El Cairo contra la guerra y el imperialismo... y por la justicia social

Artículo escrito para Setmanari La Directa, traducción al castellano.

“Hoy anunciamos desde aquí, en El Cairo, la capital más importante del mundo árabe, como representantes de una base muy extensa del pueblo árabe y, junto a nosotros, representantes de sectores muy amplios de los pueblos del mundo entero, que seguiremos en contra de la política injusta que cada vez planifica… armar más guerras… derramar más sangre, dominar el mercado del petróleo, y controlar la economía mundial que sufre una crisis trás otra, como consecuencia directa de estas guerras.”

Esta declaración es del dirigente de los Hermanos Musulmanes egipcios —una organización que cuenta con un millón de seguidores— ante un millar de delegados presentes en la 6ª edición de la Conferencia del Cairo, que se celebró del 27 al 30 de marzo [de 2008].

Es un indicio importante del avance de la colaboración entre los movimientos. Ya lo demuestra el hecho de que la Conferencia lo organizan, conjuntamente, los islamistas, los nacionalistas árabes, y los socialistas revolucionarios de Egipto.

Además de muchos activistas egipcios, también acudieron una delegación importante del Líbano, otros activistas de Oriente Medio y muchos representantes del movimiento global contra la guerra y en solidaridad con Palestina. Javier Couso —hermano del cámara asesinado a Bagdad por el ejército de EE UU— tuvo un papel destacado en la Conferencia.

Desafortunadamente, el régimen del Presidente Mubarak —el dictador prooccidental que manda en el país árabe desde 1981— negó la entrada a los delegados procedentes de Iraq e Irán, y a la mayoría de los palestinos.

Aun así, la Conferencia fue una buena oportunidad para compartir experiencias y propuestas.

La ocupación de Iraq, y las protestas del pasado 15 de marzo en 60 ciudades del mundo, ocuparon un lugar destacado. La Conferencia también se declaró a favor de la retirada de las tropas de Afganistán, y contra cualquier ataque a Irán, más allá de las diferencias que pueda haber con el gobierno de Ahmedinejad.

Se acordó coordinar acciones entorno al 60 aniversario de la expulsión de los palestinos —el Nakba, el 15 de mayo de 1948— e impulsar la campaña de boicot al Estado de Israel.

Quedó patente que, si bien las últimas manifestaciones antiguerra no fueron tan grandes como las de 2003, el movimiento sigue vivo y más necesario que nunca.

Un tema donde el diálogo entre occidente y el mundo árabe es esencial es ante la creciente islamofobia. Algunos delegados musulmanes no sabían que ya existe oposición dentro de los propios países occidentales a estas campañas demagógicas —como las caricaturas de Mahoma, o Fitna, la nueva “película” en la que un político de la extrema derecha holandesa equipara el Islam con el terrorismo— y estuvieron muy agradecidos de saberlo.

Finalmente, hay que destacar las intervenciones de los representantes de las luchas sociales a Egipto. El país vive, desde finales de 2006, una ola de vagas, ocupaciones y manifestaciones espontáneas, protagonizadas por miles de trabajadores y trabajadoras. Estas vagas empiezan a saltar de los temas laborales para cuestionar las políticas económicas, sociales e incluso internacionales de su gobierno.

En resumen, la Conferencia nos deja trabajo para los próximos meses; contra las guerras; en solidaridad con Palestina; y en apoyo a las y los trabajadores de Egipto que, si lograsen derrotar el régimen egipcio, cambiarían la cara del Oriente Medio.

Para más información, y sobre las luchas a Egipto, consulta: http://concairo.blogspot.com/

David Karvala, delegado a la Conferencia del Cairo y miembro de la Plataforma Aturem la Guerra

Comentarios

Entradas populares