El mundo es más complicado que algunas teorías

Se ha colgado un artículo mío sobre Palestina en Kaosenlared; lo agradezco. Pero rápidamente apareció un comentario algo desagradable, con varias acusaciones sectarias. He escrito una respuesta, aunque mientras se puede ensuciar las cosas en pocos segundos, limpiarlas requiere mucho más trabajo; en este caso, más palabras. Total, mi respuesta no cabe como comentario en Kaos, así que la cuelgo aquí.

Mi artículo está aquí.

Pero el comentario al que respondo poco o nada tiene que ver con el artículo. Aquí va el comentario en cuestión:

Y porque llamasteis a votar a los Hermanos Musulmanes? — Estrella Roja 05-12-2012 17:28
Nos dice Karvala: “El nuevo gobierno egipcio, de los Hermanos Musulmanes, sigue siendo un gobierno neoliberal de derechas, igual que Mubarak. La diferencia es que al llegar al poder gracias a la revolución, la gente le exige cambios.”
Interesante y más cuando, la organización hermana de Enlluita pidió el voto para los HHMM...
Una de las muchas contradcciones de un partido que apoyo a los talibanes contra el regimen de Kabul o que en su momento consideró que la presencia del ejercito británico serviría como protección a los católicos en el Ulster.”


Mi respuesta:


A veces la sección de comentarios de Kaos es muy triste.

Gente que se dedica, no a un debate fraterno, sino a ataques sectarios. Gente que no quiere que sus compañeros/as sepan qué han escrito, porque no se identifican al comentar. (Al menos, yo no tengo ni idea de quién podría ser “Estrella Roja”).

Dice: “Y porque llamasteis a votar a los Hermanos Musulmanes?”

En lluita/En lucha no “llamamos” a votar por nadie en Egipto. Formamos parte de una corriente de organizaciones anticapitalistas y revolucionarias que trabajamos en solidaridad entre nosotras, pero no dictamos, de manera centralizada, líneas concretas de acción para cada país del mundo.

Dice: “la organización hermana de Enlluita pidió el voto para los HHMM”.

En la segunda ronda de las elecciones presidenciales, el grupo Socialista Revolucionario —que comparte nuestra visión del socialismo desde abajo, que ha trabajado mucho por la revolución, sobre todo para impulsar el movimiento obrero, y que estos días está en Tahrir, resistiendo el intento de Mursi de hacerse con todo el poder— tuvo que decidir qué hacer.

Estuvo el candidato de Mubarak, y el de los HHMM. Algunos “de izquierdas” apoyaron al candidato del viejo dictador, por motivos “laicos” y de hostilidad hacia todo lo islamista. También podían haberse abstenido. Los del grupo decidieron, tras un debate serio, que sería mejor una victoria del de los HHMM —con las contradicciones que esto implicaría— frente al de Mubarak, lo que habría implicado una derrota, clara y directa, de la revolución.

Pidieron el voto para los HHMM a la vez que advirtieron contra cualquier ilusión en lo que representan. ¿Tuvieron razón? Es difícil saberlo desde el Estado español, pero yo creo que sí.

Esto no empezó hace cuatros días. Durante años defendieron la colaboración en las luchas, desde una posición política independiente, con los sectores islamistas dispuestos a luchar contra Mubarak. Así estuvieron juntos en Tahrir en enero de 2011, frente al ataque de 10 o 20.000 seguidores armados del dictador. Sin la juventud de los HHMM (que se a veces se acerca más al movimiento revolucionario que a su propia organización madre), es poco probable que la ocupación de Tahrir hubiera sobrevivido a los ataques.

Los puristas, de ser fieles a sus posiciones, se habrían quedado en casa durante toda la revolución, para no mezclarse con los islamistas. La posición de mis amigas y amigos se ha confirmado, primero debido al éxito (parcial, hasta ahora) de la revolución en sí. Segundo, por el hecho de que mucha gente de base entorno a los HHMM ha visto que la izquierda revolucionaria realmente cumple con sus deseos de justicia social, solidaridad con Palestina, hacer frente a EEUU, mientras que los dirigentes de los HHMM hacen lo opuesto.

La lucha real vale mucho más que los lemas abstractos. Y en la lucha real, estas contradicciones surgen muy a menudo.

En Rusia, en febrero de 1917, el Zar cayó ante un movimiento que unía a sectores reformistas y revolucionarios. A los pocos meses, los reformistas reprimieron a los revolucionarios desde el Gobierno Provisional. ¿Los bolcheviques se habían equivocado al colaborar con ellos en febrero? ¿Se equivocaron cuando los apoyaron frente a un intento de golpe de estado en agosto de 1917, cuando Lenin aún estaba huido y Trotski estaba en la cárcel? Sin estos “pecados” los bolcheviques nunca habrían podido llevar a cabo la revolución de octubre.

En julio de 1936, en Barcelona y en muchos otros sitios, la izquierda revolucionaria se levantó en armas en defensa del gobierno del Frente Popular, contra Franco. En mayo de 1937, el mismo Frente Popular los atacó. ¿La conclusión, según “Estrella Roja”, sería que se equivocaron en junio de 36?

Hay otro ejemplo más reciente. Si apoyamos al Líbano —y a una resistencia liderada por los islamistas de Hezbolá— frente al ataque israelí de 2006, o a Gaza —dirigida por Hamas— frente a las diferentes agresiones sionistas, ¿esto significa que tenemos que apoyar todo lo que hagan estas organizaciones islamistas?

Los demás comentarios cansan aún más.

Dice: “Una de las muchas contradcciones de un partido que apoyo a los talibanes contra el regimen de Kabul”

En lucha sólo existe desde mediados de los 90, pero la corriente internacional de la que forma parte siempre ha apoyado el derecho del pueblo afgano a la resistencia contra la ocupación. Estuvimos de su lado contra los bombardeos, asesinatos, torturas, etc. de la URSS en los años 80. Y hemos estado de su lado frente a EEUU en la última década. En los 80, los Talibanes no existían (se crearon en 1994), así que supongo que se nos acusa de apoyarles frente a la ocupación estadounidense y su régimen títere. De hecho, no es así del todo. Apoyamos al pueblo afgano y a su resistencia: les toca a ellos (y más aún a ellas) decidir quién los representa, no a los tertulianos en Kaos.

Dice: “o que en su momento consideró que la presencia del ejercito británico serviría como protección a los católicos en el Ulster”

¡Qué pasa! ¿En alguna parte dan clases de sectarismo, con una bolsa gratis de los supuestos pecados de cada corriente internacional? ¿No han encontrado nada respecto a En lucha, y hay que recurrir a distorsiones respecto a nuestro grupo hermano británico en 1969? ¡Qué triste!

Cuando las tropas británicas entraron en el norte de Irlanda en 1969, pararon temporalmente los ataques violentos de la extrema derecha protestante contra los barrios católicos. Por eso, la población católica las recibió con tazas de té, etc.

Los pequeños grupos “puristas” de la izquierda radical exigieron la retirada inmediata de las tropas. Pero, por supuesto, vivían en Londres, Liverpool o Manchester, no en los barrios católicos de Belfast. No tenían que pensar en cuál era la situación real, ni hablar con nadie de los barrios que habían sufrido los ataques sectarios. Nosotros sí teníamos a gente activa en la zona, y ellos dijeron que no se podía decir “tropas fuera”. Por eso, la portada del siguiente número del periódico Socialist Worker, llevaba el titular, “Las barricadas deben mantenerse”, a la vez que advertía contra las ilusiones depositadas en las tropas. Desde entonces, algunos individuos (sin nada mejor que hacer) no dejan de atacar a nuestra corriente por este “gran pecado”, esta “muestra irrefutable” de que somos amigos del imperialismo. Etc., etc.

Estos pecados no han acabado.

El otro día, en Sabadell, una concentración contra la corrupción se sintió amenazada cuando llegó un grupo de nazis que tenían la pinta de poder superarlos en caso de pelea; los fachas eran “como armarios”, según un compañero (compañero en el sentido amplio y solidario; no es de En lluita). Este compañero se sintió aliviado cuando la guardia urbana se puso en medio; la cosa no llegó a más. Qué debían hacer, ¿ponerse a gritar “la policía tortura y asesina” y exigir que se marchasen? Confieso que yo no lo habría hecho (¿Ves? No hemos cambiado desde 1969). ¿Esto significa que tocaba aplaudir a la guardia urbana? Por supuesto que no. La clave es organizarse para poder ser mucha más gente la próxima vez (en mi opinión esto significa impulsar Unitat Contra el Feixisme i el Racisme, donde se encuentra, por cierto, gente muy diversa, con muchísimos pecados a sus espaldas). A la vez, si alguien tiene ilusiones en las autoridades, hay que explicarles la verdad acerca de la frecuente colaboración entre la policía y los fascistas.

A veces, el mundo es más complicado que algunas teorías.

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