”) van massacrar gent a la revolució hongaresa de 1956, però la política internacional és molt complicada i Hongria ha de fer les aliances que li convenen, no les que voldria.<br />
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<h4>
Fans d’Hongria, de dretes i “d’esquerres”</h4>
Tot això és un bon exemple del poti poti d’idees que floten a Hongria (conjuntament amb altres molt millors, com les d’un home d’uns 60 anys que vam conèixer al mateix bar). I gran part del que va explicar aquest estudiant de dret (molt amistós i amb bon rotllo, per cert) la compartiria l’extrema dreta i l’esquerra estalinista d’arreu d’Europa.<br />
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Red Voltaire, el portal amb seu a Damasc que algunes persones pensen que és d’esquerres, va <a href="http://www.voltairenet.org/article186072.html" target="_blank">alabar</a> el primer ministre hongarès per “no haber bajado la cabeza ante los dictados, a menudo destructivos, de la Comisión Europea y tratar de definir una identidad nacional húngara.”<br />
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Fa poc la líder de un grupuscle feixista català va dir gairebé el mateix, celebrant el “patriotisme” d’Hongria, i afermant que “es respira identitat, tradició i seguretat als… carrers” de Budapest.<br />
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Més enllà de notar (de nou) com certs sectors “d’esquerres” coincideixen amb l’extrema dreta, una mirada molt breu a la situació interna del país, des del punt de vista de la gent de baix, demostra que ambdós grups distorsionen els fets (millor dit, menteixen i enganyen).<br />
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Però abans d’entrar en això, mirem breument l’extrema dreta a Hongria.<br />
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<h4>
Les extremes dretes hongareses</h4>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikNP6_grEaXYeHUP0rEjV5vIUEVPPxpohSlI9zA18gz69E68tbj2xEj4ZmJMxHNMQTWWw8tnacJsr80lNuW7XE4R0ogTljau-1w656Q4zkduy-mMKMtjQzvw0KHASvpafR_rtYz_Vjvxs/s1600/Orban.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="181" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikNP6_grEaXYeHUP0rEjV5vIUEVPPxpohSlI9zA18gz69E68tbj2xEj4ZmJMxHNMQTWWw8tnacJsr80lNuW7XE4R0ogTljau-1w656Q4zkduy-mMKMtjQzvw0KHASvpafR_rtYz_Vjvxs/s320/Orban.jpg" width="320" /></a>El partit governant a Hongria és Fidesz. Va sorgir durant la transició de l’estalinisme, l’any 1988. Era gent jove, cares noves, amb un discurs de ciutadania, no de classe. S’oposaven a la corrupció i sobretot al vell sistema (li deien “comunisme” però no ho era…). Una ideologia de “ni d’esquerres ni de dretes” se’n diria, avui en dia. Ara només la primera part és veritat. El Viktor Orban, primer ministre d’Hongria, és un dels líders més obertament xenòfobs d’Europa, que ja és dir. I a més de ser racistes, han aplicat brutals polítiques neoliberals, els resultats de les quals són visibles entre la gent pobre, desesperadament pobre, als carrers de Budapest. Fidesz no és feixista, però sí de l’extrema dreta populista i xenòfoba. (Per saber més sobre aquestes definicions, mireu <a href="http://davidkarvala.blogspot.com/2014/04/los-fascistas-con-traje-realmente-son.html">Los fascistas con traje, ¿realmente son fascistas?</a>)<br />
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El partit nazi, Jobbik, té molta força; va obtenir més del 20% a les últimes eleccions. Segons algunes “teories” el fet que el PP sigui tan de dretes actua com a obstacle al creixement d’un partit feixista a l’Estat espanyol. La situació a Hongria desmenteix aquest argument (com també ho va fer Sarkozy amb el Front National a França). Les posicions xenòfobes de Fidesz no han representat cap obstacle al creixement de Jobbik.<br />
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Malgrat la força electoral de Jobbik, no es veuen gaires pintades racistes, i encara menys de feixistes, al carrer; resulta que últimament el seu dirigent està intentant netejar la imatge del partit (seguint el model de la Marine Le Pen). A més a més, el seu braç paramilitar va ser dissolt pels tribunals l’any 2009, i els intents de la direcció de Jobbik de restablir-lo encara no han donat gaires fruits.<br />
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<h4>
Desigualtats i gentrificació</h4>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRCvNVMXuShVO6O8Dzsd7Fu2e16WMRYyTisboINNCRo96uiK5SQuZZ2NccU0WOzx1agwUeUdNYRk6IJnE9vRrUmvZPsMSS6DTDUryIMlGUbQ9EakjdBWl_j5zGrgOaMTzJzdIQ3sZJVLs/s1600/Joszefvaros.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRCvNVMXuShVO6O8Dzsd7Fu2e16WMRYyTisboINNCRo96uiK5SQuZZ2NccU0WOzx1agwUeUdNYRk6IJnE9vRrUmvZPsMSS6DTDUryIMlGUbQ9EakjdBWl_j5zGrgOaMTzJzdIQ3sZJVLs/s320/Joszefvaros.jpg" width="320" /></a>Els preus de la roba i de moltes altres coses a Budapest són semblants als de Barcelona. Els preus del menjar i la beguda (fora de les zones més turístiques) són bastant més baixos, de vegades la meitat o fins i tot un terç. Per a les persones que tenen sous occidentals, això és el paradís. Vam conèixer un alemany jubilat que viu bé amb la seva pensió a l’oest de Hongria. Però un sou típic hongarès és l’equivalent de 300 i picos d’Euros. (Això segons ens van dir diferents persones allà. Oficialment, el “sou mitjà” hongarès és d’uns 500-600 euros… però així van les estadístiques: una minoria cobra molt bé i això fa pujar la mitja). Resumint, per a la població treballadora o pobre d’Hongria, en termes econòmics, més que un paradís, el seu país és un infern.<br />
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Budapest és sens dubte una ciutat bella, amb el riu Danubi passant pel bell mig. Els preus de l’habitatge són molt més baixos que a les capitals de l’Europa occidental. Combines això amb l’augment de la desigualtat econòmica dels últims anys, i tens una recepta per a la gentrificació. Vam passejar per un districte pobre i a poca distància vam veure blocs de pisos de l’època soviètica, grans, grisos, i bastant malmesos; edificis de 2 o 3 plantes d’èpoques molt anteriors, alguns arregladets, altres amb la façana molt desfeta; i blocs moderns de pisos de luxe (crom, vidre fumat, ja us ho podeu imaginar), acompanyats als baixos per bars i cafeteries de moda. Estàvem entre els districtes 8 i 9 de la ciutat, que resulta que és el Ground Zero de la gentrificació a la capital hongaresa.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHlcRAY_cnauYM1cmdeSDMtp2Bu7F0HlcLMmEuxwITyHlivs2ELvHXX_ju2jCZuM0fDiwlAElLANY3W2M5BsdJlTq6cOiO7PVF_1DPyRPXdA_r8il5o1SZ0GYpBCKgHylWBnt1MiokYx4/s1600/Paty_Joszefvaros.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHlcRAY_cnauYM1cmdeSDMtp2Bu7F0HlcLMmEuxwITyHlivs2ELvHXX_ju2jCZuM0fDiwlAElLANY3W2M5BsdJlTq6cOiO7PVF_1DPyRPXdA_r8il5o1SZ0GYpBCKgHylWBnt1MiokYx4/s320/Paty_Joszefvaros.jpg" width="320" /></a>La gentrificació és un terme disputat, però bàsicament es refereix al procés pel qual un barri socialment marginat, però ben ubicat (prop del centre, d’un riu, del mar…), passa per “millores”, pel que fa tant a l’habitatge com a la classe social de la gent que hi viu. En resum, es rehabiliten les cases —o se les enderroca per construir-ne de noves— i s’hi instauren noves botigues, restaurants i bars fashion; tot amb preus alts. El fet que això no li interessi gaire a la gent de sempre del barri no és un problema, perquè a la majoria d’aquesta se la farà fora: amb la pressió econòmica, jurídica i/o directament la violència policial.<br />
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<h4>
Gentrificació des de dalt a Budapest</h4>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtV1y64pY6nQRVXBQaSqYn7tt-_3uQp3LdIOsP3urRjfvADiyDyoaeYXiM9aBTYnDmIw4WAEWWKfssrAGbhuynD9d6tVp7UL2bXGLUcyY3TRZQBfh_aRH1ur3dDshmUdZJ_ytVUdW_FBw/s1600/Intercontinental.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="95" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtV1y64pY6nQRVXBQaSqYn7tt-_3uQp3LdIOsP3urRjfvADiyDyoaeYXiM9aBTYnDmIw4WAEWWKfssrAGbhuynD9d6tVp7UL2bXGLUcyY3TRZQBfh_aRH1ur3dDshmUdZJ_ytVUdW_FBw/s400/Intercontinental.jpg" width="400" /></a></div>
Això passa a moltes parts del món, sovint com un procés espontani i gradual. Als districtes més pobres de Budapest, però, és una estratègia política conscient. Csaba Jelinek dóna una visió excel·lent de tot aquest procés, en la seva tesi de Master: “<a href="http://www.etd.ceu.hu/2011/jelinek_csaba.pdf" target="_blank">State-led gentrification and relocation in Budapest: vacating a house in Ferencváros [PDF]</a>” (Budapest, 2011). Explica com l’administració del districte de Ferencváros ha intervingut per gentrificar els barris més marginals, expulsant-ne la gent pobre i sobretot la gent roma/gitana. Al fer-ho, ha destrossat les comunitats que existien en aquestes zones des de fa molt de temps, tot i que també és cert que, inconscientment, les polítiques neoliberals ja havien desestructurat moltes de les comunitats en qüestió. El poder municipal a Budapest està molt descentralitzat als districtes; aquests fins i tot tenen la capacitat de recollir impostos. Suposo que la gentrificació augmenta la base fiscal del districte, a la vegada que redueix la demanda de serveis socials per part de la gent pobre.<br />
<br />
Csaba explica de pas alguns fets molt interessants sobre la política urbana sota el règim “comunista” (és a dir, capitalisme d’estat) d’abans de 1989: “Als anys 70, l’estat-partit va intentar demolir tant els ‘barris marginals’, amb pisos de mala qualitat, com els anomenats ‘assentaments de gitanos’ segregats, que estaven ubicats als afores de les ciutats i pobles.” Les primeres propostes de gentrificació a Budapest daten de la mateixa època, amb l’objectiu explícit de “renovació social” i d’introduir un veïnat amb un nivell econòmic més alt. En general, però, l’estat va invertir molt poc als barris marginals de la capital. L’any 1989, al final del règim “comunista”, el 90% dels pisos a Ferencváros eren de propietat estatal; i a la part central del districte, el 61% dels pisos no tenien bany.<br />
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Tot plegat, Csaba dóna bastants indicis que els canvis de règim a Hongria són punts d’inflexió dins una continuïtat, més que punts de ruptura real.<br />
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<h4>
L’amenaça a la identitat hongaresa</h4>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh20zw5oqwesqOu3XUBa7mVMKgFWKu-d79xKexfiI29EqJzJP2feX1mOujmSVP-ZRIZKoqrxfU08I11k_ccQdnfAwbtki4AFmhiaM4sWncHN78jcK7sgHnCUJIWRfuG76mR-tSC9xxIUT0/s1600/Vodafone.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh20zw5oqwesqOu3XUBa7mVMKgFWKu-d79xKexfiI29EqJzJP2feX1mOujmSVP-ZRIZKoqrxfU08I11k_ccQdnfAwbtki4AFmhiaM4sWncHN78jcK7sgHnCUJIWRfuG76mR-tSC9xxIUT0/s320/Vodafone.jpg" width="263" /></a>Qui viu en aquests nous pisos amb la gentrificació? En part, s’hi trasllada gent hongaresa de classe mitjana, a la que les autoritats intenten deliberadament atreure a aquests barris des de fora de la ciutat. Però molts dels nous habitants són de més lluny; no gent refugiada, sinó estudiants de les universitats internacionals privades, i empleats de les moltes empreses multinacionals que han establert seus a Budapest… atraigudes pels preus i sous més baixos. La llista d’empreses estrangeres a Budapest és com la de la borsa; des d’Exxon i ThyssenKrupp, PricewaterhouseCoopers i Morgan Stanley, fins a Vodafone i Samsung. (I als carrers comercials trobes McDonalds, Starbucks, Kentucky Fried Chicken, Costa Café, LIDL, Spar…). Moltes d’aquestes empreses treballen internament directament en anglès; anuncien vacants on no cal saber res d’hongarès.<br />
<br />
El resultat és que a Budapest —entre els estudiants de la universitat privada i els empleats de les multinacionals— ha una important població rica que sap poc o res de la llengua local. A aquests no se’ls diu immigrants (ni molt menys s’ha de criticar la seva falta d’integració). No, un immigrant d’un país ric que viu en un país més pobre s’anomena “expatriat”. Els bars i restaurants, les botigues, perruqueries, etc. de Budapest han de parlar anglès si els volen com a clients. Això explica la sorpresa quan dius “bon dia” o “gràcies” en hongarès; no és normal que la gent estrangera ho sàpiga.<br />
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L’hongarès no forma part de la gran família lingüística indo-europea, la que abasta des de les llengües llatines i alemanyes fins al punjabi o el persa. Pertany a una família totalment distinta, la uraliana, juntament amb el finès i altres llengües molt minoritàries. No és impossible d’aprendre, però sí bastant complicat.<br />
<br />
Res d’això, però, justifica una situació que conté certs elements de diglòssia, on en alguns àmbits la llengua hongaresa es troba en una situació de inferioritat respecte a l’anglès. I cal insistir que això no es deu a la gent refugiada, sinó als efectes de la globalització neoliberal; un procés activament promogut pel partit governant. El mateix govern al que tant estalinistes com feixistes alaben per la seva “defensa de la identitat hongaresa”.<br />
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<h4>
Immigració vietnamita</h4>
Hi ha molt poca immigració a Hongria, potser un 2% de la població, i una part important d’aquest 2% són persones ètnicament o lingüística hongareses, provinents de les zones hongarès parlants d’estats veïns. Una altra part són d’altres nacionalitats de l’est d’Europa i bastant invisibles. Els dos grups d’immigrants més reconeixibles són la gent xinesa (unes 10 mil persones) i la vietnamita (unes 5 mil).<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-VFsgVzKQ7ZTZlnGEhpbCKLUbJb-Yx18LV61XaY0pZeSIU7hyUp6Gr3U8lqB7LfuEVEyJZkuux9oiUGwlCXqsRlonYQB5SBmQqayWAtwbNV2q00RU87qzf8luNeqMu6WYstAjy4jGjkQ/s1600/Mercat_Sapa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-VFsgVzKQ7ZTZlnGEhpbCKLUbJb-Yx18LV61XaY0pZeSIU7hyUp6Gr3U8lqB7LfuEVEyJZkuux9oiUGwlCXqsRlonYQB5SBmQqayWAtwbNV2q00RU87qzf8luNeqMu6WYstAjy4jGjkQ/s400/Mercat_Sapa.jpg" width="400" /></a></div>
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Aquí faig un apart per explicar una experiència a Praga. A uns 20km al sud de la ciutat, bastant més enllà d’on arriba el Metro, hi ha un gran mercat vietnamita. És un enorme polígon industrial, ple de massives naus que alberguen parada rere parada de roba, joguines, bosses, per la venda al major o al detall. Camions i furgonetes de tota mida entren i surten del polígon, sense parar. Aquí i allà, trobes parades de menjar vietnamita. Homes prims van d’aquí a allà en bicis entre les parades, portant de manera precària mercaderies, fiambreres —amb sopes, fideus, arròs … qui ho sap?— per al dinar dels i de les comerciants… Aquí, podries pensar que ets al Vietnam.</div>
<br />
Potser s’imaginaria que la gent vietnamita “no s’integra” a Hongria. De fet, en comparació amb els executius de les multinacionals i els estudiants de les universitats privades, la gent vietnamita sí que “s’integra”, i molt. Els seus filles i filles assisteixen a les escoles públiques en hongarès i no a escoles privades internacionals. Un <a href="http://www.psychology.org.au/ext/iaccp2010/Thursday-8-July/2/1100/Gyori-J.pdf" target="_blank">estudi de 2009 [PDF]</a> va demostrar que el 40% de la població d’origen vietnamita sabia l’hongarès, i gairebé tota la resta el volia aprendre; només el 5% no mostrava cap interès.<br />
<br />
De nou, la gent treballadora (sumant-hi aquí la gent que es dedica al petit comerç) immigrada s’integra perquè treballa colze a colze amb la resta de la població. La minoria privilegiada viu en el seu món apart, on la gent local els ha d’atendre en anglès… mentre la gent “expatriada” fa pujar els preus de l’habitatge, i fa fora la població pobre i treballadora, sigui aquesta autòctona o immigrada.<br />
<br />
<h4>
Alguns reptes per a l’esquerra i els moviments</h4>
Un gran repte és el racisme i el feixisme. <a href="http://www.dreamdeferred.org.uk/2016/08/hungarys-far-right-government-launches-racist-referendum-on-refugees/" target="_blank">Aquí</a> s’explica que Fidesz prepara un referèndum sobre la gent refugiada; en efecte un plebiscit per justificar la seva posició racista. Pel moment, no sembla que hi hagi gaire resposta des dels moviments.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYbsROAzPRnWhDML4nvEnTSKV34kYKK-6zRwgyDgvWKT4Mxel-U5uLKks9yjSVqQLyUrN0a1POfFwyajADbFmH1KhosylguWdGP7o6qxquj-LvR7yvexJ-yPg1J3E2FcaQOzO9B5WDnyI/s1600/protesta17-11-14.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="220" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYbsROAzPRnWhDML4nvEnTSKV34kYKK-6zRwgyDgvWKT4Mxel-U5uLKks9yjSVqQLyUrN0a1POfFwyajADbFmH1KhosylguWdGP7o6qxquj-LvR7yvexJ-yPg1J3E2FcaQOzO9B5WDnyI/s320/protesta17-11-14.jpg" width="320" /></a></div>
Sí que hi ha hagut, al llarg dels últims anys, mobilitzacions importants a Budapest. A finals de 2012-principis de 2013, es va desenvolupar un fort moviment estudiantil, com es pot esbrinar d’<a href="http://www.criticatac.ro/lefteast/this-generation-has-a-flash-of-realization-in-the-middle-of-a-crisis-a-discussion-on-the-student-demonstrations-in-hungary/" target="_blank">aquesta conversa</a> (en traducció anglesa) entre activistes. També es van realitzar <a href="http://www.economist.com/news/europe/21633856-more-anti-government-protests-little-change-prime-minister-opposing-orban" target="_blank">importants protestes</a> contra la corrupció i la centralització del poder el novembre de 2014 (vegeu foto).<br />
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Vam conèixer un parell de locals alternatius, d’inclinació bastant autònoma; <a href="http://golyapresszo.hu/?lang=en_us" target="_blank">Golya</a> i <a href="http://auroraonline.hu/" target="_blank">Aurora</a>. Aquests dies participen activament en la <a href="http://budapest.degrowth.org/?page_id=1045" target="_blank">setmana pel decreixement</a>, la internacional “Degrowth Week”, que se celebra a Budapest (fa uns anys es va celebrar una edició anterior a Barcelona). Sense voler restar importància al tema, he de confessar que tinc grans dubtes respecte a si la prioritat en una ciutat, un país, que pateix enorme pobresa i desigualtat, així com una greu amenaça per part de l’extrema dreta, hauria de ser debatre al voltant del decreixement.<br />
<br />
La capital hongaresa és un èxit de turisme —de curta i llarga durada— però qui es beneficia es el capital, tant l’hongarès com l’estranger. La majoria pobre de Budapest no en treu res; fins i tot se’l fa fora, per no fer malbé el conte d’èxit. Una part important de la població de Budapest, i encara més del conjunt d’Hongria, deu sentir-se exclosa i marginada.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFvBRWHVE_hbM_5c8pmHR4NapNaEH_AvC0GLpvpTFMNfKcnNAqJxw_BWzH1Jeqg8SSwVwFHHTbFBc-ft5ogJU7qu_uCmaBr8im6o6jUyPcXqCpzKJqB4S0HMlrTVC2G7LZqjOW01fCOEk/s1600/Mercat+Budapest.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="148" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFvBRWHVE_hbM_5c8pmHR4NapNaEH_AvC0GLpvpTFMNfKcnNAqJxw_BWzH1Jeqg8SSwVwFHHTbFBc-ft5ogJU7qu_uCmaBr8im6o6jUyPcXqCpzKJqB4S0HMlrTVC2G7LZqjOW01fCOEk/s320/Mercat+Budapest.jpg" width="320" /></a>Si l’esquerra i els moviments socials no els ofereixen cap solució, al menys una part de la gent se sentirà atraiguda per les falses solucions de l’extrema dreta. Ja hem vist que Fidesz no ofereix res, ni en els termes que ells plantegen com “defensa de la identitat hongaresa”, ni molt menys en qüestions més concretes i vitals. Si Jobbik aconsegueix poder polític, tampoc portarà res de bo per a la majoria social.<br />
<br />
El repte és molt gran. I a Barcelona, també. Els problemes de l’exclusió social, de la desigualtat, de la gentrificació… també són molt reals aquí (si bé, pel moment, hem <a href="http://davidkarvala.blogspot.com/2015/06/las-elecciones-municipales-una-victoria.html">debilitat l’extrema dreta</a>). Hem de trobar, urgentment, la manera de connectar amb la gent que “l’èxit” de Barcelona ha deixat enrere; i no només amb algun acte populista i uns vots puntuals, sinó en termes de contactes orgànics i sostinguts. Las PAHs locals mostren part del camí; també ho fan de manera més modesta els grups locals d’UCFR, on mantenen una feina continuada més enllà de les èpoques electorals.<br />
<br />
Però queda molt per fer. No hi ha res com viatjar per aprendre, sobre llocs llunyans i també sobre la pròpia casa.</div>
David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-75809251303319519372016-06-26T12:23:00.000+02:002016-06-29T20:00:04.468+02:00Brexit: más allá de los titulares, un voto de clase<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Ha llegado el resultado del referéndum británico. Contra las expectativas ha ganado la salida de la Unión Europea (“Leave”, or Brexit) con el 51,9%, o 17.410.742 votos. La permanencia (“Remain”) se queda con el 48,1%, 16.141.241 votos. ¿Qué significa este voto? ¿Cómo debería reaccionar la izquierda?<br />
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<i>[Notas: 1. Brexit es el acrónimo de salida británica (“British exit”), como lo fue “Grexit” de una salida griega. Lexit significa una salida de izquierdas (“Left exit”). 2. Estos son apuntes bastante rápidos (aunque al final extensos), ante los debates y retos actuales. Por falta de tiempo, no han pasado por la corrección lingüística habitual. Si hay algo que no se entiende, deja una nota al final y lo miraré.]</i><br />
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<h4>
La UE es lo que es</h4>
Muchas tertulias sobre el referéndum ignoran lo que debería ser la cuestión central. ¿Qué representa la UE? No es una entidad que promueve la democracia, los derechos humanos, la justicia social… Es, como argumentó Sotiris Kontogiannis en <a href="http://enlucha.org/diari/un-bastion-de-las-politicas-neoliberales/">este artículo</a> de 2014, “Un bastión de las políticas neoliberales”. ¿Alguien se acuerda de lo que hizo —y aún hace— la UE al pueblo griego? Y la UE también es una entidad cada vez más militarista y relacionada con la OTAN.<br />
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<a name='more'></a><br />
Además, hoy en día debemos tener muy presente la Fortaleza europa. La de 30.000 muertos en la fosa común en la que la UE ha convertido el Mediterráneo. (Sobre este aspecto, ver <a href="http://stopmaremortum.org/">http://stopmaremortum.org</a>). La de las vallas, como en Ceuta y Melilla. La de los campos de la miseria, desde Idomeni (desmontado por la policía griega, enviada por el gobierno de Syriza para aplicar fielmente las políticas europeas) hasta Calais. Ambos campos han sido atacados por nazis, que actúan con impunidad dentro de la UE (la de verdad; en la versión Disney que algunos nos intentan vender, no existirían, por supuesto).<br />
<br />
Todo esto explica por qué el Partido Conservador y el Partido Laborista británicos defendieron el Remain (como también lo hicieron el Partido Nacionalista Escocés; Plaid Cymru, nacionalista galés; los Liberal Demócratas; el Partido Verde; Sinn Fein…) Esto explica por qué la gran patronal, tanto la británica como la europea, defendió la permanencia. Hasta Obama pidió el voto por Remain.<br />
<br />
Debemos recordar que la realidad de la UE llevó a hasta medio millón de personas a manifestarse en Barcelona “contra la Europa del capital” en marzo de 2002, ante una cumbre europea, y otra gran manifestación en Sevilla contra la cumbre en esa ciudad en junio de 2002. Ante el trato inhumano de la UE hacia la gente refugiada ha habido dos grandes manifestaciones en Barcelona este año, la del 19 de marzo y la del 19 de junio.<br />
<br />
Hay motivos de sobra para oponerse a la UE y para pedir la salida.<br />
<br />
<h4>
Las campañas racistas en GB</h4>
Sin embargo, la campaña oficial no ha girado alrededor de estos temas, sino que en gran parte se ha centrado en la inmigración. Las caras más visibles del Brexit fueron las de Boris Johnson, un populista de la derecha del partido conservador, y Nigel Farrage, líder del partido de la derecha xenófoba, UKIP. Jugaron la carta del nacionalismo británico y de racismo abierto contra la gente inmigrada, “amenazando” con la posible llegada de gente refugiada. Hay que condenar este racismo, por supuesto.<br />
<br />
Una parte de la izquierda fue más lejos y se negó a pedir el Brexit debido al racismo de estos sectores. Pero el problema no es nada nuevo. Cuando nos manifestamos contra la Europa del capital en Barcelona, gran parte de la extrema derecha europea ya declaraba su oposición a la UE. Hace años que los partidos establecidos, y de manera especial la izquierda institucional, se esfuerzan para confundir las críticas anticapitalistas e internacionalistas hacia la UE de la izquierda radical con la oposición nacionalista y racista expresada por la extrema derecha; intentan meterlo todo en un saco que etiquetan “euroescepticismo”.<br />
<br />
En realidad son dos posiciones totalmente opuestas. La extrema derecha se opone a la UE porque quiere limitar la inmigración y cerrar aún más las fronteras. La izquierda anticapitalista se opone a las políticas racistas y mortíferas de la UE contra las personas que quieren llegar a Europa; quiere abrir las fronteras. No es difícil ver la diferencia.<br />
<br />
Además, Gran Bretaña es el país europeo donde se <a href="http://uaf.org.uk/">lucha contra la extrema derecha racista y fascista</a> con más éxito, y de manera más consistente. La propia campaña de izquierdas por la salida, <a href="http://www.leftleave.org/">Lexit</a>, siempre insiste en su oposición al racismo. De hecho, las fuerzas de izquierdas que forman Lexit incluyen a los sectores (notablemente el <a href="http://swp.org.uk/">SWP</a>, grupo hermano de En lucha) que más han trabajado para impulsar el movimiento unitario contra el fascismo y el racismo.<br />
<br />
Finalmente, el racismo no ha provenido sólo de la campaña por el Brexit. El gobierno de David Cameron hace años que fomenta el racismo, tanto en la UE como en la propia política del Estado británico. Últimamente, han <a href="http://www.tercerainformacion.es/antigua/spip.php?article100241">reducido el acceso</a> a las prestaciones sociales para la ciudadanía europea residente en GB. La campaña oficial de Remain se ha esforzado en argumentar que se podrían limitar la inmigración y los derechos de las personas europeas, aun estando dentro de la UE. Hacia el final de la campaña, incluso el partido laborista se sumó a estos argumentos.<br />
<br />
La campaña del referéndum ha tenido un fuerte contenido racista, en ambos lados. La lucha contra el racismo y contra la extrema derecha tendrá que continuar. Pero no se puede argumentar que el voto por Leave es automáticamente racista, frente a un voto antirracista por Remain.<br />
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<h4>
Un voto de la clase trabajadora</h4>
El factor clave en el voto por la salida de la UE fue el de clase social. Un <a href="http://www.theguardian.com/politics/ng-interactive/2016/jun/23/eu-referendum-live-results-and-analysis">gráfico</a> publicado por <i>The Guardian</i> (periódico progre-liberal muy a favor de la permanencia) revela claramente la correlación entre indicadores de “clase baja” y el voto por Brexit en cada municipio. Factores como: bajo porcentaje de educación universitaria; alto porcentaje de personas sin cualificaciones formales; bajo porcentaje de personas en las categorías sociológicas de “clase alta” o “clase media”; y en menor grado bajos ingresos anuales per cápita; todos estos iban asociados con un alto voto por la salida.<br />
<br />
La diputada laborista de izquierdas y antirracista, Diane Abbott —una mujer negra, hija de inmigrantes— escribió en <i>The Guardian </i>un artículo sobre el resultado bajo el título: “<a href="https://www.theguardian.com/commentisfree/2016/jun/24/brexit-dispossessed-jeremy-corbyn-diane-abbott-new-left">Los desposeídos votaron por Brexit. Jeremy Corbyn ofrece un cambio real</a>”:<br />
<br />
“Durante décadas, ha habido una inquietud entre la mayoría de los británicos, una sensación de que nuestro sistema económico está diseñado para el beneficio de los pocos sobre los muchos. Y en el referéndum sobre la adhesión de Gran Bretaña a la Unión Europea, los muchos — y algunos de los pocos — votaron a favor de Brexit para intentar cambiar eso.”<br />
<br />
Más directamente, <a href="http://www.bbc.com/news/uk-politics-eu-referendum-36606245">Abbott dijo</a> que el voto no era un rechazo a la inmigración, sino "un rugido de desafío contra la élite de Westminster".<br />
<br />
<i>El Periódico</i> <a href="http://www.elperiodico.com/es/noticias/internacional/brexit-farage-ukip-argumento-error-5226906">informó</a> sobre otro detalle muy revelador: “Durante la campaña, los partidarios de la salida de la Unión Europea repitieron que si el Reino Unido dejaba la UE proporcionaría 350 millones de libras (440 millones de euros) a la semana al Servicio Nacional de Salud (NHS). Esta es la cantidad que el Reino Unido destina cada semana a Bruselas.” Es claramente un argumento social, nada racista. Sin embargo, “Apenas unas horas después de conocerse el resultado del referendo sobre el brexit, el líder del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), Nigel Farage, ha asegurado que [esta afirmación] fue un ‘error’ y que nunca debería haberse usado esa idea.” Hay una larga historia de dirigentes de extrema derecha utilizando promesas sociales —que luego incumplen— para captar apoyo. Esto no significa que las personas que quieren mejoras sociales sean racistas, ni mucho menos fascistas. La pregunta que hay que plantear es, ¿por qué la izquierda no sabía expresar o responder a estas demandas de justicia social?<br />
<br />
<h4>
El fracaso de la izquierda</h4>
Un indicio más cerca de casa lo tenemos en el <a href="http://www.elcritic.cat/blogs/sergipicazo/2016/06/22/lesquerra-te-un-problema-els-pobres-no-voten/">excelente artículo</a> de Sergi Picazo, “L’esquerra té un problema: ‘Els pobres no voten’” (La izquierda tiene un problema: ‘Los pobres no votan’). Como explica, el problema no es la gente pobre, sino la propia izquierda: “Que mal lo ha hecho la izquierda para que tantas [personas trabajadoras] de este país, a pesar de la crisis, los recortes, el incumplimiento de las promesas electorales, el paro al 25%, los desahucios, las puertas giratorias en el Ibex35, la indignación del 15-M, puedan pensar que no vale la pena votar este domingo.” La reacción de gran parte de la izquierda al referéndum, primero al apoyar el “Remain”, y luego al tratar al 52% de la población —como hemos visto, de manera desproporcionada la gente más pobre y de clase trabajadora— como escoria racista debido a su voto, sólo confirma esta desconexión entre esa izquierda y la gente trabajadora real.<br />
<br />
Es cierto que los fascistas utilizan el argumento de la lejanía de la izquierda de las personas trabajadoras como pretexto para que buscar apoyo. Lo hace sobre todo la extrema derecha más novedosa, desde Casa Pound en Italia hasta el Hogar Social en Madrid (y también lo hacía Casal Tramuntana en Barcelona pero <a href="https://directa.cat/actualitat/casal-tramuntana-anuncia-seu-tancament">tuvo que cerrar</a> ante la presión de la fuerte campaña vecinal organizada en el marco de UCFR). Sin embargo esta utilización de lo social no es nueva: proviene de las <a href="https://redunitaria.wordpress.com/materiales/primero-los-de-casa/">tropas de asalto</a> de los nazis, hace más de 80 años. En todo caso, las manipulaciones y maniobras ultras no quitan el problema de fondo.<br />
<br />
Hay dos grave errores típicos de la izquierda ante esta desconexión con la gente trabajadora, y ambos se han visto en el referéndum. El primero es lo que se ha explicado, el de tratar a la gente trabajadora como a personas atrasadas a las que hay que aleccionar desde arriba, en vez de escuchar lo que realmente dicen y piensan. Con el segundo error, también se trata a la gente trabajadora como a personas atrasadas, y tampoco se les escucha realmente, pero esta vez se opta por “darles lo que (se supone que) quieren”, recurriendo a argumentos racistas, para no perder su apoyo.<br />
<br />
El antiguo dirigente laborista, Ed Balls, intentó frenar el crecimiento del voto por el Brexit <a href="http://www.mirror.co.uk/news/uk-news/unlike-euro-2016-eu-referendum-8182469">escribiendo</a> en el <i>Daily Mirror</i>, un periódico de masas pro laborista que: “un límite se ha fijado sobre las prestaciones sociales pagadas a trabajadores migrantes [pero] no creo que puede ser el final de la historia. Tenemos que presionar Europa para restaurar fronteras de verdad, y poner nuevos controles sobre la migración económica.” Al día siguiente, un columnista de <i>The Guardian</i> (recordemos, “progre liberal”) se sumó al carro, <a href="https://www.theguardian.com/commentisfree/2016/jun/14/brexit-labour-migration-controls">exigiendo medidas para frenar la inmigración</a>.<br />
<br />
Estas visiones son muy unidimensionales: el mundo real es más complejo.<br />
<br />
Primero, en términos de las ideas de la gente. Éstas suelen contradictorias, combinando factores opuestos. La tarea de la izquierda no es ni dar la espalda a la gente trabajadora, ni ceder ante las ideas racistas (sexistas, homófobas, etc) que existen dentro de la clase trabajadora, sino relacionarse con las ideas progresistas que también están allá, y fortalecer éstas, desde dentro, desde el tú a tú. [El marxista revolucionario italiano Gramsci lo explicó esto muy bien; hago una resumen muy breve de su visión <a href="http://davidkarvala.blogspot.com/2002/03/marxismo-para-anticapitalistas.html">aquí</a> (en la sección 8. ¿Cómo cambian las ideas?), y un análisis mucho más extenso <a href="http://davidkarvala.blogspot.com/1997/04/el-marxismo-la-ciencia-y-la-verdad.html">aquí</a> (en la sección El buen sentido de Gramsci).]<br />
<br />
Segundo, que no es verdad que la clase trabajadora británica o europea la componen sólo, o principalmente, hombres blancos. La parte de la izquierda que cede al racismo “para conectar con los trabajadores” no adopta en absoluto un criterio de clase.<br />
<br />
Concretamente, en el caso del referéndum, hubo municipios de mayoría trabajadora no blanca, donde también hubo un voto muy importante por el Brexit. El municipio de Slough, que tiene el 40% de la población nacido fuera del Reino Unido y una población británica negra muy importante, votó por Brexit. Mientras, como explicó <a href="https://socialistworker.co.uk/art/42964/After+EU+vote+and+Cameron+goes%3A+unite+to+shape+revolt+against+establishment">Socialist Worker</a>, “En Newham el 47% de la gente votó Leave. Este municipio del este de Londres es uno de los municipios más pobres y más multiculturales de Londres, con sólo el 17% de la población que se define de ‘Británico blanco’.” Queda evidente que, matemáticamente, la mayoría del voto por el Brexit en Newham provino de gente que no responde a la idea del “trabajador blanco racista”.<br />
<br />
Es evidente que hubo un elemento racista dentro del voto por Brexit y es un problema. Pero una de las causas es la debilidad y la confusión en la izquierda. De haber habido una campaña mucho más visible por la salida de izquierdas, todos los indicios demuestran que había mucho potencial en los barrios populares para conectar con gente en base a críticas de izquierdas hacia la UE, debilitando así a los racistas. Hay que dar crédito a los sectores de la izquierda que hicieron este esfuerzo, y a las muchas personas trabajadoras que votaron contra la UE por buenos motivos.<br />
<br />
[Si alguien duda de esto, sólo hay que escuchar los comentarios sobre el resultado recogidos por TV3 en un barrio obrero de Londres. Uno dijo: "Aquí hay un agujero vacío, políticamente, hay una sociedad dividida, lo hemos sabido desde hace años, una división definitiva: es financiera, no racial ni religiosa." Otro dijo de los que mandan que "Viven en el siglo pasado y piensan que somos estúpidos, ingenuos e ignorantes, y no lo somos. Los trabajadores ya estamos hartos y creo que si esto continua, habrá una revuelta en este país, llegará una revolución si esto no para." <a href="http://www.ccma.cat/tv3/alacarta/telenoticies-migdia/telenoticies-cap-de-setmana-migdia-25062016/video/5608450/">Telenotícies cap de setmana migdia</a> - 25/06/2016.]<br />
<br />
A partir de aquí, debe haber una reflexión en la izquierda, tanto la de Gran Bretaña como de fuera (porque el problema no se limita a ese país), acerca de cómo conectar mejor el mensaje anticapitalista con la gente que sufre en carne y hueso los efectos del capitalismo brutal. También hará falta una lucha muy fuerte contra el racismo y el fascismo.<br />
<br />
El resultado del referéndum ha creado una crisis política, que conlleva peligros pero también abre muchas oportunidades para la izquierda si sabe responder.<br />
<br />
<h4>
Punto específico: defender el derecho de residencia</h4>
Un sector que se siente directamente afectado por la decisión es la gente que vive en GB con pasaporte europeo, o en el resto de la UE con pasaporte británico. Muchas de estas personas están preocupadas por su futuro. La izquierda y los movimientos sociales de Europa deberían exigir a los diferentes estados un compromiso de respetar incondicionalmente los derechos de estas personas. Huelga decir que no debemos olvidar la situación de la gente refugiada, y hay que seguir exigiendo soluciones en este tema, pero ahora mismo una buena iniciativa ante la situación creada por el referéndum sería un paso adelante.<br />
<br />
Los movimientos sociales y la izquierda en GB tendrían así la oportunidad de demostrar que la mayoría por el Brexit no se basa en el racismo, y que no existe, ni de lejos, un 52% de la población británica que quiera echar a sus vecinos y vecinas procedentes de la UE. Lo mismo se aplicaría a los movimientos en el resto de la UE, respecto a la ciudadanía británica en sus países. Y si somos capaces de impulsar una iniciativa de este tipo, demostremos otra cosa importante. Que el internacionalismo no depende de las estructuras estatales o superestatales capitalistas, sino que puede y debe construirse desde abajo, sin importar las fronteras o los pactos entre las clases dirigentes.<br />
<br />
<h4>
Repercusiones internacionales</h4>
La enorme atención que ha captado la votación británica, incluso en plena campaña electoral en el Estado español, confirma su importancia. Puede haber repercusiones mucho más allá de la salida de GB de la UE (y esto tampoco es poca cosa).<br />
<br />
En Escocia el 62% votó por “Remain”. El gobierno escocés ya ha planteado un nuevo referéndum sobre la independencia, con el objetivo de quedarse en la UE. En tal caso, el rechazo hacia la UE sería una cuestión secundaria frente a la oportunidad de romper lo que ha sido una de las potencias imperialistas más importantes —y más mortíferas— de los últimos siglos. También hay tensiones en el mismo sentido en el norte de Irlanda, que apoyó el Remain con un 56%; el deseo de mantener relaciones fluidas con el sud de la isla pesó mucho.<br />
<br />
Y evidentemente hay que hacer una lectura respecto a Catalunya.<br />
<br />
Primero, como ocurrió con el referéndum escocés, el gobierno británico al menos permitió (o fue obligado a permitir) que la ciudadanía votase. Esto contrasta totalmente con la situación en el Estado español. Rajoy <a href="http://www.europapress.es/nacional/noticia-rajoy-contra-referendums-gente-tome-decisiones-dificiles-20160624110211.html">expresó su oposición</a> a los referéndums porque trasladan a la ciudadanía "decisiones difíciles" que deberían ser tomadas por “los gobernantes”. Pedro Sánchez dijo <a href="https://www.diagonalperiodico.net/global/30772-brexit-declaraciones-rajoy-sanchez-iglesias-rivera.html">casi lo mismo</a>: "esto es lo que ocurre con las consultas que vienen a trasladar a la ciudadanía los problemas que deben ser resueltos por los políticos". Finalmente, Albert Rivera <a href="https://twitter.com/CiudadanosCs/status/746298969274318848">declaró</a> que "El Sr.Cameron y los conservadores británicos han cometido una irresponsabilidad convocando este referéndum". Son muy conscientes del peligro de permitir votaciones democráticas. Felipe González, más explícito, tomó un descanso de su campaña en defensa de los presos políticos (venezolanos, no bascos) para tildar a Cameron de “irresponsable” por haber convocado el referéndum, y declaró que “necesitamos gobernar con un proyecto para España, no un proyecto que cuestiona su unidad y pluralidad.” En todo caso, queda en evidencia el escaso respeto hacia la democracia de los dirigentes supuestamente democráticos.<br />
<br />
Segundo, el margen de victoria de Brexit fue de 1,3 millones, pero en términos de porcentaje el resultado suena más apretado; del 51,9% contra el 48,1%. Sin embargo, no hay noticias de ningún intento serio para impugnar el resultado como insuficientemente claro. En cambio, para un referéndum en Catalunya, se han <a href="http://www.lavanguardia.com/politica/20140623/54410306585/junqueras-rechaza-si-independencia-deba-requerir-mas-51-votos.html">barajado condiciones</a> como, por ejemplo, un mínimo del 55% a favor de la independencia para que la decisión tenga efecto. (Sorprendentemente, o no, no se plantea la misma condición para que una decisión de permanecer dentro del Estado español sea efectiva.)<br />
<br />
Tercero, uno de los tópicos ante el derecho a decidir del pueblo catalán es que cualquier votación debería incluir a toda la ciudadanía del Estado español, no sólo la de Catalunya, porque “<a href="http://www.elmundo.es/espana/2015/11/09/5640488446163f97328b45e0.html">la soberanía reside en el conjunto de la nación</a>”. Nadie sensato ha sugerido que en el referéndum británico debiera votar toda la ciudadanía europea. Es una muestra más de que, no obstante todas las apelaciones al mundo global y el internacionalismo —y en la UE a la integración europea— la política y el poder real sigue girando alrededor de los Estados nación. No se quiere reconocer a una nación sin Estado como Catalunya como sujeto soberano. Esto es normal en las altas esferas; no debería serlo en la izquierda.<br />
<br />
Más allá de los debates políticos del Estado español, el Brexit puede plantear un precedente para otros Estados. La “gran amenaza” de la Troika al gobierno de Syriza fue que, si no se aceptasen los recortes, Grecia podría quedarse fuera de la UE. Evidentemente, surtió efecto: Tsipras ignoró el referéndum que él mismo había convocado, con su gran voto contra la austeridad, y aplicó los recortes igual. Pero si Gran Bretaña consigue salir de la UE en condiciones más o menos dignas, la amenaza será menos efectiva. (Esto a su vez, pone la pelota en el tejado de las fuerzas progresistas británicas, para conseguir que la salida se haga de una manera que beneficie, en vez de perjudicar, a la mayoría de la población; es decir, la gente trabajadora.)<br />
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<h4>
Conclusiones</h4>
La valoraciones del referéndum británico en las tertulias y las redes sociales sufren del cortoplacismo típico de esos ámbitos. En realidad, el significado del resultado aún no está escrito. ¿Cuál es el peso relativo del racismo y del rechazo a las élites en el voto por la salida? Esto sólo se verá en el curso de las luchas venideras.<br />
<br />
Esto, de nuevo, depende en parte del papel de la izquierda. Una izquierda convencida de que el 52% de la ciudadanía británica sigue la derecha xenófoba (mientras que el otro 48% sigue Cameron), no tendrá mucho que ofrecer. Tampoco, por supuesto, lo tendría una izquierda que ignorase el problema del racismo. Pero una izquierda capaz de ver las contradicciones de la situación, e identificar el fuerte elemento de rechazo al sistema implícito en el voto (el “rugido de desafío contra la élite” como dijo Abbott) sí podrá jugar un papel importante. En este sentido, es muy positivo la concentración convocada el mismo día después del referéndum, por la <a href="https://www.facebook.com/www.lexit.org.uk">campaña del Lexit</a>, exigiendo la dimisión del gobierno y nuevas elecciones, rechazando la austeridad y apoyando los derechos de la gente migrante. Esta convocatoria explícitamente buscó unir a las fuerzas de toda la izquierda ante los nuevos retos, fuese lo que fuese su posición en el referéndum.<br />
<br />
Lo mismo se aplica al resto de Europa; la izquierda debe buscar la manera superar sus divisiones, al menos en las luchas concretas, y conectar con la gente trabajadora. En esto, inevitablemente habrá debates importantes, y no hay que huir de ellos. Las personas que defendemos el socialismo desde abajo, la democracia de base, el internacionalismo de verdad —que incluye el derecho a decidir sobre la independencia—, que nos oponemos a toda forma de opresión, que nos oponemos a los controles de inmigración como intrínsecamente racistas… tendremos que luchar por nuestras ideas, dentro de la izquierda y dentro de los movimientos.<br />
<br />
En resumen, tras el referéndum, hace falta más solidaridad internacional, no menos. Más coordinación internacional, no menos, pero no entre los Estados de la UE, sino entre personas y movimientos, más allá de las fronteras de los Estados o de la UE. Las protestas antirracistas coordinadas en Barcelona, Madrid, Londres, Atenas, Beirut… el pasado 19 de marzo son un buen ejemplo de ello.<br />
<br />
Ahora debemos superar el choque y la sorpresa ante el referéndum. Otro mundo no ha dejado de ser posible, y a pesar de las complicaciones de la situación la decisión por el Brexit fue un pequeño paso hacia ese nuevo mundo, si sabemos responder correctamente.<br />
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David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-66308898459828248292016-05-16T10:56:00.003+02:002016-05-16T10:56:58.576+02:00 The left and the national question in Catalonia <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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Interview with Serbian socialists about the left and the national question in Catalonia. It was recorded soon after I had spoken at a meeting on this question at Marxismuss, in Berlin in May 2016.<br />
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<iframe frameborder="no" height="450" scrolling="no" src="https://w.soundcloud.com/player/?url=https%3A//api.soundcloud.com/tracks/264355124&auto_play=false&hide_related=false&show_comments=true&show_user=true&show_reposts=false&visual=true" width="100%"></iframe><br />
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David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-35142412199877335262016-05-03T14:28:00.000+02:002017-08-04T14:33:09.240+02:00Adéu Kevin, activista divina<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTHfbIyC4nb_NPQB-LCkx78WPLHhV71fyuxrAgIQEAGLeTU_APK7gtmTHKwZjvAm8cryIGw6xsmS9cXoRPXuavUZAbenWkmfN6Jo-0AtugPo4a3SXirILNxEugJ6Et_Cho6Tk_XXxDZQI/s1600/kev.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="350" data-original-width="451" height="248" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTHfbIyC4nb_NPQB-LCkx78WPLHhV71fyuxrAgIQEAGLeTU_APK7gtmTHKwZjvAm8cryIGw6xsmS9cXoRPXuavUZAbenWkmfN6Jo-0AtugPo4a3SXirILNxEugJ6Et_Cho6Tk_XXxDZQI/s320/kev.png" width="320" /></a></div>Fa uns dies ens va abandonar un bon amic. Una boja única que trencava motlles i que ara, al decidir deixar-nos, trenca molts cors.<br />
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Les imatges del seu funeral i sobretot de l’acte posterior —a la Casa de La Solidaritat, al cor del barri que havia fet seu, el Raval— són una mostra de les persones que l’estimaven: una barreja total. Senyors amb trajo, senyores amb vestit, senyors amb vestit i senyores amb trajo. Gent del barri de tota mena. Fans del seu personatge artístic, Pluton. Activistes contra la guerra. Boges a dojo i, fins i tot, una alcaldessa.<br />
<br />
A YouTube encara es poden veure diversos vídeoclips i actuacions de Pluton. Molta gent el coneix per aquestes actuacions, que són testimoni de les ganes que posava, l’energia que transmetia, que no es tallava per res. El fet que realment no cantava bé no importa. Si tens una veu forta i cantes de meravella, costa menys pujar a l’escenari i actuar. Saber entretenir la gent, animar-la, fer que se senti bé, quan tens la veu més limitada, això té molt més mèrit. No se m’acut ningú que pogués fer el que feia ell.<br />
<br />
Però això és només una part del que era el Sr. Kevin Cotter.<br />
<a name='more'></a><br />
Una part de la que sabia molt poc era la vida que havia deixat enrere, fa molts anys; la de contable o expert en finances o no sé què, en una multinacional voltor que seria millor no anomenar. Aquest passat sorprèn… però bé, com gairebé tot el del Kevin.<br />
<br />
La part que més coneixia (i tampoc el coneixia tant) era la d’activista polític. I aquí qui vegi els vídeos de Pluton podria imaginar que la política era una actuació més, però s’equivocaria.<br />
<br />
El Front d’Alliberament Gai de Catalunya (FAGC) va dir, l’endemà de la seva mort, que Kevin era “molt compromès amb la lluita pels drets i llibertats del col·lectiu LGTBI. Va donar suport a diferents campanyes del FAGC…”. Això és cert. Però com també va dir el FAGC, <strong>Kevin va ser “una persona extraordinària i absolutament compromesa amb totes les lluites i desigualtats… va participar activament en les lluites del barri del Raval i Ciutat Vella com la campanya Justicia Juan Andrés.”</strong> També és cert. Aquesta cara de la seva activitat política potser combinava bé amb el personatge Pluton. Però també n’hi havia altres, com la d’activista de la Plataforma Aturem la Guerra.<br />
<br />
A principis dels anys 2000, Kevin participava al grup antiglobalització de Ciutat Vella; part de l’auge anticapitalista que va viure Barcelona llavors. Aquest grup cabia dins de la zona de confort; gent alternativa, uns quants “guiris” autònoms… Llavors, després de l’11-S nord-americà, Bush (i Blair i Aznar) van iniciar la seva llarga “guerra del terror”. Kevin era una de les 1.500 persones de Catalunya que vam passar unes 36 hores en autocar —el viatge d’anada i tornada a Florència— per participar al primer Fòrum Social Europeu, el novembre de 2002. A Florència es va acabar de debatre i acordar la crida per a la jornada de mobilització contra la guerra del 15 de febrer de 2003. (Vam coincidir a la massiva assemblea del moviments socials —realment massiva, unes 8.000 persones potser— on es va decidir la data: Kevin, sempre impacient, pensava que el 15F era massa tard…).<br />
<br />
Doncs bé, de les 1.500 persones que vam viatjar a Florència, ens vam presentar mitja dotzena a la següent assemblea de la Plataforma Aturem la Guerra (crec que el Kevin era l’únic d’aquesta petita delegació que no militava a En lluita). Després de poc debat es va consensuar la convocatòria amb les altres 10 o 12 persones presents. Durant els següents mesos i anys, tant Kevin com jo vam treballar molt amb aquestes persones que llavors coneixíem poc.<br />
<br />
I cal dir que, en molts sentits, la Plataforma Aturem la Guerra cau lluny de la zona de confort. En Aturem —sobretot a la primavera de 2003— topaves amb representants del PSC, dels sindicats majoritaris, gent francament poc assambleària. Però Kevin es va convertir en un activista clau d’aquest moviment. Una vegada va representar Aturem en una trobada internacional contra la guerra. Definitivament, se li podria haver dit, “ja no estàs a Kansas, carinyo”. Diu molt de tota la gent d’Aturem que, per molt republicana que fos, no se li va acudir a ningú posar cap pega al fet que una reina com Kevin els representés. Kevin va ser un activista compromès, seriós quan feia falta, i tothom tenia confiança en ell.<br />
<br />
Només una anècdota més sobre el seu activisme. Poca gent de Barcelona deu saber que quan estava de visita al seu país natal, Irlanda, l’any 2007, el Kevin va inspirar una <a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=ca&q=http://www.irishtimes.com/news/anti-bertie-stickers-distributed-in-dublin-1.985605&source=gmail&ust=1462342558392000&usg=AFQjCNFmA9uvvxSFejPdMqDJC_VJ1CBtDQ" href="http://www.irishtimes.com/news/anti-bertie-stickers-distributed-in-dublin-1.985605" target="_blank">campanya popular</a> contra la pujada salarial de 38.000 euros que el llavors primer ministre irlandès, Bernie Ahern, es va atorgar. El Kevin va visitar les oficines del partit governant per queixar-se, però el local estava tancat. Així que va agafar un rotulador i va escriure “Far Too Much Bertie” (“És massa, Bertie”) en lletres grans sobre la finestra<strong>. A poc temps, la pintada es va convertir en 200.000 adhesius que es van enganxar per tot Dublín, en una pàgina web, i en Kevin va sortir entrevistat a la radio nacional. Típicament, tot i ser una activitat col·lectiva, el cost dels adhesius el va cobrir el propi Kevin. Estava content, però sobretot molt sorprès per aquests “15 minuts de fama”.</strong><br />
<br />
I potser és això. No va ser un activista famós. Sí que va sortir a la radio irlandesa aquella vegada, però no l’anaven a convidar a les tertúlies de la Sexta; ni tan sols de Barcelona TV. Pujava a l’escenari com Pluton, però no recordo que pugés mai com a ponent en cap gran acte polític. Poso la ma al foc que no el volien fitxar per a cap llista electoral d’aquestes noves coalicions que van canviant de nom més sovint que ell canviava de perfil de Facebook (que ja és dir).<br />
<br />
Però <strong>va ser una de les persones que fan funcionar els moviments socials. De les persones que van a les assemblees, no només per parlar (que també), sinó per assumir tasques i complir-les.</strong> O (i aquest és un exemple real) de les persones que aconsegueixen que hi hagi un equip de so a la concentració (encara que impliqui que ell ho hagi de comprar). De les persones que et fan pensar que sí, un altre món és possible, perquè nosaltres el farem possible.<br />
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Adéu Pluton. Però sobretot, adéu Kevin.<br />
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</div>David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-3206755135903002522016-05-01T19:32:00.000+02:002017-01-13T19:35:54.509+01:00Marxismo, el Estado y el trolebús<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikPQoQFYycdd0zOHupOA9ZuXkxScfIJSECSpKDCT-EX3n08pSey_cyCMxZCNC7k4m6OsXpg3QSpgAbNEElFBfLjotaj40tbAaJIWNcFbWslYTz0AMCTrCEGMRPLZeY91n8yckGYr_Q3X8/s1600/trolebus.tif" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikPQoQFYycdd0zOHupOA9ZuXkxScfIJSECSpKDCT-EX3n08pSey_cyCMxZCNC7k4m6OsXpg3QSpgAbNEElFBfLjotaj40tbAaJIWNcFbWslYTz0AMCTrCEGMRPLZeY91n8yckGYr_Q3X8/s320/trolebus.tif" width="292" /></a></div>
<i>Artículo publicado en la revista La Hiedra, mayo-junio 2016 · <a href="http://davidkarvala.blogspot.com/2016/05/marxisme-lestat-i-el-troleibus.html">Versió en català</a></i><br />
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Dice Wikipedia que “El trolebús es un ómnibus eléctrico, alimentado por una catenaria de dos cables superiores…”. De niño en mi ciudad natal, Helsinki, capital de Finlandia —que entonces contaba con este sistema de transporte— vi un trolebús paralizado en la calle al haberse desconectado de la catenaria. A diferencia de un tranvía, el trolebús tiene alguna capacidad de maniobra —puede ir un poco hacia la derecha o la izquierda— pero allá donde no haya catenaria no puede ir. Conduzca quién conduzca, el trolebús sigue básicamente la misma ruta.<br />
<br />
Es una buena metáfora para el Estado capitalista. Con la democracia, se puede cambiar el conductor, incluso hoy en día nombrar una conductora. Con suerte se puede ir un poco más hacia la izquierda pero actualmente lo más típico es que giran tanto a la derecha que acaban chocando con la acera.<br />
<a name='more'></a><br />
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El trolebús, por su propia naturaleza, está condenado a ir por las calles de la capital: no te puede llevar al bosque, a la montaña, a la playa, ni a ninguna otra parte. De la misma manera, el Estado capitalista sólo puede ir por los caminos del capital… eso sí, con los pequeños giros que permite su fuente de alimentación.<br />
<br />
El Estado capitalista tiene dos funciones esenciales.<br />
<br />
Una es mantener el orden interno, asegurando la continuidad de la producción capitalista dentro del Estado-nación en cuestión. Esto no se limita a dar palizas, aunque éstas nunca faltan: una economía moderna requiere de una mano de obra cualificada y sana, por tanto de algunos servicios públicos. La democracia burguesa existe, entre otras cosas, porque no está escrito cuál debe ser, en cada momento, la proporción entre palos y zanahorias. Los diferentes partidos establecidos reflejan (ligeramente) diferentes propuestas al respecto.<br />
<br />
Otra función es defender los intereses colectivos de la burguesía de un Estado nación frente a las otras. De nuevo, mediante una combinación de alianzas y diplomacia, del uso de la fuerza (militar, económica…) y de las amenazas de utilizarla. Todo partido de gobierno asume sin cuestionar esta defensa del “interés nacional”.<br />
<br />
Éstas son las catenarias que hacen funcionar al Estado capitalista. Cualquier gobierno que intente saltárselas se quedará sin energía. No importa el apoyo popular que tenga, si intenta aplicar políticas que rompan con estos principios, lo intentarán frenar de mil maneras. El rechazo empieza con ataques en la prensa y las tertulias. Pasa por dificultades para conseguir préstamos e inversiones (elementos imprescindibles en la economía capitalista); dentro de la UE aparecen los “hombres de negro” y la Troika. Y en última instancia, el golpe de Estado: “constitucional”, judicial, o militar.<br />
<br />
Los ejemplos de todo esto son legión: el más reciente es el breve intento de Syriza de aplicar una alternativa a las fracasadas políticas de austeridad. Se explicó a Tsipras y compañía que el vehículo que conducían no podía ir por otro camino: fueron tan convincentes que Tsipras ya ni siquiera intenta girar el volante un poco más hacia la izquierda, sino que casi se pega directamente a la acera de la derecha.<br />
<br />
Si queremos ir a otro destino, tendremos que construir otro vehículo. El Estado capitalista se basa en el poder desde arriba controlado, en última instancia, por la burguesía. Si queremos llegar al otro mundo posible —a la montaña, digamos— necesitamos un “Estado” totalmente diferente. Una estructura que nazca desde abajo, a partir de la organización colectiva de base, en asambleas de trabajo, barrio… y donde los niveles más altos estén sometidos a los más bajos. Un sistema donde no haya “políticos” sino representantes temporales y reemplazables en todo momento desde las asambleas de base, de municipio, de territorio… Un Estado basado en el interés de la gente, no del capital, y no porque lo diga un programa electoral, sino porque la gente es quien tiene el poder real, cada día; no se puede reducir todo a votar entre programas casi idénticos cada X años.<br />
<br />
Otro mundo es posible, sí, pero no está en la ruta del trolebús.<br />
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<br /></div>
David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-63021729565495894432016-05-01T19:28:00.000+02:002017-01-13T19:36:23.158+01:00Marxisme, l’estat i el troleibús<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikPQoQFYycdd0zOHupOA9ZuXkxScfIJSECSpKDCT-EX3n08pSey_cyCMxZCNC7k4m6OsXpg3QSpgAbNEElFBfLjotaj40tbAaJIWNcFbWslYTz0AMCTrCEGMRPLZeY91n8yckGYr_Q3X8/s1600/trolebus.tif" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikPQoQFYycdd0zOHupOA9ZuXkxScfIJSECSpKDCT-EX3n08pSey_cyCMxZCNC7k4m6OsXpg3QSpgAbNEElFBfLjotaj40tbAaJIWNcFbWslYTz0AMCTrCEGMRPLZeY91n8yckGYr_Q3X8/s320/trolebus.tif" width="292" /></a></div>
<i>Article publicat a la revista L'Heura, maig-juny de 2016 · <a href="http://davidkarvala.blogspot.com/2016/05/marxismo-el-estado-y-el-trolebus.html">Versión en castellano</a></i><br />
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Diu Viquipèdia que “El troleibús és un autobús elèctric alimentat per dos cables superiors [la catenària]…”. De nen a la meva ciutat natal, Hèlsinki, capital de Finlàndia —que llavors comptava amb aquest sistema de transport— vaig veure un troleibús paralitzat al carrer en haver-se desconnectat de la catenària. A diferència d’un tramvia, el troleibús té alguna capacitat de maniobra —pot anar una mica cap a la dreta o l’esquerra— però allà on no hi hagi catenària no hi pot anar. Condueixi qui condueixi, el troleibús segueix bàsicament la mateixa ruta.<br />
<br />
És una bona metàfora per a l’estat capitalista. Amb la democràcia, es pot canviar el conductor, avui dia fins i tot anomenar una conductora. Amb sort es pot anar una mica més cap a l’esquerra però actualment el més típic és que giren tant a la dreta que acaben xocant amb la vorera.<br />
<a name='more'></a><br />
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El troleibús, per la seva pròpia naturalesa, està condemnat a anar pels carrers de la capital: no et pot portar al bosc, a la muntanya, a la platja, ni a cap altre indret. De la mateixa manera, l’estat capitalista només pot anar pels camins del capital… això sí, amb els petits girs que permet la seva font d’alimentació.<br />
<br />
L’estat capitalista té dues funcions essencials.<br />
<br />
Una és mantenir l’ordre intern, assegurant la continuïtat de la producció capitalista dins l’estat-nació en qüestió. Això no es limita a donar pallisses, encara que aquestes mai falten: una economia moderna requereix d’una mà d’obra qualificada i sana, per tant d’alguns serveis públics. La democràcia burgesa existeix, entre altres coses, perquè no està escrit quina ha de ser, en cada moment, la proporció entre pals i pastanagues. Els diferents partits establerts reflecteixen (lleugerament) diferents propostes al respecte.<br />
<br />
Una altra funció és defensar els interessos col·lectius de la burgesia d’un estat-nació davant les altres. De nou, mitjançant una combinació d’aliances i diplomàcia, de l’ús de la força (militar, econòmica…) i de les amenaces d’utilitzar-la. Tot partit de govern assumeix sense qüestionar aquesta defensa de “l’interès nacional”.<br />
<br />
Aquestes són les catenàries que fan funcionar l’estat capitalista. Qualsevol govern que intenti saltar-se-les es quedarà sense energia. No importa el suport popular que tingui, si intenta aplicar polítiques que trenquin amb aquests principis, l’intentaran frenar de mil maneres. El rebuig comença amb atacs en la premsa i les tertúlies. Passa per dificultats per aconseguir préstecs i inversions (elements imprescindibles en l’economia capitalista); dins de la UE apareixen els “homes de negre” i la Troica. I en última instància, el cop d’estat: “constitucional”, judicial, o militar.<br />
<br />
Els exemples de tot això són legió: el més recent és el breu intent de Syriza d’aplicar una alternativa a les fracassades polítiques d’austeritat. Es va explicar a Tsipras i companyia que el vehicle que conduïen no podia anar per un altre camí: van ser tan convincents que Tsipras ja ni tan sols intenta girar el volant una mica més cap a l’esquerra, sinó que s’enganxa gairebé directament a la vorera de la dreta.<br />
<br />
Si volem anar a un altre destí, haurem de construir un altre vehicle. L’estat capitalista es basa en el poder des de dalt controlat, en última instància, per la burgesia. Si volem arribar a l’altre món possible —a la muntanya, diguéssim— necessitem un “estat” totalment diferent. Una estructura que neixi des de baix, a partir de l’organització col·lectiva de base, en assemblees de treball, barri… i on els nivells més alts estiguin sotmesos als més baixos. Un sistema on no hi hagi “polítics” sinó representants temporals i reemplaçables en tot moment des de les assemblees de base, de municipi, de territori… Un Estat basat en l’interès de la gent, no del capital, i no perquè ho digui un programa electoral, sinó perquè la gent és qui té el poder real, cada dia; no es pot reduir tot a votar entre programes gairebé idèntics cada X anys.<br />
<br />
Un altre món és possible, sí, però no es troba a la ruta del troleibús.<br />
<br />
<b>David Karvala </b></div>
David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1175535506124266103.post-29599233476051072352016-03-08T12:42:00.000+01:002016-05-16T12:57:17.711+02:00Islamofobia y cómo combatirla<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDikbWKKGFe5cwNaH11q0lI51CJyafiduZWjJKHicnqc-KKQ4oPrj9vQcK5J2AWbtxMtEgS4qGy2vNhnS9OgV_etlhLXqzoSp7_kRFPYzPRFx9qThvsJOXD4SwqRIaUmholoxuDbtcRS8/s1600/20151128_181214.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDikbWKKGFe5cwNaH11q0lI51CJyafiduZWjJKHicnqc-KKQ4oPrj9vQcK5J2AWbtxMtEgS4qGy2vNhnS9OgV_etlhLXqzoSp7_kRFPYzPRFx9qThvsJOXD4SwqRIaUmholoxuDbtcRS8/s320/20151128_181214.jpg" /></a></div>
<i>Artículo publicado en la revista <a href="http://lahiedra.info/" target="_blank">La Hiedra</a>, marzo-abril de 2016. </i><br />
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La islamofobia es la forma más peligrosa de racismo en Europa hoy. Sin embargo, hay mucha confusión dentro de la izquierda al respecto. Este artículo trata de este tipo de racismo y de cómo Unitat Contra el Feixisme i el Racisme ha articulado una respuesta unitaria frente a él en Catalunya.<br />
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Islamofobia: un problema transversal</h4>
Una definición útil de islamofobia la elaboró la entidad antirracista Runnymede Trust en 1997: “Se considera el Islam como un solo bloque monolítico, estático y nada sensible a las nuevas realidades… como… algo bárbaro, irracional, primitivo, machista.” Prejuicios de este tipo son cada vez más prevalentes. Se oyen en discursos desde la extrema derecha, pasando por el “centro liberal”, hasta sectores que se autodenominan de izquierdas.<br />
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Es evidente que la hostilidad hacia el islam y la gente musulmana tiene una larga historia en la península ibérica, pero la islamofobia actual tiene una explicación mucho más reciente. Un elemento clave es el fracaso de la izquierda tradicional en el mundo arabo musulmán, especialmente a partir de los años 70. El nacionalismo árabe y los partidos comunistas no tenían ninguna alternativa a la injusticia social y a la opresión: frecuentemente incluso las ejercían (Karvala 2011).<br />
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Cuando corrientes islamistas ocuparon el vacío dejado por la vieja izquierda, ésta las tildó de agentes del imperialismo y las reprimió aún más; en el caso de Afganistán, mediante una brutal guerra. En los años 80, se sentaron las bases de la islamofobia moderna. Se habló del “fundamentalismo islámico”, como una corriente antidemocrática, machista y homófoba, típicamente asociada con el terrorismo, o el “yihadismo”.<br />
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Con la caída del bloque del este en 1989-91, y la creciente importancia estratégica de Oriente Medio, la oposición al imperialismo occidental en la región se expresó, cada vez más, en términos del islam político. De ahí que los Estados imperialistas empezaron a adoptar el lenguaje de la islamofobia. En los años 80, EEUU financió a grupos islamistas en Afganistán, para debilitar a Rusia. En 1992 se escribió en el <i>Washington Post</i> que “El fundamentalismo islámico es un agresivo movimiento revolucionario, tan combativo y violento como los movimientos bolcheviques, fascistas y nazis del pasado”, y en 1994 el Presidente Clinton declaró: “Estamos muy preocupados por el aumento del fundamentalismo militante en los Estados islámicos”. Con el crecimiento de Al Qaeda durante los años 90, que culminó en los atentados del 11 de septiembre de 2001, estas posiciones se endurecieron. Grupos islamistas muy diferentes —la Hermandad Musulmana de Egipto, Hamas en Palestina, Hezbolá en el Líbano…— fueron estigmatizados por igual (pero no así la familia real saudita, que sí tiene relación directa con Al Qaeda).<br />
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Mientras tanto, el partido fascista disfrazado, el Front National (FN), crecía en Francia. Su fundador, Jean Marie Le Pen, dejaba ver su antisemitismo a veces, pero la estrategia del FN, copiada por muchos otros partidos fascistas, fue la de esconder el antisemitismo a favor de la islamofobia, cada vez más “socialmente aceptable”. Increíblemente, fue durante esta misma época que gran parte de la izquierda francesa —incluyendo a la izquierda radical— contribuyó a la islamofobia con sus campañas contra el hijab, supuestamente en nombre de la liberación de las mujeres.<br />
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Una izquierda contra la islamofobia</h4>
Sin embargo, otro sector de la izquierda tuvo una visión radicalmente diferente. La corriente de la que forman parte <i>La Hiedra</i> y En lucha elaboró un análisis mucho más matizado del islam político, insistiendo en que no era lo mismo un movimiento de liberación nacional como Hamas, que la familia real saudí (ver Harman, 1994). Sobre todo, que en occidente, la población musulmana es en general una minoría oprimida.<br />
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Hoy, la islamofobia se expresa mediante agresiones, sobre todo a mujeres y chicas con hijab; detenciones arbitrarias y a veces años de cárcel sin pruebas; sospechas de “fundamentalismo” entre alumnos, incluso en la primaria; cierres de oratorios y centros islámicos… Lejos de equiparar a las personas y entidades musulmanas con el fascismo, como hacen algunos, la primera responsabilidad de la izquierda consecuente es la solidaridad.<br />
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Así que la <i>Stop</i><i> the War Coalition</i>, el movimiento antiguerra británico en el que el Socialist Workers Party —organización hermana de En lucha— jugó un papel clave, convocó las enormes manifestaciones contra la guerra de Irak conjuntamente con la Asociación Musulmana de Gran Bretaña. No se trataba de la imposición de un grupo; la solidaridad frente a la islamofobia se había convertido en el sentido común de una parte importante de la izquierda y de los movimientos sociales de ese país. El movimiento unitario contra la extrema derecha en Gran Bretaña, Unite Against Fascism (UAF), trabaja en esta línea desde hace años.<br />
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En Catalunya, Unitat Contra el Feixisme i el Racisme (UCFR) —movimiento en el que En Lluita ha jugado un papel destacado— ha conseguido que aquí también haya una respuesta amplia frente a la islamofobia.<br />
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Debatiendo la islamofobia</h4>
Los atentados de París del 7 de enero de 2015 provocaron un auge islamófobo por todo el continente. Cuatro días después, UCFR firmó y publicó la declaración al respecto emitida por UAF (GB). Unas semanas más tarde, la propia declaración de UCFR, #StopIslamofobia, había sido apoyada por un centenar largo de partidos, sindicatos, movimientos sociales… de Catalunya y más allá. Esta respuesta, que incluyó a todas las fuerzas progresistas, desde los partidos institucionales hasta asambleas del 15M, fue el fruto del trabajo —y del debate—de varios años.<br />
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Una de las primeras acciones de UCFR, una concentración ante un acto del partido fascista, Plataforma per Catalunya (PxC), a finales de 2010, fue fortalecida por la participación de un gran grupo de gente joven musulmana, uno de los cuales habló durante el acto. En la siguiente asamblea de UCFR, algunas personas se quejaron ante la “excesiva” presencia musulmana, o criticaron la intervención del chico de origen marroquí por no ser “laica”, etc. Sin embargo, la opinión mayoritaria de la asamblea, tras una dura discusión, fue la de alegrarse de la participación musulmana.<br />
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Se dio un proceso gradual pero muy importante de debate. Por ejemplo, un tema en las jornadas de UCFR de 2012 fue “¿Qué puede hacer UCFR para combatir la islamofobia?” En la primavera de 2012, el Centro Cultural Islámico Catalán se adhirió a UCFR, y las jornadas de 2013 se celebraron en la sede de esta importante entidad musulmana. Los debates no se han terminado —porque siempre llega gente nueva con ideas preconcebidas— pero las dudas entre la gente que participa en UCFR han desaparecido.<br />
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Por todo esto, ante los atentados de París la reacción unánime fue la de fortalecer la lucha por la convivencia y contra la islamofobia.<br />
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La campaña #StopIslamofobia</h4>
La declaración de UCFR, #StopIslamofobia, y el amplio apoyo recibido, fue la base para una serie de actividades que continúan hasta hoy. El 14 de febrero de 2015, se celebraron unas jornadas de formación interna; el 19 de febrero, un acto contra la islamofobia, en la Universidad de Barcelona, reunió a más de 350 personas; el 11 de marzo, una concentración islamófoba de “Pegida”, convocada en L’Hospitalet por PxC, fue superada en 10 veces por la protesta vecinal organizada por el grupo local de UCFR; el 21 de marzo, se celebró la manifestación con motivo de la jornada internacional contra el fascismo, el racismo y la islamofobia en el distrito barcelonés de Sant Martí, donde el centro nazi Tramuntana cerraría definitivamente 8 semanas después. En las elecciones municipales de mayo de 2015, PxC —un partido obsesivamente islamófobo— fue expulsado de casi todos los ayuntamientos del país, tras una fuerte campaña de UCFR.<br />
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En el momento de escribir este artículo se prepara el Foro Social contra la islamofobia y todo tipo de racismo, para el 20 de febrero, así como la manifestación del 19 de marzo, con motivo de la jornada internacional de este año.<br />
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Durante este tiempo, cada vez más personas y entidades musulmanas se han unido a UCFR y ahora juegan un papel importante en el movimiento. Este hecho contribuye mucho a la lucha contra la islamofobia; se normaliza la colaboración, codo con codo, de personas diversas, de diferentes orígenes y creencias, en un proyecto común, estableciendo relaciones de confianza entre ellas. Esta unidad es, a su vez, una buena base para muchas otras luchas que tenemos por delante. La insistencia en que el enemigo no es el islam, sino el racismo, ha dado sus frutos.<br />
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Lectura</h4>
Harman, Chris, 1994, <a href="http://enlucha.org/fullet/islam-imperialismo-y-resistencia/" target="_blank"><i>Islam, imperialismo y resistencia</i> </a>(edición castellana de En Lucha, 2001).<br />
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Karvala, David, 2011, “<a href="http://lahiedra.info/la-izquierda-y-el-islam/" target="_blank">La izquierda y el Islam</a>”, <i>La Hiedra</i> #0, junio de 2011.<br />
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Runnymede Trust, 1997, <i>Islamophobia: A Challenge for Us All</i>.<br />
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UCFR, “¡Stop Islamofobia!”, 3/12/2015, <a href="http://bit.ly/1OBI31n" target="_blank">bit.ly/1OBI31n</a><br />
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David Karvalahttp://www.blogger.com/profile/15121058658197302392noreply@blogger.com0